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El castaño llevaba cerca de 15 minutos esperando fuera de la casa de Jimin. Había llamado al timbre repetidas veces, había intentado contactar con él mediante mensajes e incluso lo había llamado varias veces, pero Jimin estaba totalmente desaparecido, y eso no hacía más que preocuparle. Taehyung incluso le envió un mensaje a Seokjin por si éste sabía algo del rubio, pero solo le respondió diciendo que el día anterior había estado en su casa y después de eso no había vuelto a saber nada de él.

Finalmente, después de lo que parecieron horas de espera para Taehyung, alguien abrió la puerta, aunque para su sorpresa, no fue su amigo.

— Hola, soy Kim Taehyung, amigo de Jimin.— Sonrió vergonzosamente a la mujer que tenía delante, quien guardaba un notable parecido a Jimin.

— Creo que él salió hace un rato...— Habló la mujer.

— Oh, bueno...¿Podría decirle que estuve aquí? — Preguntó, el miedo de no encontrarle haciéndose presente en su pecho.

— Claro.— El castaño agradeció y se marchó después de despedirse.

Soltó un suspiro frustrado mientras caminaba en dirección a su casa. Cuando parecía que todo mejoraba, siempre algo se torcía y las cosas volvían a ir mal. Era inevitable pensar en querer terminar con todo, en rendirse, pero por ser demasiado cobarde a intentar desaparecer, siempre terminaba viendo su vida pasar, como si no tuviera otra opción que seguir respirando.

Llegó a su casa después de varios minutos caminando a paso lento, para que le diera tiempo a replantearse su vida y el porqué seguía existiendo. Vio frente a su hogar a Jungkook, que estaba sentado al borde de la acera mientras jugaba con un palo, rascando el asfalto con este. Taehyung se acercó cuidadosamente, dispuesto a pedirle disculpas y también una explicación por lo ocurrido anteriormente con Yoongi, pues su mejor amigo -o lo que fuera- le ocultaba algo que, debido a la situación en la que se encontraban, a Taehyung le interesaba saber.

— Hola.— Saludó, con su voz temerosa. Jungkook alzó la vista, y entonces el castaño pudo ver como su labio inferior tenía restos de sangre seca y su ceja estaba decorada con una cicatriz reciente.— ¿Yoongi te hizo eso? — Tragó saliva y señaló las heridas en el rostro de Jungkook. El menor asintió y Taehyung no lo pensó demasiado cuando agarró al pelinegro del brazo y lo levantó, aventándolo al interior de la casa y dejando caer su cuerpo contra el mullido sofá. De repente, Taehyung se sintió molesto con Yoongi por haber dañado a Jungkook, y deseaba con todas sus fuerzas darle tantos golpes que apenas pudiera respirar. Ese idiota no solo había roto el corazón de Jimin sino que había golpeado a su mejor amigo, y sea lo que sea que el pelinegro hubiera hecho para enfadar tanto a Yoongi, estaba seguro de que no merecía tal castigo.

Después de inspeccionar su rostro, Taehyung se dirigió al baño de la segunda planta y volvió con el botiquín especializado para curar al menor. Se arrodilló frente a él, su ceño fruncido inconscientemente, mostrando la molestia que sentía, a lo que Jungkook sonrió de lado, inevitablemente.

— ¿Qué te hace tanta gracia? — Preguntó, con sus nervios al límite y sus cejas frunciéndose aún más. No podía dejar de pensar en mil maneras de asesinar a ese escuálido peliazul, y le sorprendía su repentino enfado con él cuando había considerado a Yoongi un amigo 
-no cercano- hacía tan solo unos días.

— Estás molesto.— Rio el menor. "Te ves adorable así" quiso decir.

Cansado de la situación, porque cualquier mínimo detalle era suficiente para hacerlo explotar, ya que llevaba aguantando demasiadas cosas, Taehyung se levantó y se dio la vuelta con un suspiro, alejándose del menor para dirigirse a las escaleras.

— Hey, ¿A dónde vas? — Jungkook lo siguió con la mirada.

— Ese idiota te ha golpeado y tú...¿crees que es gracioso?

𝗟𝗹𝗲́𝘃𝗮𝗺𝗲 𝗮 𝗣𝗹𝘂𝘁𝗼́𝗻 → 𝐾𝑜𝑜𝑘𝑉 / 𝑉𝐾𝑜𝑜𝑘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora