#21 one call away

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Realmente no estaba escuchando nada de lo que Drew nos estaba deciendo. Su mirada... es lo que más me intriga de todo, es fría y cínica, eso me produce escalofríos.
-Aaron. Noté como alguien llamaba mi atención. -¿Estás bien? Me preguntó Jack disimuladamente. Asentí de la misma forma he intenté recobrar mi compostura. Pasada una media hora Drew decidió irse. Lo acompañé hasta la puerta de entrada en un completo silencio incomodo que me ponía de los nervios.
-Bueno muchacho, nos veremos pronto. Dijo despidiéndose. Le ví girar en la esquina del hotel hasta dirigirse al aparcamiento. Bien dicen que la curiosidad mató al gato y yo no soy un gato así que me arriesgue a seguirlo hasta la camioneta negra. Andé sobre las puntas de mis pies tratando de hacer el menor ruido posible. Observé como Drew sacó su móvil del bolsillo de su traje y pegó el aparato a su oreja.
-Hola, si ya he hablado con ellos, si todo está bajo control, no claro que no sospechan nada, no me jodas H, si tranquilo Aaron también está controlado, ya sabes, algunos contactos, adiós.
Sentí como mi respiración se congelaba y como aumentaba mi frecuencia cardiaca ¿¡De qué coño no podíamos enterarnos!?¿¡Y quién diablos es H?! Noté como algo vibraba en el bolsillo trasero de mis jeans. Metí la mano en el bolsillo mientras veía como Drew salía del aparcamiento ¡Maldito patán! Fruncí mi ceño al ver en la pantalla un número desconocido. Abrí la bandeja de mensajes y en el me aparecían cuatro fotos de Leila en un bar con un... ¡chico! Y no con poca distancia que digamos. Sentí la ira recorrer mis venas y mis nudillos blancos de tanta presión que estaba ejerciendo en ellos. Necesitaba alcohol, era lo que más me iba a calmar en estos momentos.
*narra Leila*
¡¡Dios mio me voy a volver loca!! Mi situación ahora mismo es de lo mas estresante, me encuentro rodeada de notas y documentos que siempre me llevan al mismo sitio y no me resuelve ninguna duda. Y si fuera poco llevo una semana sin recibir noticia de Aaron o alguno de los chicos. Había hablado con Dan y Sami. Están destrozadas y muy preocupadas porque ninguna sabe que ha pasado realmente, ni porque no reciben noticias de ninguno y odio tener que ocultarlas todo lo que se, pero prefiero que sea así, por el momento.
-Leila. Tocaron a la puerta de mi habitación, que lleva cerrada tres días. -Pasa. Dije apretando los dedos contra mi frente.
-Cielo, tienes visita. Dijo mama muy sonriente al otra lado de la puerta.
-¿Quién? La miré extrañada.
-Yo, presente. Respondió un sonriente Max. Revoleé los ojos, la verdad es que no andaba de bueno humor. -¡Oh Max gracias por venir a sacarme de estás cuatro paredes! Dijo Max sacárstico en un intento falso de imitar mi voz. Palmeé el lado de mi cama para que se sentara a mi lado.
-Tu y yo saldremos hoy. Me comunicó Max una vez llegado a mi altura.
-¿Qué? Ni lo sueñes Max. Respondí agotada tumbándome sobre el cómodo colchón.
-¡Leila Smith Style, llevas encerrada en está habitación tres días y seguro que ni te has duchado, así que ya puedes estar moviendo tu trasero hacia la ducha si no quieres que te mande de una patada hacia allí! ¡Vamos! Espetó Max furioso achinando los ojos y poniendo sus brazos en forma de jarra. No pude evitar soltar un par de carcajadas antes de agarrar las toallas y dirigirme al baño. Antes de cerrar la puerta me giré para mostrar mi dedo corazón y una sonrisa malvada a Max que levantó una ceja sonriente desda la cama.
Peiné mi cabello desde el tocador mientras Max elegía mi outfit para esta noche. Hasta ahora no me había fijado bien en la ropa que traía puesta Max. Jeans negros rotos en sus rodillas, camisa blanca básica de vestir y unas zapatillas negras. La verdad es que Max es muy guapo, sus ojos grandes marrones y su perfecto tupe siempre peinado a la perfección, sus facciones... Todo un dios griego.
-Umhh... ¿Qué te parece unos jeans negros, una blusa azul y unos tacones? Dijo algo pensativo.
-Cambiaría la blusa azul por un jersey color mostaza. Dije cogiendo la prenda de la percha. Mi amigo sonrió satisfecho y me guiñó un ojo.

****

La música resonaba fuertemente en mis oídos y los focos de luz me cegaban por completo. Intentaba seguir a Max entre toda la multitud que se agolpaba en la pista de baile hasta conseguir llegar a la barra sanos y salvos. Observé él gran local en él que estaba y en toda la gente que se encontraba aquí, había algunos rostro conocidos y otros que no lo eran.
Max me pasó la bebida que le había pedido al barman y luego bebió de la suya. Empecé una conversación de lo más anima con Max, pero estaba inquieta, la verdad es que no me sentía cómoda en este lugar, me sentía demasiado... Observada. Al girarme sentí el flash en mis ojos de una de las esquinas del bar, no le di mucha importancia.
-Ven, vamos a bailar. Dijo Max entusiasmado tirando de mi. Bebí mi copa de en trago rápidamente.
Nos acercamos a un grupo de gente que bailaba en la pista, amigos de él supongo. Una vez integrados en el grupo supe reconocer bastantes caras. Estaba Dylan, algunos chicos del equipo de fútbol, algunas animadoras y Susan una chica que va a mi clase de artes. Comencé a hablar con Dylan, dando la espalda a la barra. La verdad es que es un chico muy simpático y muy guapo. Sentí otra vez ese estúpido flash y no pude evitar recorrer este antro con mi mirada. En unas de la esquinas ví a un hombre camuflado en ella y sentí pánico, ¡¿Dios mio Aaron por qué te fuistes?!
-Hora de irnos Cenicienta. Dijo Max agarrando mi brazo. -Leila ¿Estás bien? Estás muy pálida. Murmuró pasando la mano por mi frente, y otra vez sentí el flash en mi lado derecho. Giré mi cabeza en esa dirección, completamente petrificada, un hombre sonreía cínicamente mientras guardaba la cámara y desaparecía entre las sombras. -Vámonos Max por favor. Dije aferrándome a su brazo. Salimos por la gran puerta y llegamos al aparcamiento.
-Bien ¿¡Me puedes contar que coño pasa!? Y no me digas que nada porque te conozco Leila... Suspiré frustrada y me dispuse a contarle toda la historia a mi amigo...

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Gracias por leer😊😘

Veinte besos y una estrofaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora