#19 You are naive

439 19 3
                                    

Leila.

Leila te amo, como nunca he amado a nadie en mi vida. Eres fundamental en ella y me aterra el hecho de poder perderte, porque, sinceramente no soy bueno para ti, en realidad no soy bueno para nadie.
No tengo un oficio normal Leila, soy un asqueroso narcotraficante que no sabe cuidar lo que tiene y acaba destruyendo todo lo que aprecia. Realmente no se si te quiero cerca o te quiero lejos. Pero solo se que si no te tengo me pierdo. Me culpo por no decirte lo especial que fue la noche en la que hicimos el amor. Realmente fue la mejor noche de mi vida y me odio por haber echo daño a tantas mujeres por follarlas y ya, pero llegaste tu y lo cambiaste todo Leila, mi forma de pensar, mi forma de vivir, mi forma de sentir... Antes realmente me da daba igual si moría o no, pero ahora hacerlo me aterra, me aterra dejarte sola y que algún gilipollas pueda hacerte daño. Te juro que recuerdo cada milímetro de tu cuerpo y lo echo muchísimo en falta, al igual que tu voz, tu risa, tu todo. Leila no estoy bien, y no se, si ahora mismo a donde me dirijo voy a salir con vida o no. Por primera vez en mi puta vida tengo miedo de algo, temo por mi vida, por la de mis mejores amigos, por la tuya... No se si algún día volveremos a vernos o si esto es una despedida, solo espero que estés bien y no te veas nunca involucrada en mi vida, no quiero hacerte daño porque eres lo más especial que tengo en ella y que estés bien es lo más gratificante. Te amo Leila nunca olvides eso y este donde este y acabe como acabe siempre te voy a amar.
Aaron.

Las lágrimas caían de mis ojos sin poder contenerlas y todos los sollozos que había intentado reprimir mientras leía la carta ahora se hacen presentes en toda la habitación. Miré todo a mi alrededor con dificultad ya que las lágrimas lo impedían. No puede ser ¡Él no! Me negaba a aceptar el no volver a verlo, no esta vez no, ya había perdido a demasiadas personas en mi vida como para perderlo a él también. Me coloqué una sudadera y me hice una coleta alta. Calé la capucha de esta hasta mis ojos y salí de mi casa sin hacer ruido. Cogí el coche de mi padre y se que no tengo carnet de conducir pero ahora mismo me importa una mierda lo que pueda pasar. Pisé el acelerador y puse rumbo al apartamento de Aaron. Subí las escaleras del edificio apresuradamente. Llamé al timbre barias veces y no obtuve respuestas, di empujones y patadas a la puerta pero nada. Apoyé mi frente en esta, una idea cruzo mi mente y quité de mi cabello una horquilla que sujetaba parte de el. Metí el utensilio en la cerradura y lo moví de un lado a otro, de arriba abajo hasta conseguir abrirla ¡Eureca! Este truco lo aprendí cruelmente cuando mi hermano abría mis diarios con horquillas. Empujé la puerta y encendí el interruptor de la luz. Me dispuse a buscar por toda la casa más información acerca de donde se encontraba Aaron. Después de una hora buscando no encontré nada. Me tiré en el sofá exhausta y froté mis dedos contra mi frente.
-Piensa Leila ¿Si fueses un maldito narcotraficante dónde guardarías las cosas? Me dije a mi misma. Lo medité por unos instante y por obra del espíritu santo o cualquier otra cosa la inspiración bino a mi. Me levanté de un salto del sofá y salí corriendo hacia su habitación ¡No se como no se me había ocurrido antes! Me maldije a mi misma y abrí la puerta rápidamente. Recuerdo que cuando me quedé en casa de Aaron todo estaba en perfecto orden excepto su escritorio, todo desordenado y lleno de papeles. Abrí todos los compartimentos de este y la verdad es que no encontré nada lo suficiente interesante. De nuevo me senté en el suelo sientiendo una enorme angustia en mi pecho. Volví a mirar el escritorio y me fije que este tiene un enorme parecido con el mio. Fruncí el ceño y me acerqué a gatas palpe los cajones por atrás y encontré el compartimento secreto que solían tener estos escritorios. Saqué el cajón del todo, introduje la mano por el hueco y palpé el fondo. Premio, yo tenía razón: había una moldura, en realidad una clavija. La oprimí y un resorte impulsó hacia delante el segundo cajón oculto. Conteniendo la respiración, me incliné para ver lo que había dentro y encontré una pila de documentos y una pistola. Ahogué un grito de sorpresa cuando encontré este último y con las manos temblando y el corazón en un puño puse los papeles sobre el suelo. Lo primero que encontré fue la identificación de Aaron y varios nombres que supongo que serían de clientes suyos, seguí revisando hoja por hoja, encontré los perfiles de Liam y Jack, me dolió pensar que mis amigas no supieran esto. Me paré en la última hoja realmente interesada y leí el nombre que había sobre esta "Drew Costello" la sangre se me heló por completo y todo el aire se había vaciado de mis pulmones completamente. No me creo que hayan sido tan ingenuos de caer en la garras de este tipo, es despiadado y cínico, el juego de este hombre es atraer personas a su territorio pareciendo amable y ofrecerlas todo el apoyo posible para luego dejarlas en manos de la mafia por dinero ¡maldito hijo de puta! Os preguntaréis de que lo conozco tan bien ¿verdad? Bueno hace unos años mi padre trabaja en la unidad de policías aquí en California junto a un amigo suyo Dereck. Recuerdo que cuando era pequeña jugaba a ser policía en el despacho de mi padre hasta que un día escuché una conversación entre él y Derek. Recuerdo perfectamente las palabras de Dereck - David, este hombre está sembrando el pánico en todo el estado. Ha cometido muchos asesinatos y como no pongamos fin a esto... Va a pasar algo muy malo. Y dicho esto ambos salieron de la habitación y yo me adentre en ella y como bien se dice la curiosidad mató al gato yo me subí a la silla de mi padre y abrí una carpeta amarilla que había sobre esta. Mala idea, imagines de lo más horribles se encontraban dentro. Cadáveres de personas. Desde entonces siempre estaba pendiente del tema tomando nota de todo, ya que bueno era una niña muy curiosa. Pero un día Drew desapareció del estado hasta ahora.
Apreté con rabia los papeles en mis manos y guarde la pistola en mi sudadera. Busqué más armas por toda la habitación y encontré otra más que guarde en la goma de mi ropa interior. Salí del apartamento para dirigirme a mi casa.

Continuará...

N/a
Gracias por leer💞
Pd: perdón por la tardanza😢😢

Veinte besos y una estrofaWhere stories live. Discover now