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Taehyung recuerda aquella noche como un sinfín de porqués que se acumulaban en su mente, taponando sus oídos y sin dejar que se centrara en otra cosa que aquellas preguntas resonando dentro de él.

Todo iba relativamente bien. Bueno, quizá no tan bien. Había una barrera invisible entre él y Jungkook. Un muro de piedra que tenía escrito por todas partes la palabra tensión. Se buscaban entre miradas y se sonrojaban cuando sus ojos se encontraban. Las manos de Taehyung temblaban y Jungkook caminaba de un lado a otro, mirando a todas partes menos a su mejor amigo, pero ninguno se atrevió a hablar después de haber compartido aquel beso en el salón.

— ¿Te importa si dormimos juntos? — Preguntó el mayor desde su cama, torturando su labio inferior con sus dientes.— Ya sabes, como en los viejos tiempos.

Jungkook se sintió nervioso ante la tímida y miedosa sonrisa que Taehyung intentó esbozar en sus labios. Podía ver en el mayor un atisbo de esperanza, que pese a ser casi inexistente, estaba ahí, rogando por un poco de cariño.

— E-Está bien. Podemos-

— Chicos, la cena está lista.— La madre del castaño entró en el cuarto, asustando al menor pero dándole un suspiro al haber interrumpido ese momento que, de no ser por ella, se tornaría en algo incómodo, pues de ser por él, dormiría abrazado a Taehyung toda la noche, pero había un problema y es que si su padre llegaba a enterarse, probablemente jamás podría volver a ver a Taehyung. Sunhee se marchó en cuanto dio el aviso, dejándolos solos de nuevo. Ambos tenían intención de seguirla para ir a cenar, pero el teléfono de Jungkook irrumpió el silencio de la habitación.

— Oh.— Dijo sorprendido por la inesperada llamada.— Baja a cenar, hyung. En cuanto acabe la llamada iré.

Taehyung asintió levemente antes de dejar al menor solo e ir tras su mamá.

— ¿S-sí? ¿Papá? — Tragó saliva cuando descolgó y se sentó en la cama del menor, ya que sus piernas empezaron a flaquear por el temor que recorría su cuerpo con la sola mención de su padre.

— Jungkook.— Su tono era amable, lo que calmó un poco al pelinegro.— ¿Cómo estás?

— Bien...¿Y vosotros? — Frunció el ceño. Era demasiado extraño que su padre llamara para preguntar por él. No era el tipo de persona que se preocupaba por el estado de ánimo de su hijo. Jamás preguntaba cómo le había ido el día y se limitaba a preguntarle por su expediente académico y todo lo que se relacionaba con números que podía beneficiarle en un futuro.

— Estamos bien, bastante ocupados pero...

— ¿Seguro? Es...raro que me llames.

— Sí, bueno, la verdad es que...tu madre y yo hemos pensado en que podrías quedarte en casa de Jieun.

— ¿Qué?

— Nos parece una buena idea. Así no molestarás a la familia de Taehyung durante estos días.

Jungkook llevó la mano a su frente, al límite del colapso. Era increíble el poder que creía tener su padre sobre él. En serio, teniendo una casa en la que quedarse, ¿por qué tenía que verse obligado a pasar aún más tiempo con su novia? ¿Acaso sus padres eran conscientes de que tenía a un mejor amigo al que cuidar? Ah, claro, es que justamente ese era el problema, que cuánto más cerca estuviera de Taehyung, más peligro corrían todos los planes de sus padres para su futuro.

— ¿Así que es por eso, no? — Rio con amargura.— El problema es Taehyung, como siempre.

— Jungkook, no es eso.— La voz del hombre tembló un poco, y entonces el pelinegro pudo darse cuenta de lo que estaba pasando.

𝗟𝗹𝗲́𝘃𝗮𝗺𝗲 𝗮 𝗣𝗹𝘂𝘁𝗼́𝗻 → 𝐾𝑜𝑜𝑘𝑉 / 𝑉𝐾𝑜𝑜𝑘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora