¿Qué se siente al ser eterno? (Paulo Dybala)

Capítulo 89

- Le dijiste que no lo harías.

- Ya bueno, pero mañana se va a Roma así que no tendrá mucho que decirle además de que tenga cuidado por allí.

- ¿Seguro? Como Lucas se entere...

- A ver, es imposible que no pueda decirle nada, tengo que hablar con él.

- Vale, vale, es tu decisión.- levantó los brazos en señal de paz y yo reí.

- ¿Sabes que vi a Pedro el otro día?

- ¿Cómo que le viste? ¿Cuándo fuiste a España que no me enteré?

- Hablé con Sofía por video llamada y justo apareció detrás, e lo dije y le llamó.

- ¿Y qué pasó?

- Que no sabía que le escuchaba y le dije a Sofía que tenía que decirle.

- ¿Y qué?

- Se le veía interesado en mí y en los chicos.

- Gio...

- Ya, ya, tranquilo que sé que no estamos juntos y que es imposible que lo estemos.- él suspiró y seguimos andando de camino a mi casa.

- ¿Aún sientes algo por él?

- ¿Qué? No, no...a ver, tuve algo de nostalgia al verle pero nada más, todo acabó bien entre nosotros.

- ¿Y cuándo viste a Paulo por primera vez?

- ¿A qué vine eso ahora?- él sonrió y yo reí negando con la cabeza.- La primera vez que le vi le di un portazo en la cara, ¿Te acuerdas?

- Oh sí, me llamaste luego para explicarme el encontronazo.- los dos reímos.- Pero me refería a la primera vez después del divorcio, no la primera vez de todas.

- Pues no sé, pánico.

- ¿Pánico? ¿No querrás decir miedo?

- Puede.

- Me dijiste que huyó de ti.

- Puede.

- Y que no se veía igual.

- Tenía una sonrisa diferente y no sé, su mirada era...

- ¿Vacía?

- Puede.- le miré y sonreí.- ¿A qué viene esto, jefe?

- Quizá estaba así porque se fue lo que le vaciaba.- dijo mirándome a los ojos.

- El fútbol.

- No, Gio, el fútbol no, tú.

- ¿Yo? Que va, ya sabes a quien prefería y seguro que sigue prefiriendo.

- Tal vez, después de todo este tiempo se haya dado cuenta de lo mal que lo gestionó todo.

- ¿Gestionó? No hizo nada, tú mismo me lo dijiste cuando peleamos y dejamos de hablar.

- Quizá a él también le entró miedo, ¿No pensaste eso?- le miré confundida y él sonrió dulcemente.- A ver, ¿Por qué tenías miedo al verle?

- Porque hacía mucho que no me veía en esa situación, por no decirte nunca, mirando algo que para mí ya era desconocido.

- ¿Y qué hiciste en cuanto pudiste?

- Quería irme a mi casa y llamarte, aunque yo le dije a Pedro que le llamaría a él.

- Bueno pues, quizá él también tuvo miedo con la familia.