#16 Do not go far please

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Subimos al coche de Aaron y abrochamos a Dan el cinturón de seguridad. Me alejé de ella para dirigirme al asiento del copiloto. Una vez dentro del coche Aaron enciendió la calefacción. Deslizo mis brazos a ambos lados de mi cuerpo. Observo mi vestido y una idea cruza mi mente. ¡No tenemos pijama! Y como verán eso es un problema.
-Aaron tenemos un pequeño problema. Llamé su atención dirigiendo mi cuerpo en su dirección.
-¿Qué pasa? Pregunta sin apartar la vista de la carretera.
-Verás... No tenemos con que dormir... Miré mis manos notando el rubor en mis mejillas. Le ví sonreír tiernamente por el rabillo del ojo. Y al momento volvió a tensar todo su cuerpo.
-Os prestaré algo. Dijo él. Asentí lentamente mientras observaba todo su cuerpo. Su mandíbula tensa que resaltaba su perfecta quijada. De ahí pasé mi vista a sus bien moldeados y fuertes biceps igual de tensos que su mandíbula. Me empezaba a preocupar un poco su actitud. Acerqué mi mano a la suya hasta quedar la mía sobre la suya que se encontraba en su muslo derecho.
-Aaron ¿Estás bien? Le pregunté preocupada. Noté su mano tensarse al instante para luego relajarse por completo. No me había fijado que íbamos a una gran velocidad y entonces autamáticamente la bajó. Noté que un gran peso desapareció de mi cuerpo.
-Si cielo tranquila. Acarió mis nudillos suavemente. Una sonrisa se formó en mis labios. Llegamos a nuestro destino y despertamos a Jack que se había dormido en el asiento de atrás junto a Dan. Cargó a Dan hasta el apartamento. Aaron abrió la puerta principal y encendió la luz difícilmente. Una vez dentro cogió dos camisetas anchas y dos pantalones de deporte (estrechos en los gemelos, se asanchan por arriba y se vuelven a estrechar en las caderas) ayudé a Dan a poner su "pijama" y después el mio. Llamé a mis padres para avisarles que ya estábamos "en casa de Dan". Si lo se, otra mentira pero era necesario. Me dirigí hacía la habitación de Aaron arrastrando los pies por el pasillo sin hacer ruido. Cerré la puerta detrás de mi y me fijé que la habitación estaba iluminada por una pequeña lampara de noche instalada en una de las mesillas. Me fijé en las paredes del cuarto. Eran de color blanco igual que los muebles con pequeños detalles en azul al igual que las cortinas. La cama era grande, de matrimonio. Con las sábanas y el cubre colchón del mismo color que las cortinas. A la derecha estaba situado un gran armario y en una de las puertas de este un gran espejo. Me fijé en Aaron que estaba de espaldas a mi revisando su móvil. Llevaba puesto solo unos pantalones como los mios y sin camiseta... Noté mis nervios presentes en cuanto él se dió la vuelta. Me miró fijamente y ladeó la cabeza hacía la izquierda.
-Te queda muy bien mi ropa. Dijo mordiendo su labio inferior seductoramente. Solté una risita nerviosa y cuando me quise dar cuenta mi espalda se encontraba apoyada contra la pared y con Aaron rodeándome impidiendo mi escapatoria. Posicionó sus brazos a cada lado de mi cabeza teniendo así sus labios muy cerca de los mios. Cogí su cara entre mis manos y uní nuestro labios en un beso que primero era suave y lento. Su lengua se introdujo en mi boca y la mía la siguió. El beso fue subiendo de tono. Aaron alzó mi cuerpo y yo enrrollé mis piernas en su cadera. Un estallido de mariposas se instaló en mi abdomen. Millones de sensaciones recorrían mi cuerpo y pequeñas descargas mi columna vertebral. Andó conmigo hasta la cama sin dejar de basarnos hasta quedar completamente tendidos en ella. Yo boca abajo y el encima sin dejar caer todo su peso encima de mí.
Aaron bajó de mi boca hasta mi cuello. Repartió delicados besos por el y más tarde empezó a jugar con el lóbulo de mi oreja. Noté todo mi cuerpo acalorado y con muchas sensaciones. En un movimiento yo quedé encima de Aaron. Estaba sentada sobre su regazo. Con mis piernas abiertas a ambos lados de las suyas. Noté mis nervios a flor de piel cuando introdujo su mano dentro de la sudadera y empezó a acariciar mi espalda. Mi piel se erizó a sentir su suave tacto.
-Aaron... Le dije en susurros. Separó un poco su rostro del mio. -Yo...nunca...ya sabes... Noté como toda la sangre se acumulaba en mis mejillas poco a poco. Giré la cara para evitar su mirada. Cogió mi barbilla obligándome a mirarlo. -No te presionaré Leila. Solo dime si quieres que paré. Lo ví sonreír tan encantadoramente que me quedé embobada mirando sus ojos verdes. Más oscuros de lo normal. Lo medité unos instantes ¿Enserio quería que parase...? ¡Al demonio! Claro que no quiero que paré. Lo miré. Al igual que sus ojos los mios también estaban más oscuros debido a la excitación. -No pares Aaron. Dije sobre sus labios con la voz completamente ronca. Sonrió sobre mis labios para coger el borde de la sudare dejándome solo con mi sostén. Volvió a mi cuello y poco después noté como desabrochó el sostén. Lo lanzó lejos de donde estábamos y los observó con una sonrisa. Empezó a juguetear con ellos introduciéndolos en su boca. Mis manos estaban en su abdomen y acariciaban sus bien formados abdominales. En otro movimiento Aaron quedó encima de mí. Bajé sus pantalones con mis pies y noté su enorme erección en sus boxsers. Bajó la única ropa interior que quedaba en mi cuerpo y yo hice lo mismo con la suya. Cogió un preservativo de la mesilla y se lo colocó.
-Relájate. Susurró en mi oído mientras posicionaba su erección en mi parte íntima. Cerré los ojos y puse mis manos en sus hombros. Su miembro entró en mí suave y delicadamente, pero aún así dolía. Cerré los ojos con fuerza y clavé mis uñas en su piel.
-¿Quieres que pare? Preguntó parando el avance. Negué. -Miramé Leila. Ordenó. Abrí los ojos lentamente. Cuando por fin su miembro entró por completo solté un gemido. Besó mis labios mientras daba suaves enbestidas que poco a poco fueron siendo más rápidas e intensas. Me sentía en el mismo paraíso.
-Aaron... Gemí su nombre al notar sus enbestidas más y más rápidas. Esto me hacia enloquecer. El placer era cada vez mayor.
-¿Te gusta nena? Preguntó haciendo que sus movimientos fuesen más lentos. Miró mis ojos que en ningún momento los había apartado de los mios.
-Si Aaron, más. Rogué cogiendo su rostro entre mis manos. Unió nuestros labios y volvió a los rápidos movimientos de antes. Le escuché soltar gruñidos y gemidos que se mezclaban con los mios en la oscura habitación. Al final ambos llegamos al climax, con un último gemido y cubiertos por una fina capa de sudor. Aaron salió de mi con la respiración agitada al igual que la mía. Me dejé caer sobre el colchón completamente exhausta. Noté como mis párpados se iban cerrando poco a poco y como Aaron acurrucaba mi cuerpo en el suyo.
-Descansa. Dijo besando mi frente para después caer en un profundo sueño.

N/a
Muchas gracias por leer😘😍
Pd: perdón por la tardanza:(😫

Veinte besos y una estrofaWhere stories live. Discover now