11

14K 1.9K 1.2K
                                    

La habitación era demasiado fría y oscura para Taehyung. Hacía unos minutos una fuerte lluvia se había desatado sobre Seúl y no podía hacer otra cosa que taparse los oídos con sus propias manos para amortiguar el ruido y cerrar sus ojos fuertemente por la claridad de los rayos que chocaban contra la ventana. Quiso llorar. Había tenido miedo a las tormentas desde que era niño, pues una vez, sus padres tuvieron que irse a la empresa por un caso urgente, y Taehyung, con tan solo siete años, se quedó solo en su casa, metido en su cuarto mientras abrazaba sus piernas y rogaba porque sus padres aparecieran de una vez. Aquella vez, la tormenta fue tan fuerte que el castaño apenas podía escuchar los latidos acelerados de su corazón. Desde ese día Jungkook se escabullía a su casa cada vez que había mal temporal, y con esa excusa, se acurrucaba junto a Taehyung en su cama y acariciaba su cabello hasta que se tranquilizaba. Pero ahora...ahora Jungkook estaba ahí, a su lado, y tenía que ser él mismo quien se protegiera, pues ya no podía contar con la ayuda del pelinegro.

Cuando la lluvia cesó un poco y pudo relajar su cuerpo, se levantó para ir al baño. Se lavó la cara, que estaba cubierta de lágrimas y sudor por el pánico, y respiró profundamente, tomando el valor para volver. Sabía que su mente pensaría demasiado durante el resto de la noche y no podría conciliar el sueño, pero al menos, lo peor ya había pasado.

Abrió la puerta con cuidado, pero de nada sirvió hacer el mínimo ruido posible, porque en cuanto el castaño cerró la puerta tras él Jungkook estaba despierto, sentado sobre su cama.

— ¿Qué haces despierto? — El pelinegro frunció su ceño, intentando ver a Taehyung entre la oscuridad de la habitación.

— Fui al baño.— Respondió toscamente, dirigiéndose a su cama improvisada.

— Ha llovido.— Miró las gotas de agua que caían por el cristal, aún siendo demasiadas como para no notarlas. — ¿Tenías miedo?

Taehyung rio.— No tengo diez años, ya no me asustan esas cosas. Es absurdo.

— Seguro. — Suspiró Jungkook, dando media vuelta y acurrucándose entre las sábanas, dándole la espalda a Taehyung.— Puedes dormir conmigo si tienes miedo.

El castaño abrió sus ojos con sorpresa, la ira empezando a amenazar con apoderarse de su cuerpo. Le parecía algo increíblemente sin sentido que Jungkook le ofreciera dormir con él cuando hacía tan solo unas horas, le había dejado bien claro lo poco que había significado sus 16 años de amistad para él.

— No te entiendo.— Suspiró pesadamente, dispuesto a volverse al lugar donde hace un rato dormía, pero fue interrumpido por la luz que iluminó repentinamente la habitación.— ¿Qué demonios haces? Apaga la luz.

— Ven aquí.— Ordenó, haciendo un hueco en su cama.

— No.

— Taehyung.

— Jungkook.— El mayor se cruzó de brazos aún sin moverse de su lugar.— ¿Por qué de repente parece que quieras hacer como si nada hubiera pasado?

— Solo intento ser amable.

El castaño bufó exasperado, con sus nervios apunto de estallar.— Pues no fuiste tan amable cuando te enfadaste por interrumpir tu encuentro con Jieun, ni tampoco fuiste amable cuando me viste besarme con un chico, ni cuando me pusiste en ridículo delante de toda la clase.— Empezó a alzar la voz sin darse cuenta, su cara tornándose roja por el enfado.— Y, oh, tampoco fuiste tan amable cuando me dejaste claro que te importaba lo más mínimo. Y eso solo ocurrió hace unas horas, Jungkook.

— Deja de comportarte como un crío.

— ¡No lo estoy haciendo!

— ¡Te estás comportando como uno! — Espetó con rabia, dándose cuenta entonces de que quien estaba actuando de forma inmadura era él mismo y no Taehyung. Pero Jungkook no lo admitiría, su orgullo siempre siendo más fuerte que sus sentimientos.— Deja de recriminarme las cosas que he hecho como si tú lo hicieras todo bien.

𝗟𝗹𝗲́𝘃𝗮𝗺𝗲 𝗮 𝗣𝗹𝘂𝘁𝗼́𝗻 → 𝐾𝑜𝑜𝑘𝑉 / 𝑉𝐾𝑜𝑜𝑘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora