Capítulo 8

820 31 0
                                    

- ¡Paulo!

- ¿Qué pasa?

- ¡Invasión de niños!

Dije riendo mientras veía a Lucas escalar la cama hasta llegar a ponerse de pie y caerse al toparse con los pies de Paulo. Estiré mis brazos a él para acercarlo a mí y que me pudiera abrazar por el cuello.

- Papá.

- Acá estoy.

Le solté y Paulo abrió sus brazos, dejando que su hijo le abrazara mientras Zoe venía lo más rápido que podía con el pelo que ya tenía, algo rizado, despeinado. Atrás suya, estaba Mia moviendo la cola y con la lengua fuera.

- Ven tú también.

La levanté del suelo y la abracé hasta que Lucas se cansó de su padre y quiso venir hacia mí, haciendo un intercambio y teniendo yo ahora a mi hijo mientras Zoe despertaba, con pequeños golpes inocentes en la cara, a Paulo.

Me levanté por fin de la cama y fui al salón con él en brazos y Mia detrás, aullando en busca de mimos que ahora le daba a Lucas.

Cuando él vio el balón solitario y cerca del sofá, no dudó en repetirme que quería bajar para, una vez dejarle en el suelo, patear el balón de un lado para otro.

- Mila, papá.

- Muy bien, campeón, pasáme la pelota.

Me dejó a Zoe para poder moverse sin que nuestra hija tuviera algún peligro y continuó jugando con Lucas. Mientras, yo iba al sofá y dejaba también a Zoe en el suelo, viéndola jugar con lo que había tirado por el suelo mientras Mia se tumbaba a mi lado, siendo ella la protagonista aunque no dejara de verles. Por supuesto, no evité grabar y mandar un vídeo de los dos chicos de la casa jugando al fútbol.

- Paulo, ¿Cuándo tienes el próximo partido?

- Mañana.

- ¿Ya?

- Sí.

- ¿Serás titular?

- Ni idea, ya sabes como está Allegri conmigo.- dijo sin perder la atención del balón y de su hijo.- Vamos enano, puedes hacerlo mejor

- Es solo un niño, déjale algo de paz.

- Un niño y va a ser el mejor.

Dijo dejando el balón y yendo a por Lucas, levantándolo del suelo y abrazándolo mientras que el pequeño se reía. Sonreí mirándoles y Zoe, celosa de falta de cariño, vino a por mí para que yo también la tuviera en brazos.

- La princesa de la casa.

Dije dejando besos por toda su cara mientras ella reía. La dejé en el suelo cuando Mia puso sus patas en mi pierna, ella también quería sus mimos. Las dos pequeñas de la casa salieron corriendo y Paulo siguió jugando con Lucas mientras que yo marchaba a la cocina, ya que estaba recibiendo una llamada de mi mejor amigo.

- Hola, Marco.

- ¿Cómo está la familia Dybala?

- Estupendamente, ¿Y tú?

- Bien, pensando en uno de mis planes para mañana a la noche.

- ¿Qué quieres hacer? Me das miedo.

- Pues... Zoe ya está algo más grande y Lucas también, podrías venir con ellos y con Paulo al bar de siempre. Estaremos todos.

- Paulo mañana tiene partido.

- ¿Irás?

- Sabes lo pesado que se hace ir a un partido con dos niños y una sola persona.

- Tienes razón, ¿Entonces? ¿Vendrás con nosotros?

- No sé...

- Vamos, iré a vuestra casa para ayudarte si hace falta.

- Está bien, si es así iré.

- ¡Genial! Mañana te digo la hora, te quiero.

- Adiós, yo también te quiero.

Colgué y me giré sobre mis pies, viendo a Paulo entrar con Lucas en brazos y el balón en sus pies.

- ¿Quién era?

- Marco, mañana saldré con ellos.

- ¿Y el partido?

- Lo veremos por la televisión del bar, sabes que se me hace difícil ir con los dos.

- Tienes razón, lo entiendo.

Le sonreí y dejé el móvil en la encimera antes de acercarme a ellos dos para besar a Paulo y después tener a Lucas en mis brazos.

¿Qué se siente al ser eterno? (Paulo Dybala)Where stories live. Discover now