#36 I'Il find you/ parte 1

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-No puede ser. Dije para mi en estado de shock. La taza que se encontraba en mis manos cayó al suelo haciéndose añicos. Intenté articular alguna palabra pero a lo único que reaccioné fue a salir hacia la calle. Vi a Sami y a Dan tiradas en suelo llorando de felicidad o angustia junto a ellos. Jack y Liam habían vuelto, pero ¿Dónde está Aaron...? Al llegar a su altura caminé lento, como si mi cuerpo fuese incapaz de reaccionar por si solo. Entonces me detuve a observar con detenimiento sus cuerpos ya que ambos parecían demasiado demacrados con hematomas por todos lados, sus labios partidos y hasta juraría haber visto un disparo en la pierna de Jack y entonces fue cuando mi cuerpo comenzó a hiperventilarse y a entrar en pánico.
-¿Do... donde está? Balbuceé mientras mis ojos se cristalizaban, de nuevo.
-Leila. Dijo Liam mi nombre poniendo una mano sobre mi hombro. -Vamos a hablar dentro. Respondió mirando hacia todos los lados como si temiese que alguien nos pudiera escuchar. Rápidamente entramos al interior de la casa seguido de un par de policías, mis padres y el señor Nick.
-¿Dónde está? Volví a preguntar desesperadamente.
-Se quedó allí, quiere averiguar todo lo que ha pasado. Hizo una pausa para mirar mis ojos. -Leila quieren mataros. Los miré atónita.
-¿Cómo? Pregunte incrédula, esto no puede estar pasando. Entonces ambos comenzaron a relatar todo con lujo de detalles, hasta la parte en la que mi sangre se heló por completo. La parte en la que yo estaba en un tablón rodeada de fotos de chicas muertas, ¿pretendían matarme? ¿Por qué, por qué nosotros?
-Quien esté detrás de todo esto quiere ver a Aaron bien hundido y al borde del suicidio o querer torturarlo tanto que su propósito sea matarte a ti, hay que actuar rápido, es una sola persona contra una mafia entera. Espetó Jack furioso. De un momento a otro mis padres comenzaron a enloquecer mientras discutían con los policías y con el señor Nick, mis amigas lloraban mientras discutían también y yo... yo me estaba volviendo loca, así que por una vez en todo este tiempo me dispuse a tomar la iniciativa.
-¡PODEIS CALMAROS TODOS DE UNA PUTA VEZ! Solté furiosa toda la ira que tenía ahora mismo. -¿Es qué no veis que Aaron está en total peligro? Pregunté exaltada, -¡Vamos es uno contra una mafia entera! ¿¡pensáis perder el tiempo discutiendo?! Solté todo de golpe que hasta yo misma me quedé sorprendida de mis palabras y de mi actitud. -Yo no sé vosotros pero yo me voy a buscarlo, no pienso dejar que todo acabe aquí. Y dicho esto salí corriendo hacia las escaleras todo lo rápido que mis piernas me lo permitiesen. Entré rápidamente en mi habitación buscando el chaleco antibalas que había cogido de la casa del señor Nick, ¿Qué? Yo también se como va esto.
-¡Leila! Gritó mi madre entrando en mi habitación. -¿Qué piensas hacer, ir tu sola a rescatarle? ¡Te matarán! Dijo ella con lágrimas en sus ojos, Dios mio como me odio en estos momentos.
-¡¿Es que no te das cuenta Leila!? Estás poniendo toda tu vida en peligro, en manos de esos hijos de puta, ¡se lo estás dejando en bandeja hija! Mamá nunca dice malas palabras, mamá está hablando completamente en serio, pero... ¿quién no hablaría en serio en está situación?
-¡Me doy cuenta mamá, me doy cuenta de que él merece vivir una vida, merece vivir su vida. Él no ha tenido todas la oportunidades como yo las he tenido y aun así me ha tratado con todo el amor y el cariño que él sabía dar mamá. Se crió en la maldita calle cuando tan solo era un niño porque su padre mató a su madre delante de sus propios ojos y aún así es la mejor persona que la vida me ha puesto en mi camino, no voy a perderle, no ahora que por fín le tenía mamá, no ahora! Caí de rodillas al suelo mientras las lágrimas caían como torrentes de agua por mis mejillas. Tapé la cara con mis manos mientras los sollozos salían del fondo de mi garganta. Entonces sentí como unos brazos rodearon mi tembloroso cuerpo y por primera vez en dos meses pude decir que me sentía como en casa. Dejé caer mi cuerpo completamente en los brazos de mi madre mientras ella acariciaba mi cabello y besaba mi frente diciéndome que todo estaría bien. "Todo va a estar bien" había escuchado ya tantas veces esa maldita frase que es como si se hubiese tatuado a fuego en mi piel. -Quiero verle con vida mamá, quiero verle feliz, aquí conmigo y no tener que ir vestida de negro a su funeral mamá, ni tener que dejarle rosas blancas encima de su lápida, no quiero eso, no. Las lágrimas dificultaban totalmente mi visión lo que me impedía ver a mamá con claridad.
-Leila, escuchame vale. Vamos a hacer todo lo posible para salvar a Aaron. Es un chico muy listo y sabe perfectamente donde se mete y con quien se la juega. Dijo apartando las lágrimas de mis ojos. La verdad es que no me gusta llorar de nadie, lo veo demasiado personal, pero hay veces en la que siento que todo puede conmigo y necesito simplemente dejarme mimar por las personas que aprecio. Todavía no me atrevía a dar la cara delante de todas esas personas así que abrí el grifo de la ducha y me metí sin asegurar si el agua estaba a la temperatura exacta. Helada, esa era la palabra exacta de como se encontraba el agua y mi estado ahora mismo. Sentí como cada peso de mi cuerpo iba cayendo al suelo de la bañera, como a su paso iban dejando mi anatomía libre, sin ataduras. Cogí una toalla y la envolví alrededor de mi cuerpo y me miré un momento al espejo. Me horroricé ante la imagen que tenía enfrente, mis ojos perecían dos pelotas de tenis y mis ojeras eran tan oscuras y profundas que me deban miedo, "¿Qué pasa leila?", habló mi subconsciente, "¿Es que piensas seguir aquí llorando de brazos cruzados", "Tú no eres así", "eres fuerte e inteligente". Entonces algo en mi interior hizo "click" para parar mi forma de pensar completamente y empezar a actuar como leila realmente actuaría. Coloqué la ropa interior en mi cuerpo y luego me puse el chaleco anti balas, amarré mi cabello en una coleta alta y cogí una sudadera negra holgada seguido de unos jeans elásticos negros ya que la tela es mucho más resistente y los colores oscuros son mas eficaces a la hora del camuflaje. Escondí las pistolas y cerré la puerta de mi habitación. Es hora de actuar.

Continuará...

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Aquí os dejo otro capítulo💪👏.
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Besos💋 

Veinte besos y una estrofaWhere stories live. Discover now