CAPÍTULO 30

165K 9.3K 380
                                    



Gabrielle

Oficialmente, estaba en Rusia. Mi bienvenida fue extraña y nadie preguntó el porque vine tan pronto. Ni el porque de mi ánimo. Todos me daban mi espacio y sinceramente es extraño. Estoy acostumbrada a que si me ven con una mala cara quieran saber que ha sucedido. Y está vez no fue así. Supongo que mi hermana les dejo claro que era mejor no decirme nada. Había acomodado un poco de ropa aquí, no eran mucho los días que estaría en Rusia pero tampoco me iría mañana mismo. Quería estar con mi familia y luego darme el tipo que necesitaba. Luego de que almorzará con todos, me bañe y me cambie, y acompañaría a papá al trabajo.

 Luego de que almorzará con todos, me bañe y me cambie, y acompañaría a papá al trabajo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Antes de llegar a la empresa, compre dos cafés, el favorito de papá y el mío. Este era antes mi rutina. Comprar café, ir a la empresa y a veces trabajar con papá. Estacioné mi auto y subí. Muchos de los que trabajan aquí me conocen desde hace mucho tiempo, y otros desde hace pocos años pero el cariño siempre ha sido el mismo.

— Papá, llegue – anuncie entrando a su oficina.

— Hola mi princesa – Se levantó y camino hasta donde estaba yo – ¿Café con crema y azúcar?

— El mismo, papá.

Ambos chocamos los vasos como en señal de brindis y luego nos sentamos. El terminaba de firmar los papeles que para mí son interminables «siempre lo he pensado así» y yo nada más lo veía a el. Y a Rusia detrás de el. La empresa era uno de los edificios más altos de Rusia. Y parecía manejado todo por un rey. Sin duda alguna, mi papá es mi orgullo. A pesar de todo lo que ha sucedido. Y apartando la situación de mis hermanos.

— Papá... ¿Tu conoces la Compañía Thorne Trasatlántica?

— He escuchado poco de ella. Sé que en las compañías trasatlánticas, es la numero 3. Y está en Miami. Muy exitosa. ¿Por que mi princesa?

— Allí trabaje yo en mi estadía en Miami – A papá se le abrieron los ojos de golpes – Antes de venirme, el dueño supo que yo soy tu hija. Y básicamente me ha pedido a gritos que al menos le consiga una cita contigo. Desde hace años, su papá ha intentado hacer negocios contigo y no lo ha logrado.

— Tal vez es porque estamos en países diferentes. ¿Por que no me dijiste nada? ¿Como se llaman ellos?

— Actualmente, el dueño es Erick Thorne. Su papá le ha entregado la empresa hace un mes, el señor Riccardo Thorne.

— Todo lo que te puedo decir es, que jamás te avergüence tu apellido. Porque he luchado muchísimo para dejarlo en alto. Y la idea es que ustedes se sientan orgullosas de mi y de tener ese apellido.

Simplemente asentí. Papá me callo con lo que había dicho. Si me sentía orgullosa, pero a veces llevar ese apellido era un poco lidioso. Salió de La Oficina y a los minutos regreso con una carpeta. Más trabajo seguro. Me guiñó un ojo y marco un número. Mierda, que estaba haciendo.

— Buenos días. Compañía Thorne Trasatlántica. – Esa era la asistente que es una perra.

— Buenos días, con el señor Erick por favor.

— ¿De parte?

— Dígale que llaman desde Rusia.

A papá le causaba cierta risa esto y a mi también. Que loco estábamos. Colocaron la llamada en espera y como a los dos minutos, atendieron.

— Buenos días, habla Erick Thorne.

— Aquí son buenas tardes ya, muchacho. Un placer conocerte así sea vía telefónica, Dimitri Sokolov.

— ¿Sokolov? ¿De S&H Naviera Trasatlántica?

— Ese mismo, señor Thorne. Lo he llamado porque me han dicho que usted está interesado en asociarse con mi empresa, y que lo ha intentado desde hace años.

— Así mismo, señor Sokolov. Desde que mi papá tenía el mando de la compañía. Hace un mes, el enfermo y se jubiló, he quedado yo al mando de todo.

— Me gustaría reunirme con usted y su padre, para afinar los detalles. ¿Cuando y donde podría ser?

— Podría ser en Rusia, si así lo desea usted señor.

A Erick se le escuchaba mucha emoción en la voz. Sé que su padre le diría lo muy orgulloso que está en este momento porque ha logrado en un mes lo que el por años ha buscado. Aunque yo lo consiguiera, el también tiene méritos. No estamos juntos, pero escucharle la voz y su emoción, me ha llenado por completo el corazón.

— Bueno, señor Thorne. Mi asistente enseguida les enviará todo los detalles. Dirección de mi empresa, el chofer para que no estén perdidos en Rusia y el hotel. Espero verlos por aquí pronto.

— Así será, señor Sokolov. ¿Puedo preguntarle algo más?

— Si, dígame.

— ¿Está Gabrielle con usted? ¿Podría decirle que por favor conteste mis llamadas o mis mensajes?

Papá me miró directamente a los ojos y ya su cara no era la misma. Mierda. Erick, te voy a matar.

— Contactaré a Gabrielle y le diré que me has dicho eso.

A los minutos, papá tranco y se levantó. Y venía un sermón. Más bien. Primero me mata y luego me dice el sermón en la tumba.

— El era tu jefe. ¿Fuiste algo de el?

— Si papá.... – Dije con miedo.

— Gabrielle Anastasia – Me reprendió – ¿El es la razón por la que dejaste Miami?

— No papá, he querido alejarme. Y también lo he tratado de ignorar.

— Nunca más te involucres con un jefe, mi pequeña. Es lo peor que podrás hacer. Lo digo, porque tengo años con este trabajo y he visto miles de cosa.

Sé que estaba molesto pero intentaba ocultarlo con un toque de dulzura. El es único. Luego de acompañarlo en la tarde, nos fuimos directo a casa y cenamos en familia. Esa noche, mi hermana, mi cuñado y mi preciosisimo sobrino nos visitan. A todos, una vez más, les alegra tenerme aquí. Y yo feliz pero también triste, comparto con ellos. Mi teléfono sonó a lo lejos y me levante pidiendo disculpas a buscarlo.

«Gracias. Hoy es el día más feliz de mi vida. Y el de mi papá. Por favor, discúlpame. Quiero hablar contigo. Con muchísimo amor, Erick el terco.

Ese mensaje toco mi corazón y me alegro bastante. El estaba feliz. Y era por mí. Pero no quería decir que lo perdonaría y estaríamos juntos. No cuando yo siento esto tan fuerte y el nada. Pero el saber que estaba así de feliz, hizo que en mi cara se pusiera una sonrisa. Solo Erick sabe cómo hacerlo.

• Atada a las sabanas de mi jefe • FINALIZADA!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora