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Steve

-Es hora de que dejes de soñar Rogers. Los clientes empezaran a llegar en cualquier momento y creo que debes poner orden atrás Charlie está a punto de de matar a Sam porque se le ocurrió decirle que Star Trek es mejor que Star Wars.

-Y no es lo mismo?

-Sera mejor que no te escuche decir eso porque creo que desaparecerás de la fas de la tierra.

-Muy bien, entonteces empecemos el día.

-Si ya puedes empezar con las órdenes que usualmente piden antes de las 8 yo iré con los proveedores y esperaré a que Charlie tome las órdenes para empezar atrás con Sam.

Que diferente era mi vida ahora. Estaba cansado de todo. Los que me conocían no sentían esa necesidad de dejar todo atrás, de mirar tu pasado y pensar que algo más te faltaba a pesar de tenerlo todo.

Era un artista reconocido en New York. Empece trabajando en una galería en Brooklyn fui escalando poco a poco y pensé que estaba contento trabajando en lo que tanto me apasionaba. Pero me die cuenta que me sometía a un estrés por querer mejor y al final eso fue matando mis deseos de pintar, de plasmar lo que veía en dibujos ya no era para mi algo satisfactorio, ahora era más una imposición y no disfrutaba nada esto.

Viaje, encontré Rosewood por accidente y no lo pensé dos veces cuando paseaba por el lugar y me di cuenta que este lugar tenía lo que necesitaba.

Tres años habían pasado ya de eso y ahora mientras firmo los produce traídos por uno de los proveedores los recuerdos de aquellos años eran pobres comparados con lo grandioso que había sido el tiempo aquí.

Para la hora de la comida el lugar se encontraba lleno. Era sábado y eso parecía animar a todos de alguna manera, finalmente acabando el día tendrían un día libre y aunque todos disfrutábamos de estar aquí, se entendía el querer tener un día libre.

-Los pasteles están listos Steve, ya es hora de que hagas tu magia.

Mientras caminaba a la cocina para decorar los pasteles que teníamos que entregar esta tarde, recordé cómo recibí el reproche de mi familia al decir que abandonaba mi ya bien establecida carrera en New York por abrir una cafetería en Rosewood Pensilvania.

No se parecía en nada a New York esa fue la respuesta que les di, pero al ver sus caras en blanco y su ceño fruncido sabía que sería inútil tratar de hacerles entender porque había decidido seguir este camino. No había sabido de ellos en más de un año y mucho menos recibido una visita en todo el tiempo que tenía viviendo aquí.

Las razones me las puedo imaginar pero eso es solo un suponer porque no sabía con certeza el porque su rechazo y el porque el haberse alejado de esta manera.

Sonrió mientras pasó el betún color rosa. Este sería el pastel de una niña que seguramente había pedido un pastel especial en forma de mariposa para su fiesta en algún jardín de una casa rodeado de pequeñas niñas con alas en sus espaldas. Si mi familia no entendía porque esto me haciendo reír todos los días no creo que deba preocuparme por algo más en estos momentos.

-Dios mío. Deberías dedicarte a hacer sólo pasteles!! De verdad que son de otro mundo, serias como esos que salen en la televisión.

La voz animada de Charlie siempre hacía que te contagiara si entusiasmo. Era única en su estilo y una de las personas que agradecía tener en mi vida.

-No soy tan bueno, es no sé solo un pastel.

-Dios que seas tan modesto y atractivo es una de las razones por las que este lugar esta a reventar siempre de chicas interesadas en que les tomes el pedido en más de un sentido posible.

-Charlie...

-Si si ya. Pero yo no me quejo solo resaltó lo obvio y no me molesta mejor para mi. Siempre alegran el día las que vienen sin nada más que un pequeño short a pesar de que a fuera este helado.

-Son entusiastas supongo.

-Y tu tienes una sonrisa de un millón de dólares. Pero sabes creo que te entiendo, se porque te rehusas a salir con alguien, no todos tienen el corazón tan grande como el tuyo eso explicaría el porque tu pecho es tan duro. Creo que amaste tanto a alguien y te defraudo que temes salir lastimado.

-Supongo que no he encontrado a esa persona aún. No es como que esa sea la razón.

-Seguro jefe. Lo que usted diga.

-Que no tienes mesas que atender?

-Oh Vamos y yo que pensaba que me querías Steve, eso fue cruel!

-Vamos Se que tienes exámenes la siguiente semana así que será mejor que te apresures y saldrás pronto de aquí.

-Mejor para mi, el cielo ha estado negro desde hace ya un par de horas y creo que caerá un diluvio.

Charlie se despidió con una sonrisa mientras yo terminaba de decorar los otros pasteles que teníamos de pedido. Era sábado por la noche y en teoría eran los días que solía dejarme convencer por Sam y Nat dependiendo de quién estuviera en turno para salir a algún bar. Pero realmente no me encontraba con ánimos de salir.

Entregue los pedidos y salí rumbo al centro a encargarme de algunos pendientes, Charlie tiene razón el cielo se encontraba preocupante mente gris y será una noche en la que nadie podrá salir, al menos me serviría de excusa para darle otra esquiva a las incistentes salidas  de ambos sin mencionar las incontables citas que Nat a tratado de armar a lo largo de estos meses.

Sin miedo (Stucky)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora