CAPÍTULO 46

158K 8.6K 342
                                    



Hunter es mi tío. De sangre... Y realmente se llama Xavier. Aún intento asimilarlo. Todos estaban sentados alrededor de la pequeña chimenea tomando café. Ya estaba comenzando la época de frío en Miami.

— ¿Podemos hablar de que sucedió? – Pregunté frustrada – ¿Y como es que el es mi tío?

— Xavier prestaba servicio antes, en el FBI. Hace años, en una operación encubierto cuando lo descubrieron, fue tiroteado. Todos lo creíamos muerto y el jefe de la mafia, mandó a matar a todos los que tuvieran que ver con el. El ataque fue así, que nos desaparecimos y por un tiempo vivimos con otros apellidos en Rusia.

— Por eso cuando los busque, creí que estaban muertos – Hunter bajo la mirada – Pensé que había perdido todo. Luego de mi recuperación y de la exhaustiva búsqueda, me dediqué a ser agente en operaciones secretas, o trabajar para esto. Ser jefe de seguridad de quién lo necesita. Por eso llevó años trabajando para los Thorne.

Esto era algo que no se asimilaba así como así. Ni que tampoco se podía superar. Tuve meses viendo a mi tío de sangre.... Y me entero hoy. Espera....

— Si te recuerdo – Susurre – Me acuerdo del tío Xavi llevándonos a comer helado, y de una vez que me caí en una competencia y fracture mi pierna, llore tanto y fuiste tú quien me consoló. Si me acuerdo de ti....

— Tú tio Xavier siempre fue el primero en tus competencias – Mama sonrió con melancolía.

Me levante y salí de la casa, tenía un hermoso jardín y una pequeña piscina, metí solo mis pies mientras veía el cielo. Quería pensar en todo esto. Y es que no es fácil de entender. No puedo simplemente aceptar que está vivo realmente. Y sé que no me lo ocultaron, pero es difícil aceptar que tuviste a tu tío todo el tiempo contigo y jamás sospechaste.

Escuche unos pasos detrás de mi y era el, se acercó hacia mi y se sentó, tenía la misma mirada de mamá. ¿Como realmente no pude reconocerlo? Estaba pequeña cuando supuestamente murió, pero comienzo a recordar todo lo que viví con el. El único tio que me ha querido y el que me agrada realmente.

— Cuando comenzaste a salir con Erick, sospeche mucho... Por tu nombre y apellido, y cuando intente buscar tus datos en Rusia salían clasificados por la Marina. Fue cuando me di cuenta de que seguro eran locuras mías, de que estaba imaginando algo que no era, que no podía creer que mi familia estaba viva. Tampoco creí que fueras tú porque sé que mi cuñado jamas te dejaría venir sola a otro país, y menos a vivir, siempre protegiendo bien a sus niñas. Justo como lo hice yo.

— ¿No creías así fuera un poco que fuera yo? ¿Si quiera por mis archivos que estaban en la empresa?

— Jamás revise tus archivos de la empresa, eso era privado de Erick. Yo solo cumplí mi deber con buscarlos en el FBI y no me dejaban ver los archivos, y cuando Erick descubrió quién era realmente, no fue por mi. Si no... En ese momento hubiera descubierto que eras tú. Y que ninguno murió.

El se acercó despacio y me abrazo, tomándome en sus brazos como lo hacía años atrás, y seguía siendo lo mismo. Yo mucho más pequeña que el.

— Al menos ahora estamos juntos... ¿Eso es bueno, no tío Xavi? – Sonreí y sus ojos brillaron.

— Pensé que no volvería a escuchar eso – Me apretó más y me miró – Eso es más que bueno, princesa. Prometo cuidarte mejor de lo que lo hacía antes de saber que si eras tú.

Luego de un rato, caminos juntos dentro de la casa y todos mantenían una amena conversación. Todos tan alegres y con una sonrisa. No me sentía así completamente pero no puedo creer que mi familia esté aquí y que mi tío sea Hunter.

Ya casi en la madrugada, Hunter los llevó a una casa cerca de aquí, como esta, para que se quedarán hasta resolver el desastre de ambas casas. La familia de Erick no sabía nada aún. Y no querían que supiera porque Dracovic está involucrado. Y su hijo corre peligro por mi culpa.

-

Erick

Hunter se había desahogado completamente conmigo. No solo trabajaba para mí, es también mi amigo. Y ahora no puedo creer que es el tío de mi novia. Gabrielle se veía feliz pero al mismo tiempo tenía cierta tristeza. Cree que no me di cuenta cuando en la madrugada se levantó a llorar y luego se acostó como si nada.

Subí a la habitación y seguía durmiendo. Estaba enrollada por el frío que había y subí la cobija un poco más. Me acomodé a su lado y le di un beso en la frente. Se movió un poco más y estiro su brazo, buscándome. Mi sonrisa creció más al ver que aún dormida me busca.

— Buenos días, preciosa – Le di un beso y poco a poco abrió sus ojos.

— Buenos días. ¿Y mi familia?

— Hunter no ha ido por ellos. Nena, hoy tenemos que dar las declaraciones y Bárbara será trasladada a la cárcel. Y tú papá se hará cargo de Dracovic.

— No me quiero imaginar en que está pensando, el es muy vengativo.

Tuvimos una buena charla y luego cada uno a ducharse para salir. Desayunamos todos juntos, hasta su familia. Su sobrino se había pegado a mi. Y me hacía pensar mucho en mi futuro con ella... ¿Matrimonio? Tal vez. ¿Hijos? No lo creo. No me siento preparado. Siento que esa parte de mi vida está jodida como para hijos.

¿Y si no les doy un buen futuro? ¿Y si tienen un mal padre? ¿Y si no soy buen esposo? ¿Y si fracaso? ¿Y si le falló a Gabrielle? Miles de preguntas y dudas me atormentaban la cabeza cuando pensaba en mi futuro con ella. No sé si seré bueno para ella. Pero no quiero dejarla ir. Se que la amo, pero mis miedos pueden más que yo y siempre ha sido así.

Gabrielle y yo dimos nuestras declaraciones pero en ningún momento vimos a Bárbara. Los hombres que trabajaron con ella fueron extraditados a Rusia, allá se harían cargos de ellos. Y el papá de Gabrielle sería quien presente cargos en contra de su ex novio. Creo que ya sentía mucha más calma. Y eso para mí es más que suficiente. Aunque en Rusia, el sigue libre.

El resto del día lo pasamos con mi familia y la de Gabrielle, todo fue risas y buenos momentos. Rossie encantada de estar con Gabrielle, mi mamá enamorada de Alek con ganas de tener un nieto, mi padre hablando de negocios con el de Gabrielle. Y mis hermanos, son lo de siempre. Con sus chistes.

— Rossie es joven, muy joven para conocer el sufrimiento... Pero jamás la había visto tan feliz. Y es gracias a ti.

— La quiero mucho, créeme. Es tan especial.

— Gracias, mi amor. Sin ti, mi felicidad no estuviera completa.

Se sentó en mis piernas y me abrazo. Sin importarle que todos nos vean. Todos nos veían con cierta felicidad. Y a mi chica le brillaban los ojos. Yo la hago feliz. Todos siguieron con su conversación pero la atención de Gabrielle era toda mía. No le importaba con quien estuviéramos, o de que estuvieran hablando. Al igual que para mí, su mundo soy yo.

• Atada a las sabanas de mi jefe • FINALIZADA!Where stories live. Discover now