Todo esta en orden, Adele ya esta en planta con la pequeña Michelle, han pasado cinco días desde que dio a luz y yo no me he querido mover de aquí hasta estar segura de que todo esta bien, mañana cogeré el avión de vuelta a Londres y seguiré con mi rutina. Esta noche tengo una cita con Taylor y estoy que me muero de los nervios.
-No entiendo a que se debe tu nerviosismo. -ríe Lucy. -Es Caniff.
-Pues por eso. -me siento en la cama. -No se qué me voy a poner, ni como me voy a maquillar, ni nada.
-¿Qué vais a hacer? -pregunta sentándose a mi lado.
-Dijo que me iba a sorprender y que nada de tacones.
-Pues ya se lo que te vas a poner. -se encamina a su armario.
-Lucy yo tengo ropa eh. -río.
-Ya, y yo también.
-Digo mía. -río.
-No, si de esa yo también tengo. -ríe.
-Pedazo de...
-Shh, que hay niños presentes. -señala a Hasia que juega en la alfombra con uno de los cochecitos de su hermano.
Lucy empieza a sacar ropa del armario y a tirármela encima mientras divaga sobre lo que me voy a poner, yo no puedo parar de reír, esta mujer es increíble, en todos los sentidos.
-¿Ya o qué? -pregunto medio riendo.
-Ves a ducharte anda. -ordena y yo asiento haciendo una mueca.
Le doy un beso en la cabeza a Hasia y me adentro en el baño, enciendo el agua regulándola a mi gusto, me desnudo y me meto bajo el chorro, el agua caliente me relaja de sobremanera, cierro los ojos y me quedo ahí un rato, apago el agua y enjabono mi pelo y mi cuerpo, tras enjuagarme salgo y enrollo mi pelo y mi cuerpo en una toalla, tras secarme bien el cuerpo me pongo crema y la ropa interior.
Lucy me espera con Will sentado sobre su regazo y Hasia jugando en el suelo.
-¿Qué me voy a poner? -pregunto sonriendo.
-Esto. -señala la ropa que hay sobre la cama.
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Yo asiento y me empiezo a vestir, decido dejar que mi pelo se seque de forma natural para que así quede algo rizado, después me pongo la corona de flores y me maquillo de forma sutil, algo de rímel, un poco de colorete y labial rosa claro.
-¿Voy bien? -le pregunto a mi amiga mirando la hora.
Ella asiente.
-Vas perfecta. -sonríe.
Se supone que en media hora Taylor pasa a por mi en la moto, ¿hace cuánto que no subo a una moto con él? Desde que estábamos en el internado probablemente, tengo muchas cosas que preguntarle, aún no me ha explicado por qué Isabella lo ha acompañado o por qué pasa tanto tiempo con Katia, el beso en el hospital significó que no estaba con ninguna de ellas pero yo no entiendo nada, absolutamente nada.
Mientras lo espero me dedico a jugar con los pequeños mientras Matt y Lucy están en el sofá acurrucados, son la pareja perfecta, cada día los envidio más, de una manera sana claro. El timbre suena y yo me pongo de pie en menos de dos segundos lo que causa la risa de mis amigos, Matt se acerca al telefonillo y tras una broma de las suyas indica que bajo en un minuto, mi amiga me desea suerte y me da una palmada en el culo. Salgo del apartamento de mis amigos con las manos temblándome, ¿por qué estoy tan nerviosa? Es él.
Bajo por las escaleras para tranquilizarme, salgo del edificio y me encuentro a Taylor apoyado en la moto sonriendo, me acerco y me saluda con un abrazo, lleva la misma colonia que llevaba en el internado y se que lo ha hecho adrede, esa colonia siempre ha hecho temblar mis rodillas.
-¿Vamos? -me da un casco.
Yo asiento mientras me lo pongo, él sube a la moto y después subo yo abrazándome a él.
-¿Nerviosa? -pregunta mientras arranca y yo me limito a darle un golpe en el estómago.
Conduce durante un rato hasta que llegamos a los pies de Hollywood literal, allí aparca la moto y bajamos, caminamos por la montaña hasta llegar a un picnic que ha preparado él, se ve todo Los Ángeles y me fascina, yo lo miro sonriendo. Nos sentamos y me quedo mirándolo, sus ojos brillan, ha engordado bastante pero esta guapísimo, como siempre ha estado, sonríe al darse cuenta de que lo miro y me guiña un ojo.
-Por lo que veo te gustan las vistas. -bromea y yo asiento mordiéndome el labio.
Cenamos charlando de mis estudios y nuestros trabajos, terminamos de cenar y nos acostamos a mirar las estrellas.
-Taylor. -digo tras un buen rato de silencio.
-Dime.
-Necesito que me expliques lo de Katia e Isabella. -digo soltando el aire que no sabía que estaba reteniendo.
-Vale. -me da la mano. -Katia es mi amiga desde hace mucho, me esta ayudando con todo el tema del alcohol y es lesbiana. -toda mi cara se transforma en un tomate, he tenido celos de una persona que ni siquiera se siente atraída por el mismo sexo que yo. -Y bueno, Isabella es mi amiga, le dije que no quería venir solo y se ofreció, fue ella la que me dijo que tenía que luchar por ti y lo gracioso de todo es que ha tenido un par de citas con Katia.
-¿Enserio? -pregunto girándome para mirarlo.
-Si. -ríe. -Nunca sabes si te gusta hasta que lo pruebas, o eso dice ella todo el rato.
-En ese caso tendré que probar a alguna mujer. -digo y él me mira alzando una ceja.
-Tú ya tienes claro que te gusto yo. -sus manos se anclan a mis caderas y de un momento a otro estoy sobre él. -Así que no tienes que probar nada. -me da un toquecito en la nariz provocando mi risa.
-¿Te he dicho alguna vez lo idiota que eres? -pregunto sonriendo.
-Solo un par de veces. -ríe. -Cría. -dice y mi sonrisa se ensancha.
Hacía tanto que no escuchaba esa palabra salir de su boca que siento que mi mundo va a explotar de un momento a otro.
