Capítulo 46

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- Vale, a ver, ¿Vestido o no?

- Como quieras.

- No ayudas.

- A ver, sabes que yo no sé de eso.

- ¿No sabes si estoy bien con vestido?- Pablo me miró uno segundos antes de volver a mirar a la carretera y rió.- ¿Qué?

- Estás bien de todas formas.

- Gracias, pero eso no ayuda.

- Como estés más cómoda, ¿Qué más da?

- No da igual porque es el primer evento con este equipo, ¿Entiendes?

- Está bien, veremos cuando lleguemos, ¿Vale?

Asentí y miré por la ventanilla de su coche. Íbamos de camino al centro comercial de Turín, ya que mañana era aquel evento que me dijo el presidente y aún no tenía nada que ponerme. Como siempre, todo para el final.

Llegamos por fin, aparcamos y salimos para después entrar en el edificio. Estuvimos hablando hasta llegar a la primera tienda de ropa que vimos. Él iba detrás de mí, mientras que yo iba enseñándole todo y preguntándole si le gustaba.

Estuvimos en dos tiendas más, ya que no tuvimos éxito en ninguna de ellas, hasta llegar a una. Por fin no pusimos de acuerdo y pude entrar en el probador, dejándole fuera hasta que terminé de vestirme.

- ¿Qué te parece?

- Bien.

- ¿Sólo eso?

- Bastante bien.- resoplé y él sonrió.- Bueno, pues eres un bombón italiano, ¿Así bien?

- Gracias, entonces, ¿Lo compró?

- Oye, eres tú quien se lo va a poner, pregúntate eso a ti.

- Está bien, como diría Piqué, se queda.

Los dos reímos y volvió a salir del vestidor, volviéndome a poner lo que llevaba. Salimos de allí, sin antes no pasar por la caja y entramos en el coche.

Me llevó a casa y me despedí de él, entrando en mi casa. Dejé la compra encima de la cama y bajé a hacer la comida, cuando el móvil empezó a sonar.

- ¿Sí?

- Soy Marco, voy a tu casa.

- ¿Ahora?

- Sí, de camino estoy.

- ¿Pasó algo?

- Sí, que tengo hambre.

- Está bien, jefe, aquí te espero.

- Muy bien, no te comas nada eh.

- No, no.

Terminé la llamada sonriendo y dejé el móvil a un lado, concentrándome sólo en hacer la comida. Hasta que sonó la puerta y al abrir, allí esta él, ofreciéndose a ayudarme en la cocina.

- ¿Cuándo volverá Pedro?

- Ni idea, que yo sepa por ahora no puede venir ni yo a España, así que...

- Pero, están bien, ¿No?

- Claro.

- Menos mal, hacen buena pareja.

Le sonreí como respuesta y terminamos de cocinar. Él preparó la mesa y yo llevé las cosas, sentándonos a hablar y a comer como en los viejos tiempos. Terminamos y nos sentamos juntos en el sofá.

- ¿Te vienes al hospital mañana?

- Tengo un evento con el equipo, ¿No te lo dije?

- Se me olvidó.- sonrió, cambiando de canal de televisión.-¿Ya tienes todo?

- Sí, fui antes con Pablo.

- Luego me lo enseñarás, ¿No?

- Claro, y tú, ¿No tienes guardia hoy?

- Sí, otra vez a jugar a las cartas con Luka.

- Se ganará, siempre lo hace.

- Es un profesional, no vale.

Reí y él me sonrió, levantándose repentinamente del sofá y despareciendo durante uno segundos. Al volver llevaba algo en las manos, una Play.

- ¿Y eso?

- La traje de casa, es que sin ella me aburro contigo.

- No eres el único.

Los dos reímos y miré como él la colocaba y encendía, sentándose a mi lado y dándome uno de los mandos. Yo elegí al Torino y él a la Roma, ganándome. Pero después, jugamos un clásico como revancha y gané esta vez yo.

- Buena esa.

- Gracias.- entonces, sonó su móvil y él contestó mientras preparábamos todo para otro partido.

- Era Julia, quiere que vayamos luego a su casa, también estarán allí Matteo y Alexandra.

- ¿Y quiénes están el hospital?

- Pues Danielle y Luka.

- Es verdad...bueno, pues vamos.

Él asintió y volvimos a jugar, quedando empate esta vez. Un partido más y nos levantamos, él para lavar los platos mientras yo buscaba y guardaba mis cosas.

- Estoy lista.

Dije al ponerme la chaqueta y él se levantó de una de las sillas de la cocina. Salimos de casa y fuimos caminando hasta la de Julia, saludándoles a todos al entrar y sentándonos en el salón, compartiendo conversaciones y cervezas hasta que Marco se tuvo que ir para prepararse para la guardia.

Yo también me despedí y salí de allí para ir de vuelta a mi casa, acompañándome él. Nos despedimos en la puerta y cuando lo vi algo lejos de mi casa, abrí y cerré la puerta a mis espaldas.

¿Qué se siente al ser eterno? (Paulo Dybala)Where stories live. Discover now