CAPÍTULO 34

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Gabrielle

{New York, Estados Unidos}

Tuve que irme de Cancún al otro día, ya todos sabían dónde estaba. Incluso Erick. Por Joe me enteré que quiso comprar un boleto e irse para verme. Menos mal que Joe lo detuvo y le dijo que ya me había ido de México. No me lo imagino buscándome como loco allá.

Había rentado un apartamento en Manhattan para mis días aquí, y también un auto. De Estados Unidos nada más conozco Miami. Y sinceramente, me encanta New York. Viviría aquí sin pensarlo dos veces. Y más porque es la ciudad de la moda. Me encanta. Ahora tenía que mantenerme básicamente bajo perfil. Por Dios. No soy Selena Gómez. No sabía nada de mi familia así que los llame por Skype. Escondiendo donde me encontraba.

— ¡Hija! Estás bellísima – Mamá empujó a papa para verse más en la cámara.

— Gracias mamá. ¿Como está todo allí? Los extraño.

— Hija, tenemos que hablar de algo – Hablo papá y está vez fue el quien empujó a mamá.

Me reí por lo que hacían. A pesar de todo, se amaban como si no hubiera un mañana. Lo que más admiraba de ellos, era su relación. Nunca antes había visto una así.

— Pequeña, daré una fiesta en dos semanas. Quisiera que asistieras. He invitado a Antonella y ella se encargó de invitar a tus otros dos amigos, ella vendrá con su familia. Así como también invite a Erick y su familia, porque aunque aún no hemos tenido la reunión se que si seremos socios.

— Que bueno papá, te aseguro que a Erick eso lo emocionara bastante.

— Quiero que estés aquí, hija. Estará toda la familia.

Menos mis dos hermanos que aún no conozco... Pensé más no dije nada. No quería peleas con ellos.

— Yo estaré ahí, papá. Volveré antes de lo previsto pero allí estaré. No digas nada.

A todos les alegro la noticia de que estaría allí, y no le pensaba decir nada ni a Antonella. Sería una sorpresa. Y como sería mi llegada sorpresa... ¿Por qué no un cambio de look? Y tenía que buscar un vestido que impactará. Sé que quedarían locos al verme así. Ni se lo imaginarán. Y eso es lo indicado.

Erick

— Hermano. ¿Tú asistirás a la fiesta que darán los padres de Gabrielle? – Me pregunto Joe.

— Si, la semana que viene iré a Rusia para cerrar el negocio con su padre. Y luego regresaré. ¿Crees que este en la fiesta?

— No se, Antonella no me ha dicho si ella asistirá o no. Esperemos que si. A ver si haces las cosas bien por un minuto y la recuperas.

— ¿Tú crees que pueda? – Me sentía esperanzado.

— Si lo haces bien, claro que sí hermano.

Joe siguió hablándome de lo que se le ocurriera. Yo era el estúpido buscando en internet en las páginas de farándula alguna noticia que me dijera dónde se encontraba ahora Gabrielle. Seguía sin contestar mis mensajes. Y sé que si mandaba a Hunter a investigarla, ella me odiaría.

No me había sentido así antes por una mujer... En mi momento con Barbara, sí, quería bajarle hasta el mundo. Pero ella no me había hecho sentir así. Nunca olvidare sus mentiras, todo lo que hacía para aprovecharse de mi aún teniendo a un padre exitoso que le daba lo que ella pidiera, la manera en la que destruyó todo lo que habíamos construido. Gracias a ella, no creo en el matrimonio. Ni en los hijos. Pero más allá de eso, si se que quiero algo con Gabrielle. Esa rusa tiene algo.... Algo que no me deja pensar en otra persona que no sea ella. Y tampoco me la imagino en brazos de otro hombre. Soy demasiado celoso como para siquiera imaginarlo.

Sé que si actuaba bien, tal vez cuando estuviéramos en Rusia, podríamos llegar algo. No sé si volvería a Miami junto a mí. Y sé que eso es algo muy difícil para decidir. Toda su familia, su vida entera está en Rusia. Y aunque estuvo aquí 3 años, fue por sus estudios. Y aún así pensaba regresar a Rusia... Tal vez ya tuvo el respiro que quería. Sé que si decidía irse de vuelta a su país, no estaríamos juntos. Mi vida, familia y empresa está en Miami. Al igual que la de ella. Tarde o temprano, heredará la empresa. Y es en Rusia. ¿Y si nuestro destino no es estar juntos? No sé porque estoy pensando así. Solo sé que si llegamos a estar juntos, será difícil.

— Señor Thorne, han llegado a verlo.

— ¿Quién? – Pregunté sin ganas de ver a alguien más.

— La señorita Bárbara. ¿La dejo pasar?

— No. Dígale que estoy en una reunión. Y que la próxima vez que se aparecerá aquí, notifique antes.

Joe me miró y asintió. El más que nadie sabe de mi historia con Barbara. Y el que ella siguiera buscándome, persiguiéndome más bien, es sofocante. No entiendo que quiere conmigo. Se tiró a mi hermano, a quien solía ser un muy buen amigo mío. No sé que falta. A la final, es una despiadada que tiene relaciones con el primero que enseñe su cuenta bancaria. Error mío no haberme dado cuenta cuando estábamos juntos. Supongo que el supuesto amor que le tenía me cegó por completo. Y a mi familia también. Todos la querían. Ahora todos están alegres porque está fuera de nuestras vidas.

Gabrielle

Había pasado parte del día buscando un vestido perfecto. Y lo conseguí. Claro, luego de recorrer un montón de tiendas. Se supone que solo sería un vestido. Creo que compre medio centro comercial. Ya veo porque papá prefería no acompañarme de compras. Más bien. Veo porque a nadie le gusta acompañarme. Nada más a Antonella y porque compartimos el mismo amor por la ropa, zapatos y hacer arder la tarjeta Visa. Extrañaba a la loca de mi mejor amiga. Sé que pronto nos veríamos. Los vería a todos más bien. Mi iPhone sonó y se que es Erick. Le coloque un tono para saber cuándo es el. Este iPhone que el me había regalado me gustaba. Se parecía a mi. Y también porque el odiaba el otro que yo tenia.

«Te extraño locamente. ¿Tampoco me dirás dónde te encuentras? Quiero verte, pequeña.

La manera en la que me dice "pequeña", llena mi corazón. Es como si no lo sé... El es el indicado para mí. Pero tiene muchas cosas que arreglar si es que realmente quiere estar conmigo. Debe de estar en el trabajo. Joe me comentó que últimamente mi chico trabaja más de lo que debería. Quiere demostrarle a todos que puede sacar una empresa a flote. Especialmente a su padre. Y más feliz está al saber que pronto cerrará negocios con mi padre.

«¿Tú padre no te ha dicho que en una semana estaré en Rusia? Tengo la reunión con el. Por fin lo conoceré. Tal vez le saque información de la chica que me tiene loco. ¿Tú crees que lo logre?

Reí con ese mensaje. Mis carcajadas se escuchaban en todo el apartamento. Si realmente creía que podría sacarle información a mi papá, está un poco equivocado mi chico. Quedara desilusionado.

«Dime que estarás en la fiesta que tus padres darán. Por favor. Muero por verte.

¡Yo también muero por verte! Sé que seguro esta frustrado porque no sabe si asistiré o no a esa fiesta. Y es mejor que piense que no voy.

«Gabrielle Anastasia. Sé que estás leyendo mis putos mensajes. ¿Podrías contestar alguno? Dime inútil o imbécil. Con eso me conformo.

Mi gruñón se ha alterado. Debe de estar enojado. Se como se pone cuando no le contestan alguna llamada o un mensaje. Y yo que no le he contestado varios... Casi que echando humo por las orejas. Luego le preguntaría a Joe si ha dicho algo más sobre mi.

«TE QUIERO VER. Disculpa lo grosero que fui en el mensaje anterior, pero es que no soporto saber que estás leyendo todos mis mensajes y no me respondes. ¿Por qué hablas con Joe y no conmigo? Sé que a el y a Antonella le respondes. E incluso hablas con Rossie. ¿Yo no existo o qué?

Siempre existes, mi gruñón. Pero mi orgullo puede más. Si supiera cuánto lo extraño.... Se que no se pondría así. Pero pronto nos veríamos. No sé que pasaría con nosotros, pero sé que lo veré. Y nada me calma más que eso.

• Atada a las sabanas de mi jefe • FINALIZADA!Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ