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La cena fue extremadamente silenciosa. Solo se escuchaba el chirriar de los cubiertos sobre el plato. Los dos menores no se atrevían a levantar la cabeza y enfrentar a la madre de Taehyung, y el rostro de su padre expresaba una confusión indistinguible.

— ¿Y bien? ¿Taehyung, algo que decir? — Preguntó su madre alzando una ceja.

— Ha sido mi culpa, señora Kim. No volverá a ocurrir, lo siento.— Jungkook inclinó su cabeza a modo de disculpa. Sintió los ojos de Taehyung sobre él, agradeciéndole con la mirada.

— Jungkook, no debes disculparte.— Sentenció la madre del castaño, logrando que ambos le miraran con el ceño fruncido, y su padre estuviera más desconcertado que antes.— Cariño,— Habló dirigiéndose a su marido.— Vi a los chicos...— Y le dio una mirada que rápidamente su marido entendió.

— ¿E-en los labios? — El hombre abrió los ojos con sorpresa, palpando sus labios con su dedo índice.

— Sí.

— Lo siento, no volverá a ocurrir, yo solo...

— Taehyung.— La voz de su madre sonó firme.— No pasa nada, ¿vale? Bien, no es algo a lo que estemos acostumbrados pero si Jungkook te hace feliz de esa forma, entonces podremos...adaptarnos. No queremos hacerles sentir incómodos. El amor es así y...aunque a los adultos nos cueste entenderlo, es normal que hoy en día se vean parejas homosexuales. Podremos acostumbrarnos.

Taehyung juró para sí mismo que jamás había amado tanto a su madre como en ese momento.

— Mamá, ¿hablas en serio? — Sus ojitos rebosantes de emoción.

— Claro, cielo. Mientras seas feliz, tu padre y yo aceptaremos lo que sea.

Jungkook sujetó la mano de Taehyung con la suya bajo la mesa, dándole un suave apretón. Ambos se miraron con sus ojos destellando alegría y sus sonrisas siendo tan sinceras que les parecía imposible sentir tanta felicidad por algo tan simple.

— Pero hay algo que no entiendo. Jungkook, ¿Qué hay de Jieun? — Preguntó la señora Kim.

— S-Sí, Taehyung y yo no estamos realmente juntos aún. Tengo que solucionar unos asuntos en casa antes de dejarlo con Jieun.— Aquel "aún" hizo sonreír al castaño, pues era más que capaz de verse en una relación con Jungkook, y que él admitiera lo mismo le hacía tener un poquito de esperanza.

— Bien...espero que así sea. Lo aceptamos si deciden estar juntos, pero Jungkook, si le haces daño a Taehyung...

— Lo sé, señora Kim. Hyung ya ha sufrido mucho por mi culpa, quiero reparar todo ese daño.— Sonrió tímidamente.

— Así que...— Habló el señor Kim, que había estado analizando la conversación por su propia cuenta hasta ahora.— Por lo que sé, tu padre es bastante reacio a las relaciones entre chicos. ¿Está todo bien con él?

— E-Eh, bueno...Él no sabe nada de esto, pero lo supone.

— Jeon me ha hablado tantas veces de los planes de futuro para ti...¿Estás seguro de que quieres tomar este camino? No creo que él esté bien con ello.

— ¡Cariño! — La mujer le llamó la atención, pues la situación de Jungkook era complicada y a veces su marido metía la pata en el lugar equivocado.

— Perdón, creo que hablé demasiado.— Sonrió a modo de disculpa.

La cena terminó poco después. No volvieron a mencionar el tema y eso calmó bastante a ambos amigos.

La noche era oscura pero hacía un buen clima, y la parte de la ciudad en la que vivían era tranquila, así que la madre de Taehyung les propuso que salieran a dar una vuelta para despejar sus mentes, ya que había sido un tiempo difícil para los chicos y, ahora que podían sentirse algo más relajados al ser aceptados por los padres del castaño, un rato de tranquilidad bajo la luz de las estrellas les ayudaría a liberar sus corazones de sensaciones negativas.

Se pusieron los abrigos y salieron de casa. Se dirigieron al parque que solían visitar de niños, y durante el camino explicaron anécdotas de su niñez, riendo al recordar aquellos buenos tiempos en los que ser cercanos no era un problema para ellos.

Se tumbaron en el césped que no estaba cubierto de árboles, dejándose iluminar por la tenue luz de las estrellas, disfrutando de ese momento de paz en sus vidas. El sonido de los grillos era agradable y se podía respirar un aire fresco que sus pulmones agradecían.

— Jungkook.— El castaño lo llamó, aún sin despegar su vista del cielo sobre ellos.

— ¿Sí?

— ¿Puedes creer que tengo millones de estrellas frente a mí y tú eres mi favorita?

— H-Hyung...

— Mejor no digas nada, ya me siento suficientemente estúpido por haber dicho esto.— Tapó su rostro con sus manos debido a la vergüenza que empezaba a sentir. Aquella frase le había salido sola, sin más. De hecho, no era su boca la que la había pronunciado sino su corazón, y ahora se arrepentía de haber sido tan transparente frente al menor.

Antes de que pudiera darse cuenta, Taehyung tenía el cuerpo del pelinegro sobre él. Quitó las manos de su rostro y sin previo aviso, el menor lo besó. Al contrario del beso de hacia un rato, este no se caracterizaba por la lujuria sino la ternura que Taehyung le daba a Jungkook. Era un beso que contenía el amor. Un beso que, no fue dado por sus labios sino por sus corazones.

Todo parecía fuera de lugar pero en el sitio correcto. Todo demasiado etéreo, tan irreal que apenas se podía tocar. Y justo en el momento en que Jungkook pudo tocar la felicidad con la punta de sus dedos, algo tuvo que estropearlo todo. O mejor dicho, alguien.

 O mejor dicho, alguien

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¡Hola de nuevo!

¿Vieron que cambié la portada? Soy tan indecisa. Bueno, ¿como están? ¿Todo bien? Yo recién comencé mis exámenes y apenas tengo tiempo para respirar peeeero obviamente no les voy a dejar sin mis (horribles) historias.

Tengan un buen día y sigan leyendo. Adiosss.

— yudus

𝗟𝗹𝗲́𝘃𝗮𝗺𝗲 𝗮 𝗣𝗹𝘂𝘁𝗼́𝗻 → 𝐾𝑜𝑜𝑘𝑉 / 𝑉𝐾𝑜𝑜𝑘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora