Capítulo 30

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Cuando levanté mi mirada del móvil, observé el vehículo sin importancia. Hasta que mis ojos se chocaron, de nuevo, con el chico de la cafetería y del supermercado. Él también se dio cuenta de que estaba yo y se sorprendió.

- ¿Me persigues o...?

- ¿Quién te dice que soy yo? A lo mejor tú me has seguido.

Nos miramos fijamente, en silencio, hasta que empezamos a reírnos y yo me quité los audífonos para escucharle mejor.

- Me llamo Pedro.

- Yo Gio.

- ¿Gio? ¿Eres catalana o algo?

- No, no, italiana.

- ¿Italiana? Si no tienes acento.

- Bueno a ver, mi padre es italiano y mi madre española.

- Eso me cuadra más.

A partir de ahí, comenzamos a hablar durante todo el viaje, dándonos los números al final de trayecto. Bajé del bus y fui con las bolsas de la compra hasta mi casa.

Entré y empecé a colocar cuando recibí un mensaje. Saqué el móvil y era Sofía diciendo que la llamara. Y eso hice.

- Hola.

- Hola, ¿Te interrumpí?

- Bueno, a ver, he sido yo la que he llamado.

- Es verdad, es verdad.

- Sólo estoy colocando la compra, ¿Qué pasa?

- No, nada, ¿Quieres ir al partido de esta noche?

- ¿Quién juega?

- Atlético de Madrid y Barça.

- ¿Me llevo a Lucas y Zoe?

- Claro.

- ¿Griezmann será titular?

- Ajá.

- Vale, entonces, iré.

- Al fin. Hace tiempo que no sales de casa si no es para ir con la familia o hacer cualquier recado.

- A ver, que ya no esté casada no significa que esté todos los días borracha.

- Ya, ya, pero es que han pasado muchos años, Gio.

- Lo sé, lo sé, pero...

- Sé lo que me dirás, porque siempre lo haces.

- ¿Y qué le hago?

- Olvidarle. En fin, te dejo colocar las cosas.

- Adiós.

- Adiós.

Terminé la llamada, dejando el móvil en la mesa y guardando las bolsas. Fui al salón y me senté en el sofá, encendiendo la televisión. Cambié de canal de televisión hasta dejarlo en uno cualquiera, sumergiéndome en mis pensamientos, escuchando de fondo.

- ¿Tienes algo nuevo, Andrés?

- Por supuesto, dejemos a un lado a Cristiano Ronaldo y sus hijos para fijarnos en un argentino.

- ¿Messi?

- Para nada, para nada, vamos a hablar del 10 de la Juventus, Paulo Dybala.- aquello me sacó de mis pensamientos y me volvió a la realidad.

- ¿Dybala? ¿Qué pasa con él?

- ¿Cómo que qué pasa, Julia? Al parecer ya ha olvidado a su mujer definitivamente.

- ¿Te refieres a Giovanna? ¿La que estaba en el equipo?

- Claro, ¿A quién si no?

- No me lo puedo creer.- dijo una chica que aún no había hablado.- Perdona, Andrés, pero o me lo creo. Esos dos estaban muy enamorados.

- Por supuesto que lo estaban, Alicia, pero eso fue hace años. Si no, mira.

Y apagué la televisión en el momento que apareció una foto en pantalla. Aunque llegué a verla. Era Paulo de la mano de una chica rubia, delgada y algo morena, más baja que él e iban de la mano, los dos sonriendo.

Aquel chico, el tal Andrés, tenía razón. Nos quisimos y mucho, pero hace tanto tiempo de eso. Aunque mis sentimientos, como decía la tal Alicia, no han cambiado hacia él por mucho que eligiera un balón antes que a su familia, cosa que aún no le perdono.

Entonces, se escuchó la puerta abrirse y a continuación cerrarse. Me giré a ver quién era, encontrándome con la mirada de mi madre, que me sonrió al darse cuenta de mi presencia.

- ¿Hiciste la compra?

- Sí, está todo. También les compré algo de ropa a los chicos.

- Genial.

- Esta noche iré al partido con Sofía.- ella abrió su boca con intención de hablar pero la interrumpí.- Tranquila, no harán de niñeros, los llevaré conmigo.

- Bueno, con Lucas ya vamos siendo menos niñeros. Pronto saldrá con sus amigos.

- ¿Con cuáles? ¿Los españoles o los italianos?

- Los dos, ¿Cuándo decías que te mudabas?

- Me voy con los niños y papá.

- Tus cosas las tiene Pablo, ¿No?

Asentí con la cabeza y dejé que se fuera a poner cómoda. Pasaron las horas y Dante ya hizo de taxi, trayéndome a Zoe y Lucas con sus historias de clase.

Les dije sobre el partido y los dos quisieron, así que, al llegar la noche, ya tenían puestas las camisetas firmadas que Griezmann les dio.

Dante, de nuevo, nos llevó allí, discutiendo conmigo en el camino sobre mi carnet de conducir. Me despedí de él y fui con Lucas delante de mí y con Zoe de mi mano hasta donde estaban Sofía y Marcos y Nico.

- Mamá, ¿Yo que soy para Marco y Nico?- preguntó Zoe, acercándonos a ellos.

- Algo así como primos lejanos.

Ella asintió y cuando estuvimos lo suficientemente cerca, salió a correr hacia ellos, alejándose un poco de nosotras dos, que no les quitábamos los ojos de encima.

- ¿Qué tal estás?- preguntó Sofía.

- La última vez que fui a un partido del Atlético de Madrid, tuve a Zoe.

- Me sirve como respuesta.- dejé de mirar al estadio para mirarla.

- Ya me enteré.

- ¿De qué?

- De que tiene una novia.

- ¿Dybala?

- Ajá.

- Pues ya sabes, haz lo mismo.

Fuimos a por los chicos y entramos por fin, yendo hasta nuestros asientos al lado del banquillo de los del Atlético. Salieron los jugadores y después de toda la rutina, sonó el pitido que dio el comienzo al partido.

El Barça estuvo a punto de ganar, si no fuera por Griezmann y Costa, que espabilaron y supieron marcar a Ter Stegen, remontando.

Salí del estadio y me despedí de Sofía, llamando esta vez a un verdadero taxi y volviendo a casa, durmiendo junto a Zoe.

¿Qué se siente al ser eterno? (Paulo Dybala)Where stories live. Discover now