Capítulo 3

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Salimos por fin del paritorio, sin encontrarnos a nadie fuera así que supusimos que estarían en la habitación. En el camino, alguna de las enfermeras que me vieron entrar me felicitaron y también la gente que conocía a Paulo. Y por fin llegamos a la habitación, recibiendo todas las miradas.

- ¿Qué es? ¿Niño o niña?

- Niña, es niña.

- ¡Gané!

- Cállate.

Reí viendo como mi padre le daba una colleja a Dante para callarlo y se acercó a la cama para verla mejor. Les dijimos el nombre y todos estaban de acuerdo.

- A ver, entonces, hemos ganado la apuesta Marco, Stella, Julia, Brina y yo. Uy, Sofía, te voy a quedar pobre.

- Lo que tú diga, idiota.

- Mira, si tú tampoco te has cambiado de ropa.

- No había tiempo, vino a buscarme al vestuario.

- ¿En serio?

- Tenía que hacerlo, es de la familia.

Reí y dejé de mirar a Paulo para volver a mirar a Zoe, ahora dormida. Se quedaron hasta que se agotó el tiempo de visita y el único que se podía quedar era Paulo, así que mis padres se llevaron a Lucas, el cual estaba dormido en los brazos de mi madre cuando llegamos así que no conocía aún a su hermana.

- ¿No te piensas duchar?

- ¿Quieres que me vaya?

- Tienes una ducha ahí.

- Bueno, prefiero quedarme aquí.

- Acabas de ganar un partido, estás en la final de la Champions y estás todo sudado.

- Vale, pero si me ducho no tengo ropa, ¿Ahora qué?

- Puedes irte al hotel.

- ¿Y dejaros solas? Ni de broma.

- Estaremos bien, ahora duerme y luego se la llevaran a unas pruebas. Si te vas ahora, llegas cuando ya esté y además despierta.

- Convences demasiado bien.- dijo después de mirarme en silencio durante unos segundos y se levantó de la silla.- Vendré pronto con algún que otro saludo de los chicos.

- Está bien.

Antes de irse se acercó a Zoe, que dormía, como ya he dicho antes, en la incubadora que hay al lado de la cama, con un gorro de lana en la cabeza y bien arropada aunque fuera verano. Se quedó mirándola, sonriendo hasta mirarme a mí y besarme, yéndose después.

Intenté descansar, pero cuando estaba a punto de dormirme se la llevaron y no pude dormirme sin tenerla cerca, así que me quedé con el móvil viendo todas las felicitaciones y la foto que me mandó mi madre con Lucas dormido en la cama, rodeado de todos sus peluches.

- Ya estoy, casi no me dejan pasar.

- Pues Zoe aún no.

- ¿En serio? Para que te creeré.

Reí y acercó la silla a la cama, poniéndola al lado y sentándose en ella. Le enseñé la foto de Lucas y rió mientras me daba la mano. Él me enseñó un vídeo que grabó en el hotel con todos felicitándonos por el nacimiento de Zoe. Creo que a alguien la van a comer a besos y abrazos cuando la vean.

Por fin, volvió con nosotros nuestra hija y vino para estar en mi pecho. Después, se la dejé a Paulo para que la calmara y durmiera, aunque no pude verlo porque yo no tardé en cerrar los ojos.

¿Qué se siente al ser eterno? (Paulo Dybala)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant