Yo agacho la cabeza.
Obviamente no lo sabia y por alguna razón me molesta. Me molesta que ya no me quiera en su vida.
-Si. -miento. -¿Podemos dejar el tema? Vamos a llegar tarde.
Lucy me mira, me miro en el espejo, voy perfecta.
-Mañana tú y yo hablaremos. -dice y ambas nos encaminamos hacia el comedor.
Cojo a Hasia en brazos, esta grandísima, en unos días cumplirá un años, que rápido pasa el tiempo.
Bajamos al coche y durante el trayecto me dedico a jugar con los pequeños ante la discreta mirada de Lucy.
-Deja de mirar ya nena. -digo y ella me saca la lengua.
-Puedo mirar a mis hijos cuando quiera rata. -dice y ambas reímos.
La insultaría pero hay niños delante así que me limito a sacarle la lengua ya que el dedo tampoco puedo, eso de tener hijos para mi va a ser difícil, si algún día los tengo claro.
Por fin llegamos a casa de las bollis, un ático de dos plantas desde el que se puede ver gran parte de Los Ángeles.
Los saludo a todos con un gran abrazo, faltan por llegar los Jacks con sus respectivas parejas y Taylor junto a Isabelle.
Me siento en el sofá junto a Cameron, lo abrazo apoyando la cabeza en su hombro.
-¿Vas a venir a México conmigo verdad? -pregunto y él asiente sonriendo.
-En cuánto me lo has dicho esta mañana te he dicho que si tonta. -me acaricia la cabeza. -¿Me vas a contar que ha pasado con Ian?
-Más tarde, lo prometo.
-Esta bien pequeña. -dice y yo sonrío.
El timbre suena, Julie corre a abrir, en la puerta están Isabelle y Taylor, sonrientes, cogidos del brazo, me dan ganas de escupirles.
Es patético que tenga que soportar ver a mi ex con la mujer con la que me puso los cuernos, siento que llevo tatuado en la frente: "Cornuda". Aunque claro, debería tatuármelo, me quedaría genial.
-Deja de mirar. -susurra Matt sentándose a mi lado y me guiña un ojo.
Yo lo aniquilo con la mirada, el capullo me conoce, joder que si lo hace.
Como era obvio que iba a pasar Taylor no me saluda, Isabelle si lo hace con una sonrisa, ¿por qué es tan guapa?
Cameron me abraza por la espalda y yo me dejo caer sobre él.
-Relájate. -dice y yo asiento.
-¿Tanto se me nota?
-Los celos se te ven en la cara. -dice y yo lo fulmino con la mirada.
-No. Estoy. Celosa.
-Oh si, si lo estas. -dice Matt que se levanta a coger a Will.
La cena empieza, para mi gran suerte me toca sentarme frente a Taylor e Isabelle, la parejita de la noche, intento disimular mi cara de perro sonriendo de vez en cuando aunque todos los intentos son fallidos. En otra vida pienso ser lesbiana, la vida es más fácil seguro.
Camila me aprieta la mano, yo la miro y ella susurra un "Relax", yo asiento y empiezo a comer, mejor dicho, a jugar con la comida.
Me introduzco en el tema de conversación en el segundo plato. Están hablando de viajes.
-A mi me encantaría ir a Paris. -dice Sophia.
-Yo necesito ir a Cuba. -dice Matt.
-Yo quiero ir a Argentina. -dice esta vez Camila.
-Pues a mi me encantaría ir a Ámsterdam. -dice Taylor mirándome.
Ámsterdam, uno de los sitios en los que dijimos que sería nuestra luna de miel.
-Pues a mi me encantaría ir a Italia, recorrerla entera. -digo desafiando con la mirada a Taylor.
Itala es otro de los sitios que dijimos para nuestra luna de miel.
-¿Y vas a ir con tú noviecito no? -pregunta Taylor fingiendo entusiasmo.
Adele no me deja contestar ya que empieza a hablar de lo bonita que es Italia.
Yo miro con asco a Taylor y él me devuelve la mirada. ¿En qué momento hemos vuelto al instituto?
El tema de conversación cambia radicalmente ya que empiezan a interrogar a la pobre Celia, ella solo ríe y se limita a contestar bajo la preocupación de Jack. La cena termina y empieza la pequeña fiesta, la música suena y los niños duermen en la habitación de arriba, llevo un par de copas encima y estoy sentada en el sofá observando a todos.
Ver a Taylor e Isabelle tan cariñosos me esta dando arcadas, salgo a la terraza antes de matar a alguien, a que me de el aire, admiro el cartel de Hollywood, tendré que hacerme alguna foto antes de irme para dejar constancia de que he estado en Los Ángeles.
Me enciendo un cigarro, hace mil que no fumo pero hoy lo necesito.
-¿Desde cuándo fumas? -pregunta Taylor.
-¿Qué haces aquí? -pregunto a la defensiva.
-¿Acaso la terraza es de tu propiedad? -pregunta y yo me limito a darle la espalda. -¿Ahora no me hablas? -ríe.
Va borracho. Otra vez.
-Según tú lo mejor era que nos alejásemos porque te hago daño aunque yo no te veo muy dolido.
-La procesión va por dentro.
-Y la gilipollez también y tu lo vas gritando. -digo sin mirarlo.
-Te noto rencorosa.
-¿Yo? ¿Por qué debería sentir algún tipo de rencor hacia ti con lo buena persona que eres?
-¿Ahora vas a empezar a sacar trapos sucios? -pregunta y me giro enfrentándolo.
-¿Qué trapos sucios?
-Lo de siempre, lo de que no he sido bueno contigo.
-Es que no lo has sido.
-¿Y tú si? Vamos ______ te encanta jugar.
-Yo al menos no le pongo los cuernos a mi novio.
Él alza las cejas y ríe.
-¿Quieres que te recuerde lo que pasó en tú cocina?
-Eso fue un error.
-¿Ayudarme en Alaska también fue un error? ¿Conocerme fue un error?
-¿Taylor qué cojones estas diciendo? -pregunto alterada.
-Responde.
-No te voy a responder nada.
-Vamos ______, ¿yo soy un error?
Lo empujo haciéndolo tambalearse ya que no se esperaba mi reacción.
-¿Cómo puedes preguntarme eso? Después de todo lo que has hecho.
-Todos cometemos errores, quiero saber si yo soy el tuyo.
-No se a que viene todo esto cuando quedamos como amigos, dijimos que todo estaba olvidado que empezaríamos de cero. -digo frustrada.
-¿Y cuando pensabas decirme que te vas a casar amiga? -dice enfatizando el amiga.
-No me voy a casar. -digo sincera y le enseño la mano en la que llevaba el anillo. -Y no vi la necesidad de decírtelo.
-¿Preferiste dormir conmigo y hacerme ilusiones no?
-Taylor, deja el alcohol de una puta vez y vete a tocarle las narices a tu puta novia. -lo empujo y vuelvo dentro, con todos, con la fiesta.
Capítulo 71: ¿Yo soy un error?
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