CAPÍTULO 32

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Aquí voy. Mi primer destino lejos de Rusia y de Miami. No le dije a mi familia donde estaría. Todo sorpresa, mejor. Volvería a Rusia antes de irme a Miami y luego si nos iríamos todos juntos para mí graduación. Mis padres decidieron darme una fiesta para celebrar, e invitar a mucha gente. Que probablemente ni se acuerdan de mi. No me quedó de otra que aceptar.

— Vuelo 3068 con destino a Londres, por favor abordar por la puerta 15.

Y aquí voy. Embarcándome sola en una nueva aventura. Agarre mi pequeña maleta de mano y mi cartera, y avance hacia la puerta correspondiente. Esto es solo un descanso, pronto regresaras. No me preocuparé, todo saldrá bien. Luego de entregar mi boleto, me monte en el avión y me acomodé en mi asiento. Deje mis nervios atrás y disfrute de la música de Maroon 5 que sonaba en los auriculares.

{Londres, Inglaterra}

Tenía un serio dolor de espalda. El viaje a Londres se me había hecho interminable. Y por fin estaba aquí. Luego de retirar mis maletas, salí del aeropuerto y tome un taxi. Le di la dirección de la casa que rente por los días que estaría aquí. Realmente era muy acogedora. Un poco grande pero justo lo que quería para mí. Toda de madera, la cocina se conectaba con el comedor y luego tenía un largo pasillo hacia las habitaciones. Tenía dos habitaciones y dos baños, una sala con una chimenea, un televisor plano y una gran estantería. No me imaginaba ni cuántos libros tendría.

El ambiente en Londres estaba frío, pero agradable. Ya ningún clima me afectaba, vivo en Rusia. Una de los países más fríos. Luego de instalarme, me bañe y me vestí abrigada, no quería resfriarme y arruinar mi viaje. Tenía que salir a comprar comida y algunas cosas para mi estadía.

Busque en el GPS un supermercado y habían varios cercas, así que me fui caminando

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Busque en el GPS un supermercado y habían varios cercas, así que me fui caminando. Estaría aquí una semana, no quise rentar un auto. Me gusta caminar y conocer así la ciudad. Tal vez en algunas ocasiones tendría que pagar taxi pero no es gran cosa. Al llegar al supermercado, me sorprendí por lo grande que es. Y muy ordenado y delicado. Me asomé para ver el nombre una vez más. Waitrose. Tome todo lo necesario. Y me enfoque más que todo en vegetales y frutas. Últimamente, no estaba comiendo bien. Y mi salud no es tan buena como creo yo. Así que no puedo estar dándome el lujo de comer mal. Aunque... No todo podía ser correcto. Tome una botella de vino rosa. Solo una. Al terminar mis compras, las lleve directamente a casa y luego volví a salir a una farmacia cercana. Aún me faltaban algunos productos que no los conseguí en el supermercado.

Luego de arreglar todo y preparar mi cena, le envié un mensaje a todos indicándoles que estaba bien y a los minutos, una notificación de Skype invadió mi laptop. Era un grupo. Antonella, Louis y Joe. Mierda. Rezaba para que Joe no estuviera con Erick o todo se arruinaría. Conteste porque no me quedó de otra. En cuestión de segundos la cara de los tres apareció ante mi. Cada quien en su casa, excepto Joe que se veía en una oficina. ¿Que hora es allá?

— ¡Gaaaaabyyyyy! Ya te extraño – Gritó Antonella y todos nos quejamos por lo chillona.

— Y yo los extraño a ustedes. ¿Que hora es allá? ¿Y por qué Joe sigue en una empresa?

— Son las 7, nena. ¿Que hora es donde estás? En tu destino secreto – Rieron todos – Sigo en el trabajo porque de alguna manera tengo que ganarme la vida.

— Aquí son las 11 pero no tengo sueño. El Jet Lag. ¿Que han hecho desde que me fui?

— Realmente nada – Hablo Louis – Hace dos días salimos a cenar porque a la chillona se le antojó sushi y sucedió algo que no esperábamos.

Los tres colocaron una cara extraña. ¿Algo que no esperaban? Yo quería reír por sus caras pero creo que es algo serio. Mejor no me río.

— ¿Se metieron en problemas? Sinceramente, me necesitan allí – Los cuatro nos reímos al mismo tiempo.

— Nena, mientras cenábamos... Erick se apareció allí. Pensando que ya tú habías vuelto a Miami. Y estaba como un loco, queriéndote ver.

— El me escuchó hablar con Antonella por teléfono cuando cuadramos todo – Joe soltó una bocanada de aire y siguió – Y me pregunto por ti, no dije nada, me hice el que no escuche y luego lo repitió. Le dije que no sabía de ti y que ese día iría a cenar con Antonella, le hice creer que era una cita y no me creyó.

— Ojalá hubiera sido una cita – Nadie entendió a Louis porque lo dijo hasta que se explico bien – Estemos claros de que a Antonella le hace falta un novio, a ver si deja de ser tan fastidiosa.

Todos nos reímos y seguimos charlando de lo que se nos ocurriera, les enseñe un poco la casa pero no les dije donde me encontraba. Hablamos tanto que no nos dimos cuenta que allá ya eran las 10 y aquí las 2 de la mañana. Me despedí, intentaría dormir y ellos también harían lo mismo. Excepto Joe que iría a cenar y luego se iría a su casa. Presentía que seguro era con Erick porque dijo que cenaría y tomaría algo con un amigo.

Me coloqué la pijama y me acosté en la amplia cama. Pensé tanto en el y di tantas vueltas, que ni me di cuenta de que estaba amaneciendo ya. ¿Que está pasando conmigo? Agarre una de las almohadas y la puse en mi cabeza. Me duermo o me duermo. No tengo de otra.

Erick

Ya iba por tres cervezas esperando a Joe. Y porque no dejaba de pensar en ella. Maldición. Donde mierda se metió. ¿Acaso no sabe que no tener ni la más mínima idea de dónde está me tiene más que loco? Está acabando con mis nervios. Ni duermo bien. Vi a mi mejor amigo pasar la puerta y sentarse junto a mi. Pidió otra cerveza y me miró fijamente.

— Dilo Joe, dilo.

— Eres tremendo idiota. ¡La dejaste ir, Erick! Cuando por fin tienes a una mujer que te quiere, que te dará lo que te mereces... Simplemente la cagas y no luchas por ella. ¿Que pretendías? ¿Que se quedara junto a ti? ¿Luego de todo lo que dijiste? Es que eres muy inútil.

— Tuve miedo, Joe.

— ¡Ella no es Barbara! – Su cerveza retumbó contra la mesa de madera – Ella te quiere, estaba dispuesta a darlo todo por ti. ¿Que ocultó quien es? Claro, está cansada de vivir bajo la sombra de su padre. Rompió toda regla por ti, se enamoro de ti. Eras su jefe. Perdió toda moral por ti.

Pensándolo bien... Si es así. No le importo que yo fuera su jefe y que todos lo supieran, para arriesgárselas todas por mi. Y yo no la cuide. Soy sinceramente un inútil.

— ¿Y si le envío un mensaje? – Le pregunté a Joe nervioso, rara vez en la vida estoy nervioso.

— Hazlo, no sé si te contestara.

— La semana que viene viajaré a Rusia. ¿Crees que querrá verme?

— No lo sé, hermano. Pero si la ves, lucha por ella. O la dejas tranquila. No la tengas en una indecisión, no lo merece.

Ver a Joe cuidando de ella me dejaba claro que si yo lastimaba a Gabrielle una vez más, me asesinaría. Todos lo harían, más bien. Pero yo no estaba pensando en eso. Yo simplemente quería saber que estaba bien. Quiero verla. Extraño su risa que se escucha hasta en china. Extraño sus hermosos ojos. Su cabello que siempre ha estado bien peinado. La delicadeza con la que hace todo. Extraño su lunar justo encima de su labio. Y también extraño sus perfectos labios. Extraño sus besos. Todo de ella. Me siento vacío sin ella.

• Atada a las sabanas de mi jefe • FINALIZADA!Where stories live. Discover now