Me quedé mirando a la pared de la habitación de mi hermano Dante, en casa de mis abuelos. Llamé entonces a mi padre, esperando a que contestara.
Nada más terminar aquella pelea en Vinovo volví a casa, diciéndole a Alicia que me tenía que ir y guardé con ayuda de Marco y Dante mis cosas, yendo a la casa de mis abuelos para dormir y pensar en todo.
- Hija.
- Hola, papá.
- Uy, ¿Te pasa algo?
- No, nada... bueno, es...
- ¿Paulo?
- ¿Cómo lo supiste?
- Me lo suponía, ¿Qué ha pasado?
- No me quiere como al principio.- decirlo en alto dolía más que pensarlo.- Le da más importancia al fútbol, papá.
- ¿Estás celosa del fútbol?
- No, él me lo dijo, me dijo que no podía pasar tiempo con nosotros, que su máxima prioridad era jugar a fútbol y ser uno de los mejores.
- Hija...
- Y no pasa tiempo con los pequeños, es más, cuando me pelee con él y fui a casa de Marco llamo a su madre para que se quedara con ellos mientras entrenaba, ni en ese momento se queda con ellos.
- Cariño...tal vez lo dijo lo hizo sin querer.
- No, te aseguro que no, sus ojos demostraban tanta rabia y verdad junta que le temía.
- Pero... ¿Han roto? Quiero decir, ¿Se van a...? Ya sabes...
- No lo sé, papá, es que no lo sé, pensarlo me da miedo.
- Pues...no sé qué decirte.
- Necesito unos días a solas, pero tengo a los niños.
- No puedes dejar sola a Zoe, Lucas ya no te necesita tanto como ella.
- Lo sé, pero no sé como volver a casa y decirle a Paulo que me quiero llevar a los niños, al menos a Zoe.
- Yo puedo ir y apoyarte en lo que quieras, hija, lo sabes.
- Lo sé, pero no hace falta, no quiero que vengas en realidad. Estoy bien con Dante, tengo a Marco y los demás.
- Entonces, ¿Me necesitas?
- Necesito tus consejos.
- Siempre los tendrás y en este caso, la decisión es tuya. Tú has vivido con él y sé que aún le quieres, puedes arriesgarlo todo e irte o quedarte y resistir.
- No puedo resistir más.
- Pues...
- Está bien, gracias, papá.
- De nada, hija, te quiero.
- Yo también, ciao.
- Ciao.
Colgué y dejé el móvil en la cama, levantándome y abriendo la puerta para salir a las escaleras, bajarlas y encontrarme a mi abuelo entrando en la casa.
- ¿Cosa c'è che non va? (¿Qué pasa?)
- Pioverà presto. (Va a llover)
- ¿Il ginocchio? (¿La rodilla?)- pregunté sonriendo.
- No, no... le nuvole. (No, no... las nubes.)- respondió riendo.
Le miré irse y salí al patio, mirando al cielo y viendo que sí, las nubes estaban grises. Volví a entrar en la casa, encontrándome a Dante.
- ¿Qué tal estás? ¿Hablaste con papá?
- Sí, sí...hablé.
- ¿Y bien?
- Luego iremos a casa, tengo que terminar de hablar con él, cerrarlo todo.
Él asintió sin decir más y cada uno siguió con su camino, yendo yo ahora a mi habitación para esperar un rato hasta decidir salir con Dante a llamar a un taxi, exactamente a Julia, para que nos llevara a mi casa.
- Puedo entrar sola.
- ¿Segura?
Miré a Dante y asentí después de un silencio recapacitando. Abrí la puerta del coche y fui hasta la puerta, volviendo a abrir con mis llaves.
Al momento apareció Mia de la nada, lanzándose a por mí y llenándome de lametones. Sonreí acariciándola y la bajé de mis piernas para adentrarme más en la casa, en su búsqueda.
- ¡Mamá!
- ¡Príncipe!
Me agaché y dejé que Lucas viniera a por mi a abrazarme, dejándome ver luego a Zoe. Los dos estaban al parecer jugando en la alfombra. La abracé y cuando me levanté con ella en brazos y me giré, vi a Paulo salir de la cocina con lo que parecía su vaso de mate.
![](https://img.wattpad.com/cover/138516586-288-k438192.jpg)
YOU ARE READING
¿Qué se siente al ser eterno? (Paulo Dybala)
FanfictionNuevas aventuras, una familia con una nueva vida junto a su hijo y el bebé que crecía en la tripa de Gio, la chica Dybala. Pero como el refrán dice, no es oro todo lo que reduce, porque también era una familia con nuevos problemas. Todos esos nueve...