#20 She, my world

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*narra Aaron*
Todo ha transcurrido normal desde que llegamos, pero realmente no me siento seguro, ¿Saben esa extraña sensación que se siente cuando presienten que los observan? Pues así me siento ahora mismo.

¡¡¡Mierda!!!

Camino nervioso de un lado a otro de la cutre habitación que nos han asignado.
-Bro, deberías calmarte. Escuché la voz de Liam proveniente de una de las camas.
-¡¡¿¿Qué me calme dices??!! ¡¡¿¿Cómo coño quieres que me calme Liam??!! Agité mis manos en el aire, en respuesta de resignación. -Llevamos aquí dos putos días y no hemos recibido ni una sola maldita llamada de Drew.
-Ya nos llamará Aaron, Drew controla, ya sabes. Esta vez fue Jack quien habló con su vista pegada a la pantalla de su móvil.
-¡Por dios Jack, solo debes atar cabos! Espeté furioso pasando las manos frenéticamente por mi cara. -Estás demente. Dijo Jack negando con la cabeza.
-Ahora vuelvo. Dije cogiendo la chaqueta de cuero. Sin esperar respuestas salí de la habitación y me dispuse a ir a la azotea. Andé por el largo pasillo hasta llegar al ascensor que bueno, ¡Estaba averiado! Miré las escaleras y suspire pesadamente. Subí el segundo piso, el tercero y el cuarto hasta que dí con una puerta metalizada que daba al exterior. Pasé un pequeño escalón. Respiré profundamente y saqué un paquete de tabaco de la chaqueta. Cogí un cigarrillo de esta y lo volví a guardar. Puse el cigarro en mi boca y di una gran calada a este. Me acerqué a la barandilla blanca y observe el paisaje. Esto es realmente bonito,siento como si toda la tensión que tenía acumulada hace unos momentos se hubiese esfumado por completo, dando paso a una gran paz interna. Saqué el móvil de la parte trasera de mis jeans y lo desbloqueé encontrándome una foto de Leila con un delantal puesto con un gorro de cocina, manchada de harina y chocolate. Sonreí ante el recuerdo de aquel día.

Flasback
Recuerdo que ese día estábamos los dos en su casa, ya que bueno afuera estaba cayendo el segundo diluvio universal y Leila me había prometido que me ensañaría a hacer tartas. Así que ahí estábamos ambos con un delantal y un gorro puesto. Me daban ganas de darme de bofetadas vestido así en serio. Ayudé a Leila a bajar los utensilios e ingredientes que utilizaríamos, empezamos a mezclar todos los ingredientes a la par.
-¡¿Cómo puedes decir que la nutella no es lo más maravilloso que ha dado esta vida!? Dijo ella con una cara no muy agradable mientras mezclaba en un bol harina y huevos. Negué divertido -¿Y ahora me dirás que no amas las oreos? Volví a negar divertido -No dios, odio las oreos. Dije con los brazos cruzados sobre mi torso con una mueca divertida. La sacar la cuchara de madera del recipiente llena de chocolate. -Corre. Dijo con una sonrisa maliciosa en el rostro. Salí corriendo de la cocina con Leila pisándome los talones, ¡vaya, es rápida! Tropecé con uno de los cojines que habíamos dejado tirados por el suelo haciendo que ella cayese encima de mi, lo que le dio la oportunidad perfecta para ponerse encima con la cuchara.
-Reconoce que ambas cosas es lo mejor que hay en la vida. Dijo ella amenazante.
-No. Reí divertido, mala idea, cuando me quise dar cuenta tenía toda la cara cubierta de chocolate junto a un Leila sonriendo demasiado cínicamente. Sonreí de la misma forma venciendo mi peso hacia un lado haciendo que ahora ella quedara debajo. Cogí parte del chocolate de mi cara y lo restregué por la suya.
-¡Basta Aaron! Dijo ella sin parar de reír, amaba verla así. Apoyé mis brazos a ambos lados de su cabeza. -Jamás reconocería que es lo mejor que hay en la vida porque lo mejor de mi vida eres .
Besé sus labios y sentí a Leila sonreír entre ellos lo que hizo que yo también sonriera. Apoyé mi frente con la suya sin perder su contacto visual. -Te quiero. Susurró ella cerca de mi odio. Acaricié suavemente sus caderas mientras besaba su cuello e introducía mi mano dentro de la sudadera y acariciaba su tibia piel. Noté como algo vibraba dentro de los jeans de Leila interrumpiendo todo. Me miró apenada mientras contestaba a la otra persona al lado de la linea, bufé con fastidio mientras recogía los cojines del suelo y los colocaba en su lugar.
-¿Quién era? Pregunté recogiendo la cuchara del suelo.
-Mis padres. Dijo y yo rodé los ojos divertido. -Será mejor que recojamos todo esto antes de que vengan. Sugirió ella apoyando su cabeza en mi pecho.
Y así hicimos, primero nos limpiamos nosotros y luego todo lo demás y por último metimos la tarta al horno.

Sonreí recordando ese día con un gran nudo en la garganta. Me encantaría que ella estuviera aquí y poder decirme lo que esta bien o no, ya que ahora mismo no tengo nada en claro. Pasé las manos por mi cabello nerviosamente. Miré hacia el aparcamiento y ví una camioneta negra demasiado familiar. Del asiento del piloto bajó un hombre muy parecido a Drew.

*¡Claro idiota es que es él!*

Me dí de bofetadas mentales mientras salía de la terraza a toda velocidad, bajé las escaleras lo más rápido posible y me adentré a la habitación cerrando la puerta detrás de mi con la respiración agitada.
-¿¡Se puede saber que demonios te pasa!? Espetó Jack furioso y confuso, supongo que cansado de mi actitud bipolar.
-¡Mierda Liam recoge esos calzoncillos y ordena esto un poco, Drew está entrando al hotel! Grité agitado mientras recogía este desastre. Como alma que lleva el diablo comenzamos a echar todo bajo las camas. Tocaron a la puerta y antes de abrir miré a mis mejores amigos que asintieron levemente.
-¡Drew! Intenté poner mi mejor cara de sorpresa.
-¡Muchacho! Sonrió de una manera muy cínica que me provocó enormes escalofríos. -Traigo noticias frescas. Dijo frotando ambas palmas de sus manos. Le ofrecí pasar mientras Liam y jack lo saludaban. Os juro que no me quiero volver paranoico pero hay algo en su mirada... que no transmite mucha seguridad...

N/a

¡Hola de nuevo🤗!
Siento mucho la tardanza pero he estado de exámenes finales y no he tenido tiempo de nada😫🤕, pero aquí estoy de vuelta con un nuevo capítulo😀 💞

Veinte besos y una estrofaWhere stories live. Discover now