Capítulo 79

496 30 2
                                    

- No se te vio nada mal en el campo.

- ¿A no?

- Bueno, solo en la primera parte.- Lucas rió y yo sonreí.- ¿De verdad que no te gusta?

- Lo hago por papá.

- No tienes que hacer nada por nadie, solo por ti.

- Pero no quiero defraudarlo, ya lo sabes.

- No lo harás, él solo quiere hacerte feliz.

- Ya.

- ¿Entonces? Lucas, cariño, yo quiero verte feliz y tu padre también, así que si tú no se lo dices tendré que decírselo yo.

- No, mamá.

- No permitiré que juegues sin ganas.

- Yo juego con ganas.

- ¿Así? En la primera parte parecías dormido.

- Quizá porque no sé que hacer.

- Y por eso no te gusta, ¿No?

- Mamá, ¡Mírame!

Dejé de mirar a Lucas, que me observaba con atención, y vi a Zoe hacer la rueda. Sonreí y la felicité, volviendo a mirar a Lucas para que no pensase que se acabaría ahí la charla.

- Lucas, tienes que hacer algo.

- Está bien, lo haré.

- Y si no recibo una llamada de tu padre sobre esto, lo haré yo.

Resopló y se levantó, yendo hacia los columpio con su hermana. Odiaba enfadarme con él, pero en este caso lo veía necesario, no quería verle triste y sabía que sería feliz en teatro, no en fútbol.

- Tsss, mirá acá, boluda.- me di la vuelta y sonreí viendo como se acercaba y sentaba a mi lado.- ¿Qué tal están?

- Bien, ¿Y tú, pipita?

- Bien.

- ¡Pipa!

Los chicos fueron corriendo a abrazarle y nos levantamos del banco, empezando a caminar hacia Vinovo, ya que Higuaín tenía entrenamiento hoy, no como yo, que tenían que arreglar la gradas para el partido de hoy y no había.

Llegamos y entramos, acompañándole hasta que teníamos que entrar en las gradas, donde nos encontramos a Rincón. Me senté junto a él y dejé que los chicos jugaran por las gradas solitarias, esperando a que los jugadores salieran a entrenar antes de su partido de esta noche.

Por fin salieron y miré directamente a él, que al salir se tapó los ojos por el sol y miró hacia aquí, sonriéndome y saludándome mientras caminaba hacia el centro junto los demás.

- ¿Me perdí algo?

- ¿Qué?

- Paulo y tú.- miré a Rincón y él sonrió.

- ¿Qué pasa con nosotros?

- No sé, dímelo tú.- le miré confundida y él rió.- Te ha saludado.

- Sí, ¿Y qué?

- Y sonreído.

- Bueno, ¿Y qué pasa con eso?

- Ah no sé, hace semanas se odiaban a muerte.

- Hace semanas yo tenía novio y aquí estamos, otra vez de madre soltera.

Él volvió a reír y yo negué con la cabeza, sonriéndole y desviando mi mirada al campo para verles empezar el entrenamiento. En mitad de este, Rincón y yo, junto a los chicos, fuimos a la cafetería porque tenían hambre y sed.

- ¿Qué tal fue el partido de Lucas?

- Bien, marcó un gol.

- ¿Así?

- De falta, como su padre.

- Vaya, para no gustarle es bueno, ¿No?

- Eso dice, que está gusto, pero sigue sin gustarle así que...

- ¿Aún no se lo ha dicho a Paulo?- negué con la cabeza y él miró a Lucas a lo lejos, ya que estábamos volviendo a las gradas.- Pues tendrás que hacerlo tú.

- Supongo, aunque él me ha dicho que se lo dirá, así yo no lo hago.

- Con suerte lo hará, parece que no quiere molestarle.

- No lo hace diciéndole eso, si no le gusta, no le gusta.

- Ya, ahora eso díselo al padre futbolero.

Hice una mueca y seguimos mirando el entrenamiento hasta que terminó, entonces bajamos y fuimos otra vez a la cafetería a esperarles. Poco a poco, fueron apareciendo.

- ¿Qué haces acá?- preguntó acercándose a mí con una sonrisa.

- Vine a ver a Higuaín.

- Oh...

- Es broma.- reí y él volvió a sonreír.- Vine a veros a todos, aunque fue idea de Higuaín.

- Re graciosa vos eh.

- Ni que no me conocieras.- le guiñé el ojo y él rió levemente, negando con la cabeza.

- ¡Ragazzi! ¡Andiamo! (¡Chicos! ¡Vamos!)

Miramos a Buffon, que nos sonreían un poco raro, al igual que Higuaín, y fuimos con ellos. Paulo llevaba de la mano a Zoe y Lucas hablaba con Buffon y yo con Higuaín, yéndonos de Vinovo.

Fuimos caminando, con alguna parada por los bianconeros que querían una foto de todos, hasta un bar. Allí unimos dos mesas y pusimos ocho sillas, ya que éramos: Lucas, Zoe, Paulo, Higuaín, Cuadrado, Buffon, Rincón y yo.

Yo estaba sentada al lado de Zoe, que nos separaba como siempre a Paulo, y al lado de Higuaín, que nos separaba a Lucas y a mí.

- Gio.

- ¿Cosa? (¿Qué?)

- ¿Quando ci presenterai al tuo ragazzo? (¿Cuándo nos presentarás a tu novio?)

- Eh... ¿Pedro?

- Sicuro. (Claro.)

- Beh... non penso di poterti presentare. (Bueno...no creo que os lo pueda presentar.)

- ¿Perché? (¿Por qué?)

- Perché lui... (Porque él...)

- È in Spagna, ¿Giusto? (Está en España, ¿No?)- Rincón me interrumpió y le miré.- Ecco perché non può. (Por eso no puede venir.)

- Oh, certo. (Oh, claro.)

- Ma ¿Non hai detto che è venuto qui qualche volta? (Pero, ¿No decías que venía a veces?)

- Sì, ma ora ha molto lavoro. (Sí, pero ahora tiene mucho trabajo.)

- Bene, arriverà. (Bueno, vendrá.)

- E lo sapremo. (Y lo conoceremos.)

- Sì, sì...

Suspiré y Rincón me miró confundido, mientras que yo tranquilizaba mis nervios y seguía hablando con los demás. Terminamos lo que pedimos y nos levantamos, ya que cada uno tenía que irse a comer y a prepararse para el partido que tenían los dos equipos.

- Mamá.

- Dime.

- ¿Por qué mentiste?

- ¿Qué?

- Dijiste que Pedro no puede venir, pero en realidad es que ya no están juntos.

- Bueno hijo yo...

- ¿Es por papá?

- Tal vez.

- A él le da igual, él tiene novia.

- Lo sé, cariño. Quizás no lo haya dicho porque aún no me acostumbro, quien sabe.

Lucas me sonrió y se fue junto a su hermana, que estaba un poco más adelante que nosotros. De camino a casa, le di las gracias a Rincón por mensajes.

¿Qué se siente al ser eterno? (Paulo Dybala)Where stories live. Discover now