Mi madre me despierta a eso de las once, ayer me acosté realmente tarde, entre que vinó mi primo y los chicos que se fueron a las tres, se estan quedando en la casa de la tia de Alessandro, ya fallecida, no esta muy lejos de aquí, unos diez minutos andando. Tras hacer lo de todas las mañanas decido ir a tomar un poco el sol, me hace falta ya que en los tres meses que he estado en Londres he perdido casi todo el color.
Mi primo me dió las llaves de su apartamento ya que le plan es que él entretenga a Ian durante toda la tarde mientras yo le preparo una cena y demás para declararme, esto es una completa locura.
El día se me pasa volando cuando me quiero dar cuenta estoy preparando la mochila ya que esta noche la paso en casa de Pablo, porque él da por hecho que todo va a salir bien. Me pongo cómoda ya que para hacer la cena y preparar todo un vestido y tacones no es lo más apropiado, me despido de todos ya que han comido en mi casa y es Adele la encargada de llevarme hasta el apartamento cuando mi primo me da la señal. Subo y dejo mi mochila en la habitación de Pablo, saco el vestido para que no se arrugue y lo dejo sobre la cama, me recojo el pelo en un moño y empiezo a preparar todo, he decidido hacerle un juego de pistas, iré dejando papelitos por la casa hasta que me encuentre y ahí le diré todo lo que siento.
He ido dejando los papelitos con las pistas y junto a cada papel un petalo de una rosa, he preparado la cena que se esta haciendo en el horno y he puesto la mesa, miro mi móvil, me queda media hora para arreglarme, subo rápido y me meto en el baño, me maquillo bastante simple y me recojo el pelo, después me visto y lo recojo todo, escondo mi mochila en el armario de Pablo y me miro al espejo, estoy nerviosa, muy nerviosa, espero que todo salga bien.
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Voy corriendo a la cocina y saco la carne del horno, después voy a mi escondite, la habitación donde Ian tiene su guitarra y su piano. Al poco escucho la puerta abrirse y pasos, no se cuanto tiempo pasa, solo se que a mi se me ha hecho eterno, el pomo de la puerta se mueve indicando que la van a abrir, me pongo recta y me muerdo el labio nerviosa, al abrir la puerta lo veo, va guapisimo con sus pitillos negros rotos en la rodilla, su básica blanca y las zapatillas, al verme sus ojos se abren como si no se creyese que estoy aquí.
-Antes de que hables, escuchame. -pido jugando con el collar que él me regaló. -Lo siento, siento haberme comportado como una idiota y haber actuado como actué, tenías razón, mucha además, por miedo quise tratar de ocultar lo que sentía pero mi actitud me delató. -respiro hondo. -No se si me vas a mandar a la mierda o si me vas a abrazar, prefiero lo segundo la verdad, pero te quiero Ian y no como amigos, te quiero como algo más y aunque tengo miedo, mucho miedo, quiero intentarlo, no quiero ir rápido, las cosas rápidas salen mal, solo quiero dejar que las cosas fluyan pero quiero poder decir que somos mucho más que amigos. -respiro. -Quiero poder decir que empezamos a salir el día de tú cumpleaños. -digo frente a él ya que mientras hablaba me he ido acercando.
-¿Hace falta que responda? -sonríe.
Yo asiento mordiéndome el labio y él posa sus manos en mi cintura para pegarme a él y besarme.
-¿Esto es un si? -pregunto sobre sus labios.
-Claro que si. -me vuelve a besar.
Mis brazos rodean su cuello mientras sus manos juegan con mi cintura, nuestros labios juegan haciéndome sentir en las nubes. Nos separamos y abro los ojos, él sonríe.
-Tengo algo para ti, cumpleañero. -sonrío.
-Con tenerte aquí me sobra. -dice y me vuelve a besar.
