🗝FarAway🗝《Omegaverse-YM》

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Jimin se encontraba en la habitación preparando la tina para un baño y no cualquiera, pues volvería a usar aquellas sales potenciadoras de aroma que le había obsequiado Jin, ya que sabía que volverían loco a su alfa. Una pequeña sonrisilla traviesa se coló en sus labios, impaciente por ver la reacción de Yoongi.

Con esmero se talló todo el cuerpo, limpiando metódicamente, rasurándose y puliéndose, logrando perfumar y suavizar su piel. Una vez de vuelta a la alcoba, se calzó la lencería color rojo vino, de seda y bordes negros de encaje. Se notaban que eran hechos para omegas hombres, pues abrazaban sus caderas, amoldándose a su trasero, realzándolo y cubriendo delicadamente la parte delantera.

Se sentía bonito y sexy.

Sonriendo a su reflejo, Jimin se observó desde todos los ángulos posibles, contentándose con su cuerpo. Estaba delgado, es verdad, pero se sabía sano. Su cintura era pequeña, dándole una figura fina y esbelta. Sus piernas fuertes de bailarín y caderas anchas de omega fértil le hacían resaltar cualquier pantalón que usara, así como su vientre y pecho completamente plano, brazos delgados y levemente marcados; sus clavículas resaltaban llamando a ser besadas.

La piel que alguna vez fue morena hoy estaba clara, de aspecto cremoso y liso, siendo decorada con marquitas que su alfa se había encargado de dejar aquella madrugada.

Jimin era el lienzo de Yoongi y amaba ser pintado por las manos del placer y los labios del amor. Aquellos senderos de besos infinitos le hacían sonreír con intimidad. Los jadeos marcados sobre su piel componían la hermosa figura de su cuerpo moteado por las pintas de la lujuria y la adoración.

Dando una pequeña carcajada de gozo, Jimin se terminó se vestir, calzándose pantalones blancos de tela lo suficientemente gruesa como para que no se trasluciera la ropa interior; una camisa del mismo color con un cuello de flecos y, a pesar de que las mangas le quedaban algo largas, combinaba con el calentito suéter afelpado de color blanco invierno. Su aspecto era angelical, aunque bajo esas insulsas prendas guardaba un regalito para su alfa.

Acomodó su rosado cabello de forma que estuviera peinado pero al estilo casual. Terminando por elegir los accesorios, decidiéndose por un par de aretes y un anillo de diseño sencillo, Jimin estuvo listo. Observando la hora en su celular, se sintió emocionado al solo faltar diez minutos.

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Yoongi se había encargado de todo, pidiendo a Jimin que se relajara y tratara de no asomarse a la cocina pues él quería sorprenderle. El alfa terminó de arreglar su corbata y sonrió de medio lado, observando su figura en el espejo y suspirando emocionado.

Con Jimin había ido tan rápido que se habían saltado el precioso y complejo paso del cortejo, donde el alfa sacaba a relucir lo mejor de sí, demostrando lo merecedor que era del omega en cuestión.

Nunca es demasiado tarde.

Yoongi abrochó su rolex y se dispuso a abandonar la habitación que había usado para cambiarse. Dirigiéndose al segundo piso, se aseguró que todo estaba en su lugar. A paso rápido, llegó a la cocina y revisó sus preparaciones.

Todo está listo.

Metiendo la mano en su bolsillo tocó los dos sobres de condones. Una pequeña sonrisa estiró la esquina de sus labios.

Fuera de todo pronóstico, Yoongi decidió tomar otro supresor, dado que su calor estaba comenzando a calentar su piel, subiendo la temperatura de su sangre y él no quería eso. Yoongi quería hacerle el amor de forma lenta, disfrutar de su pareja sin las prisas del celo, pues eso ya lo habían hecho en la madruga.