🗝FarAway🗝《Omegaverse-YM》

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El alfa sentía que su corazón se partía con cada sollozo del omega. No saber qué le provocaba tal llanto, le tenía mal, necesitaba saber.

—Jimin, cachorro —Yoongi susurró contra el cabello del menor—, háblame, dime qué es lo que ocurre.

Solo nuevas lágrimas respondían, silenciosas. El omega se adhería al alfa como si su vida dependiera de ello, sentir el calor del cuerpo ajeno le ayudaba a amainar el dolor que le atenazaba; Yoongi le ayudaba a calmar el vacío.

El chef se limitó a abrazar el menudo cuerpo de Jimin y acariciar con suavidad la espalda temblorosa de este. No volvió a preguntar, ni a hablar.

Jimin continuó con sus sollozos por un buen rato más, hasta que las lágrimas ya no salían, solo pequeños suspiros lastimeros.

—Jimin —Yoongi le llamó comenzando a alejarse del omega. Jimin aún no estaba listo para enfrentar al alfa, por lo que lo volvió a apretar contra sí.

—Aún no —La voz del menor salió rasposa y muy ronca—. Solo... solo un poco más, por favor.

—Todo lo que quieras —Yoongi envolvió mejor los brazos alrededor del omega y depositó un suave beso sobre la coronilla de este.

Más minutos pasaron, donde el menor logró controlar la respiración. Con suavidad, Jimin comenzó a incorporarse, quedando frente a Yoongi.

—Hyung... gracias —Jimin bajó la mirada, avergonzado. Yoongi estaba fuera de sí en ese momento, su lobo dominando sus acciones; con manos firmes tomó las mejillas de Jimin y las secó, removiendo la humedad que las lágrimas habían dejado.

Aún con las manos sobre las mejillas del menor, se inclinó de manera que los ojos de Jimin tuvieron que ver los suyos.

—No importa lo que pase Jimin, siempre que quieras, puedes venir a mí —El alfa se acercó y beso las mejillas del menor, provocando que este cerrara los ojos. Aprovechando el impulso, besó los parpados del omega, aquellos hinchados y rojos parpados; para luego descansar la frente sobre la de Jimin.

Tan cerca, y tan lejos a la vez.

—Gracias Yoongi Hyung —Jimin susurró sin abrir los ojos. Temía que si los abría todo fuera a desaparecer.

Incluso cuando no había espacio entre ellos, incluso cuando compartían un momento tan íntimo conociéndose apenas, nada se sentía mal. El mar de emociones y sensaciones que provocaban en el otro era como mil vidas recorridas.

—¿Ahora me dirás qué es lo que ocurre? —Yoongi alejó su frente de Jimin, separándose de este, tomando una silla del costado y posicionándose frente al menor. Jimin se veía pequeño en su lugar, con el cuerpo encorvado y de hombros caídos.

—Yo...no sé, aún no estoy preparado —El omega susurraba sin ser capaz de alzar la cabeza más allá de sus zapatos. Yoongi acercó aún más su silla, movió su mano de forma vacilante hasta que terminó entrelazando los dedos con los del menor.

Ambos sintieron la fuerte conexión y la energía viajando a través de sus pieles. Yoongi supo que no había errado al tocarle.

—Sea lo que sea, cachorro, todo se soluciona. Después de todo el mal, está el bien —Jimin alzó la cabeza—. Siempre hay personas que nos ayudan e iluminan nuestras existencias oscuras, yo... yo puedo ayudarte Jimin, yo puedo iluminar todo lo oscuro que hay dentro de ti.

—¿Y si la oscuridad es demasiada? —preguntó Jimin, mirando los ojos del alfa. Yoongi sonrió debilmente, cuando el menor le siguió la analogía.

—Puedo vencer cualquier oscuridad mientras tú me lo permitas, cachorro —Yoongi apretó los dedos entre los suyos. Jimin sintió como su cuerpo tomaba algo de tibieza. Jamás se esperó estar en esa situación, menos con Yoongi.