El sol acaricia mi piel, como he echado de menos Miami. Mañana volvemos a donde todo empezó, al maldito internado que tantos dolores de cabeza ha dado y lo cierto es que no puedo estar más feliz de volver. La casa en la que nos estamos quedando es maravillosa, tiene piscina y hace mucho sol lo cuál se agradece después de tanto frío y tantas nubes.
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Los niños juegan en el césped, algunos están en la piscina, otros estamos tomando el sol y otros haciendo la comida.
Noto gotas caer sobre mi barriga y a los pocos segundos alguien empapado esta sobre mi.
Abro los ojos encontrándome a Taylor por lo que grito su apellido. Él empieza a reír y me da un beso.
Tras aquel día en Londres en el que acabamos los dos llorando abrazados hemos estado más unidos que nunca. Decidimos que él me pediría matrimonio cuando viese que todo era seguro y que yo le respondería sincera y lo más importante, nada de enfados.
-Quita que pesas. -digo intentando moverlo.
Él ríe y pasa sus manos por mi cintura, de un movimiento nos da la vuelta quedando yo tumbada encima de él.
-¿Así mejor? -pregunta y yo asiento.
-¡Buscaros un hotel! -grita Lucy que lleva a Hasia en brazos.
Nosotros reímos y nos besamos.
Consigo quitarme a Taylor de encima gracias a Will y Rosie que vienen a reclamar a su tio. Camila esta tumbada a mi lado y me mira sonriendo.
-Jamás nos había visto tan felices a todos. -sonríe.
Yo asiento mordiéndome el labio.
-Es fantástico vernos así. -dice Adele y yo asiento.
-Incluso tú primo esta feliz con la italiana. -dice Camila feliz.
El destino ha querido que Camila y Hayes esten juntos, mi primo ha encontrado el amor en una mujer italiana que le saca casi diez años pero que es fantástica y tras un tiempo por fin él y Camila son amigos, no hay rencor, no hay tensión, solo felicidad. Todos juntos y felices.
La comida ya esta lista y la mesa puesta, todos nos sentamos alrededor de esta y empezamos a comer, debo admitir que los chicos son buenos cocineros, mejores que nosotras probablemente. Hablamos de todo y a gritos, como siempre que nos juntamos, nos estamos tomando el postre, un helado, cuando Adele se levanta y da un par de golpes a su copa.
-¡Callaros ya cojones! -grita y todos se callan. -Gracias. -sonríe. -Tenemos una noticia que daros. -Carter se levanta y la de la mano. -Vamos a ser papás.
La mesa se llena de exclamaciones de felicidad. Todos corremos a abrazar a la pareja y después volvemos a nuestros sitios. La familia se hace cada vez más grande.
-Bueno, pues si ellos lo han dicho. -dice Sam poniéndose de pie junto a Nash. -Nosotros también vamos a ser papás. -dice y todos abrimos la boza sorprendidos.
