CAPÍTULO 12

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Mi teléfono sonaba y sonaba a lo lejos. Tenía a Antonella durmiendo a mi lado y a Louis durmiendo en el sillón de mi habitación. Mierda. Si que nos emborrachamos anoche. Vi la hora y eran las 10:30 AM. ¡Mierda! Que tarde llegaría a la empresa.

— Los matoooooooo. Llegare muy tarde a la empresa. – Les grite.

— No vayas. Así no ves al patan de Erick.

Me bañe y me vestí a lo flash. Sé que probablemente Erick me diría de todo por llegar tarde pero Diossss. Que nochecita tan buena tuve con mis mejores amigos. Me despedí de ellos y agarre una manzana para comer en el camino. Maneje lo más rápido que pude hasta llegar a la empresa. Enseñe mi carnet y subí. Lo que faltaba... El señor Thorne en la empresa. Al verme, se le dibujó una sonrisa en el rostro.

— ¡Gabrielle! Pensé que no vendrías. – Me saludó con dos besos – ¿Que ha pasado que llegas a esta hora? Normalmente llegas temprano.

— Tuve una noche terrible con respecto a mi salud, discúlpeme señor Thorne.

Erick que estaba detrás de nosotros, se le expandieron los ojos, el sabe acerca de mi salud y sé que se imaginaría lo peor. Si decía la verdadera razón por la que llegue tarde, me botarían.

— He venido a ver cómo están las cosas por aquí desde que Erick tomo el mando y por lo que veo... Están hasta mejores. ¿Que tal ha sido trabajar con el?

— Bien, señor Thorne.

— Pasemos a La Oficina, quiero hablar contigo de algo. – Camino hasta donde era su antigua oficina – Erick, déjanos solos por un rato.

Erick no dijo más nada, su cara estaba tensa. Entramos y me senté justo enfrente de el. Sirvió un vaso de agua para ambos y luego se sentó. El sabe bien lo mucho que detesto el que tomen whisky tan temprano. El solía hacerlo hasta que no me quedó de otra que contarle el porque lo odio y dejo de hacerlo.

— He venido también porque quiero hablar contigo... Este sábado, mi esposa dará una fiesta para mi hija menor, cumplirá 15 años. Y nos gustaría invitarte, ella muere por conocerte. Además de que Erick también nos ha hablado muy bien de ti.

Mi corazón volcó cuando escuche eso. ¿Acaso Erick si hablaba de mi? ¿Y que les diría a su familia? Mi Dios. No me lo imaginaba.

— Señor... ¿Cree usted eso correcto? Soy su asistente, nada más.

— Hija... Con los ojos con los que te ve Erick, sé que no eres nada más una asistente. El me ha llamado cuando sucedió lo de Múnich, si que se ha preocupado. Y al llegar de viajes de delegaciones, me ha dicho todo y cuando hablo de ti... Tenía mucho tiempo sin ver a mi hijo así.

Mi Diossssss. ¿Que ha dicho? ¿Es en serio? No no y nooooo Gabrielle. No te emociones ni pienses así. No creas que todo es color rosa.

— Está bien, señor Thorne. Asistiré porque usted me lo ha dicho.

— Mi esposa se alegrará al verte, muere por conocerte. Ponte tu mejor vestido. – Rió – Además, sé que pronto te irás a Rusia para unas pequeñas vacaciones. Las mereces. ¿Vuelves para tu graduación, no?

— Claro, no puedo perderme mi acto de graduación.

— Yo estaré, señorita. – El tomo mis manos, justo como lo hacía mi papá.

Se levanto y me dio un fuerte abrazo, las lagrimas salieron de inmediato porque sentía que estaba hablando con mi papá. Y si que lo extrañaba. El señor Thorne secó mis lágrimas y me entregó su pañuelo con mucho cariño. Que amable es. Hablamos un poco más hasta que se tuvo que retirar porque tenía algunos chequeos médicos pendientes y pues yo tenía que trabajar.

• Atada a las sabanas de mi jefe • FINALIZADA!Where stories live. Discover now