#10 I love you

525 19 2
                                    

*narra Aaron*
Terminé las clases y me subí al coche. Hoy no ha sido un día espléndido.
Llamé a Jack y a Liam. Tenemos un asunto pendiente.
-¿Hola, Aaron? Dijo alguien al otro lado de la línea.
-¿Drew? Dije.
-Si Aaron necesito que vengáis ahora mismo. Tenemos un problema. Dijo él preocupado
-Ahora mismo vamos. Le dije yo.
No terminé de hablar con Drew cuando Jack y Liam ya estaban montados en el coche.
Pusimos rumbo al barrio y todo en el coche era silencio.
-¿Sabéis a que se refería Drew? Les dije yo.
-Ni idea, pero sea lo que sea no es nada bueno. Dijo Liam en el asiento del copiloto.
-Seguro que es algo de Italia. Dijo Jack sin apartar los ojos de su móvil.
-¿Jack con quien hablas? Dijo Liam con una sonrisa pícara en la cara. ¡Vaya este chico nunca cambiará!
-Eh...con Dan...esque está mala y la estaba preguntando que tal estaba. Dijo él sonrrojándose.
¡¡Dios mío vaya cliché!!
Liam asintió sonriendo y yo me limité a mirar a la carretera. Todo lo que tenía que decirles ya lo saben. Ellas no pueden formar parte de nuestra vida, ellas pueden perfectamente salir dañadas de esto y si a Leila...la pasara algo jamás me lo perdonaría. Y por muy enamorados que estemos, digo que esten no es posible.
Por fin llegamos al "barrio" y avanzamos por el estrecho callejón y entramos al despacho de Drew. Os estareis preguntando por qué Jack y Liam están metidos en todo este asunto ¿verdad? Es sencillo de explicar Jack era un niño rico, sus padres tenían mucho dinero y un negocio muy bueno. Pero de la noche a la mañana su negocio quebró y su padre por depresión empezó a consumir drogas, no pasaba tiempo con la familia y siempre que podía se iba a prostíbulos y dejaba a su mujer y sus dos hijos pequeños solos e indefensos de cualquier peligro que pudiera ocurrir. Y si Jack, tiene una hermana pequeña de cuatro años preciosa. Jack la quiere muchísimo. Y Liam bueno, él fue abandonado por sus padres quedando al cargo de su abuela. Es increíble lo que Liam quiere a su abuela, haría cualquier cosa por ella. Los tres nos conocimos en el barrio y desde ese momento nos hicimos inseparables y cumpliamos las "misiones" los tres, porque no sabéis lo horrible que es tener que robar a alguien o cualquier cosa cuando sólo eres un crío asustadizo. Y desde hay la abuela de Liam se convirtió en mi abuela, la madre de Jack y su hermana como mi madre y hermana y así nos hemos ido convirtiendo en un gran familia. Aunque ellas no saben o lo que nos dedicamos, si a esto se le puede llamar trabajo.
-Muchachos. Dijo Drew levantándose de su sillón de cuero. -Tenemos un problema.
-¿Cuál Drew? Dijo Liam con los brazos cruzados sobre el pecho y con el ceño profundamente fruncido.
-Teneis que ir a Italia después de Navidad. No se el día concreto pero solo se que el viaje será adelantado un mes. Dijo mirándonos a los tres muy despacio. Como si nos estuviera fotografiando para siempre y eso no me gusta nada.
-¿¿¡¡Qué!!?? Dijimos los tres a la vez. Si no fuera porque nuestras bocas están pegadas a la cara ahora mismo estarían por el suelo.
-Si lo se, es precipatado chicos. Pero dejar que os explique lo que pasa. Dijo sentándose en su escritorio. - Vereis, los tipos con los que hice el negocio son mafiosos como ya sabeis. Pero estos son distintos. Sin duda son los peores tipos con los que hemos llegado a tratar chicos, no creáis que si hacéis algo mal, aunque sea un pequeño fallo os perdonarán la vida, no, no tienen piedad. Ayer me llamaron por la mañana y me dijeron que tenían que cerrar el negocio lo antes posible y enserio lo digo y lo repito, no tienen piedad y si tienen que torturaros hasta morir lo harán chicos. Sois como mis propios hijos y si os pasase algo no se que haría yo. Por favor andar con muchísimo cuidado chicos. Y dicho eso nos abrazó fuertemente.
Salimos del barrio totalmente desorientados. ¿Qué coño acababa de pasar?¿Qué será de nosotros? Ahora sinceramente pienso en el futuro y....precisamente no es bueno.
Dejé a los chicos en sus casas y yo me fuí a mi departamento.
Me dí una ducha e intenté relajar mis misculos. Salí y me envolví una toalla a la cadera. Fuí a mi cuarto y me coloqué un pantalón de chándal junto a una sudadera. Me preparé algo de cenar y me senté en el sofá. Una sola frase estaba en mi cabeza
"no tendrán piedad si hacéis algo mal" Dijo Drew en mi cabeza. Sinceramente no se que será de nosotros pero algo si que tengo claro. Intentar pasar junto a Leila el tiempo que me queda. Vale si, se que soy idiota. Hace unas horas la dije que no se metiera en este tema y yo...bueno es raro ¿Sabéis? Siento algo por ella y realmente me da miedo descubrir que es. Nunca antes había sentido "eso" y...me aterra adentrarme a ello. Pero quiero estar el tiempo que me queda con ella.
Sin pensarlo más me puso mis pitillos negros y un jersey. Cogí mi abrigo y las llaves de mi moto.
Me encaminé a casa de Leila pero antes haría una parada en casa de Danielle para saber unas cuantas cosas.
Llamé al timbre impaciente.
-¿Aaron qué haces aquí? Dijo ella despeinada y con unas gafas en sus ojos. Estaría estudiando para los examenes finales.
-Dan necesito saber unas cuantas cosas acerca de Leila.
Ella me miró con una ceja levantada y una sonrisa pícara en su cara. ¡Mujeres!
-Pasa. Dijo ella haciéndose a un lado. -Vale. A ver. Dijo pensativa -Sus flores favoritas son las rosas y el sitio perfecto para que la puedas llevar es la playa. Pero cuidado no una cualquiera su sitio favorito es el acantilado a las afueras de la ciudad. Empezó a soltar todo eso por su boca y yo intenté recordar todo. -¡¡ahh!! Rosas tengo en el jardín ahora mismo vuelvo. Dijo levantándose de un salto. Dan volvió con las rosas en la mano. Le dí un beso en la mejilla y salí por la puerta.
Llegué a su casa y sabía que por la puerta no podría entrar asique tendría que trepar por la enredadera.
*narra Leila*
Estaba sentada en la cama boca abajo, los codos apoyados en la cama y mis manos en la barbilla. Balanceaba mis piernas suavemente para alante y atrás. Estaba muy concentrada estudiando hasta que empezaron a sonar pequeños golpes en mi ventana. Curiosa me levanté y la abrí miré hacia abajo y no me creía lo que estaba viendo. Aaron estaba tirando piedrecitas a mi ventana ¿Para qué? No tengo ni idea.
-¿Qué haces aquí? Dije bajando la voz para que mi hermano no me escuchara.
-Ahora te lo explico. Pero antes voy a subir. Dijo él trepando por mi preciosa enredadera.
¡Está loco mi hermano puede entrar en cualquier momento!
Subí mi calza izquierda que se había bajado y me coloqué la sudadera.
-Guauu... Dijo él mirándome de arriba a bajo.
Me sonrrojé al instante. ¡Quien se cree para mirarme así! Vale que esté en sudadera y calzas pero eso no le da ¡ningún derecho!
-¿A qué has venido? Dije poniendo mis brazos en modo jarra en mi cintura.
-Necesito que vengas conmigo Leila. Dijo él apoyado en el marco de la ventana.
-Estás loco. Dije dándome la vuelta y poniéndome en la posición de antes.
-Leila enserio es importante. Dijo Aaron arrodillándose quedando a mi altura.
Rodé los ojos y me dirigí a mi armario.
-Voy al baño a cambiarme, ni se te ocurra coger nada. Dije señalando mi cama
Me puse unos jeans claros rotos en las rodillas, una playera blanca anudada y una camisa de cuadros rojos encima. Me coloqué mis convers y peiné mi pelo dejándolo al natural.
Salí del baño y desconecté mi iPhone de cargar.
-Saldremos por la ventada. Dijo Aaron saliendo por ella. ¡Claro para él es fácil!
Me aseguré de cerrar la puerta con seguro y empecé a bajar por la enredadera. Lo estaba haciendo perfectamente pero al llegar casi abajo mi pie resvaló lo que provocó que perdiera el equilibrio y callera de espaldas. Cerré mis ojos esperando el duro suelo pero en su lugar caí en unos fuertes brazos que me sujetaban por la espalda y detrás de mis piernas. Abrí un ojo y me encontre a Aaron riendo ¡Se veía tan tierno!
-No te rias. Dije dándole con mi puño en su brazo. Por lo que ni se inmutó ya que él es mucho más fuerte que yo.
Avanzamos un poco hasta llegar a la moto de Aaron. Un momento ¿moto? Ni de coña me subiría a ese monstruo negro.
-¿A qué esperas? Dijo ofreciéndome el casco.
-Ni de coña. Tú moto da miedo. Dije quieta en el sitio.
-Vamos Leila, acabas de bajar por una enredadera de flores y ¿Te da miedo subir en la moto enserio? Dijo con una sonrisa burlona en su rostro. ¡Diuggg lo odio!
Cogí el casco y me subí en la parte trasera de la moto. Pasé mis brazos por su cintura y pude sentir sus perfectos abdominales. Apoyé mi mejilla y cerré los ojos fuertemente. Este sin duda sería un viaje muy largo...

N/a
Gracias por leer😽😘

Veinte besos y una estrofaWhere stories live. Discover now