🗝FarAway🗝《Omegaverse-YM》

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Jimin estaba parado justo fuera de FarAway con el celular entre sus manos, esperando que su ritmo cardíaco disminuyera, o al menos, que le permitiera escuchar más allá de los agitados latidos en sus oídos.

El omega se había bañado, puesto ropa de abrigo, dentro del escaso repertorio que tenía, usando el suéter que Yoongi le había pasado el día anterior, porque sí, Jimin había decidido quedarse con el suéter de Yoongi como suyo.

Aunque pasó más del sesenta por ciento del camino hablando con Taemin, contándole toda la situación, aún se sentía muy nervioso. En su mente recordó las palabras que este le dijo: "En algún momento se lo ibas a decir, mejor temprano que tarde, Jimin"

Con un suspiro, se animó a llamar a Yoongi.

—Jimin, ¿estás aquí? —El alfa le contestó al primer tono.

—Sí, estoy afuera —La línea se cortó.

Yoongi, demasiado ansioso, le bajó el fuego a la comida, se sacó el guante y caminó con delantal y todo a abrirle la puerta a Jimin. Cuando ambos estuvieron cara a cara, la timidez invadió el cuerpo del menor, mientras que Yoongi observaba orgulloso como el omega llevaba la prenda que él le había dado el día anterior.

—Ven, entremos. El día esta helado —Yoongi estiró la mano, Jimin no perdió un segundo en tomarla, en tanto se mordía los labios, nervioso. El alfa no lo resistió, tiró de la mano de Jimin y lo acercó a él, plantando un rápido beso sobre la frente del sorprendido omega, contento, observó cómo el menor bajaba la mirada, sonrojado.

Jimin sentía que en cualquier momento colapsaría de felicidad. El alfa le dio un apretón a la mano de Jimin y le indicó que caminaran hasta la azotea.

Precioso.

Pensó mirandole.

—¿Tienes hambre? —preguntó mientras cruzaban el comedor vacío de FarAway.

No.

—Sí —susurró Jimin en tanto observaba todo a su alrededor. Se sentía extraño que a un horario donde días antes estaban hasta las orejas de trabajo, todo estuviera tan vacío y ordenado.

—Solitario, ¿no? —Yoongi lo pilló observando.

—Sí, se ve por completo diferente —Pasaban por la cocina—. ¿Por qué vive en la azotea, Hyung?

—Es una larga historia cachorro, otro día te la contaré —Con las manos entrelazadas subieron hasta la azotea, donde fueron directo a la casa de Yoongi. Esta se encontraba tibia y con un sabroso aroma a comida, ahora sí, el estómago de Jimin gruñó.

Ambos se despojaron de sus zapatos y los reemplazaron por pantuflas. Jimin, sorprendido, vio que las de Yoongi eran de kumamon, mientras que las suyas eran de gatito, unas grandes y celestes patas de gato.

—Estas las compré hoy —Yoongi levantó un pie—, las vi cuando estaba de camino a casa. Pensé en ti y en lo cómodas que son —Jimin se sonrojó en tanto apretaba los dedos de los pies, ansioso.

—Gracias, Hyung, son tibias y cómodas —Jimin se acercó a su mayor y le sonrió—. ¿Puedo preguntar por qué patitas de gato?

—Me gustan los gatos, son tiernos y chistosos. Cuando los acaricias ronronean y si están disgustados, te ignoran; tu no eliges a los gatos, ellos te eligen a ti —Yoongi se puso en frente de Jimin, cambiando de tener las manos tomadas, a entrelazar sus dedos, intercambiando la conocida y anticipada electricidad—. Tú eres como un gatito, Minnie: cuando algo te molesta, no tienes pelos en la lengua al decirlo —Yoongi pensó en la ocasión que rechazo olímpicamente un abrazo de Taehyung—, eres muy esquivo con los cariños —Yoongi subió su mano, acariciando con suavidad la mejilla y el pómulo del menor—, pero una vez que muestras tu lado tierno, ya no pueden despegarse de ti. Tú eliges a quien querer.