El contrato con el señor Foissard ya esta firmado, el 25 de Agosto se estrenará mi exposición en México, el 15 de Diciembre se estrenará en Tokyo, el 25 de Marzo en París y el 17 de Junio en Nueva York, según Michelle estas exposiciones van a catapultar mi carrera como artista, la única condición, ningún cuadro se puede repetir, es decir, tengo que pintar ochenta cuadros nuevos, de cuatro temáticas diferentes, según el señor Foissard lo mejor que puedo hacer como artista. Por el momento la temática de México ya la se, la muerte.
Ian me mira con cara de flipado, llevo una hora sin separar la mirada del lienzo y me duele la cabeza, dejo que mi mano se mueva sola, que dibuje lo que salga del corazón, sin enfocarme en nada pero intentando hacerlo en todo.
-Amor. -lo llamo.
-¿Sí?
-¿Qué hora es? -pregunto sin separar mi mirada del lienzo.
-En media hora deberíamos estar en el piso. -dice y yo asiento dejando el pincel y levántandome del taburete.
Levanto la cabeza para ver lo que he estado pintando, no es más que un hombre trajeado pero si lo aprecias en su traje se esconden palabra de inseguridad y miedo. No todo es lo que parece. Las apariencias engañan.
Me quito la bata que me pongo para pintar y le doy un pico a Ian.
-Vamos. -digo y él me mira y rueda los ojos.
-No paras. -dice y yo asiento sonriendo. -Tendré que hacerte parar dice abrazándome por la espalda dejando sus manos en la parte baja de mi estómago.
Una descarga electrica me recorre el cuerpo, me giro y lo beso.
-Da tiempo a uno rápido. -digo causando la risa de mi novio.
Tras destrozar la mitad del estudio y llegar cinco minutos tarde seguro salimos del lugar, yo recogiéndome el pelo en un moño e Ian colocándose la camiseta.
Llevo unos meses tomándome las pastillas anticonceptivas y solo lo hemos hecho dos veces desde que era seguro hacerlo sin protección, juro que se siente como dios.
-Te quiero. -dice Ian dándome un beso en la frente.
-Y yo a ti amor. -sonrío.
Soy feliz con él, muy feliz, cada día más y solo espero el momento en el que podamos vivir juntos, pasar juntos cada minuto del día, todos los días, siento que con él puedo estar mucho tiempo, quiero estar mucho tiempo.
Subimos a mi coche, un viejo renault de segunda mano.
-Tienes dinero suficiente para comprarte un coche, este ya no va más. -dice Ian y lo fulmino con la mirada. -Bueno, el día que te quedes tirada en mitad de la nada me llamas. -dice y yo le saco el dedo.
-Deja a la pequeña Marie Lu. -digo arrancandolo haciendo que haga un ruido bastante molesto.
-¿Tiene nombre? -pregunta riéndose.
-Sí, y no te rias cara pan. -digo y él se ríe más fuerte haciendo que yo también acabe riendo.
Conduzco hasta el piso que voy a visitar, por el momento solo me planteo alquilar ya que no se realmente si cuando acabe la universidad voy a quedarme a vivir en Londres, quizás me vaya a México, a Nueva York, a Los Ángeles. No se, no tengo planes de futuro así que mejor no aferrarme a ningún lugar.
Tras visitar cuatro pisos creo que he encontrado el perfecto, es de concepto abierto, tiene dos pisos, en el de abajo esta el dormitorio, la cocina, el comedor y el baño y arriba lo que sería el estudio, es perfecto.
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Se que aquí voy a estar bien, hay espacio suficiente para mi y para un perrito que quiero adoptar, además esta cerca de mi antiguo apartamento, eso mola porque podré ir a ver a mis amigos caminando, o en bici.
