#17 Hello

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Abrí lentamente mis ojos gracias a la luz que se colaba a través de las cortinas. Intenté darme la vuelta para poder seguir durmiendo pero algo me lo impedía. Me removí incomoda en la cama. Un momento... Esta no es mi cama y esta no es mi habitación... Abrí los ojos de golpe para encontrarme con la habitación de Aaron. Todos los recuerdos de la noche anterior invadieron mi mente. Pronto mis mejillas tornaron un color rojo. Me escabullí como pude hacia el baño. Una vez dentro recogí mi cabello en un moño y me deshice de la sábana que cubría mi cuerpo. Me metí dentro de la ducha y dejé que el agua me calara por completo. Tallé mi cuerpo con gel y después cogí una toalla. Me enrrollé en ella. Salí por el silencioso pasillo de la casa y me dirigí hacia la habitación. Entre en ella cerrando la puerta muy despacio. Me giré sobre mis talones para encontrarme a un muy adorable Aaron durmiendo abrazado a una almohada. Mordí mi labio inferior junto con una sonrisa y comencé a vestirme. Me dirigí a la pequeña mesa de noche para coger mi móvil pero tropecé con algo que había tirado por el suelo. Meldije mil veces en susurros y me levanté con sumo cuidado del suelo para no causar más escandalo. Tarde, Aaron ya estaba protestando y refregando sus ojos. Me dio demasiada ternura así que me acerqué a él.
-Buenos días. Le dediqué una sonrisa.
-Lo siento si te he despertado pero me tropecé con algo y me caí. Dije muriendo de la vergüenza.
-Buenos días a ti también. Dijo aun adormilado y con una voz ronca que ¡Dios! -No pasa nada, llevo despierto un rato. Me acerqué a él y me senté en su regazo, coloqué su alborotado cabello. Llegadas las diez de la mañana salimos de la habitación. Aaron se fue al baño y yo a la cocina. Me encontré a Jack serviéndose un tazón de cereales. Lo saludé mientras me preparaba un café.
-¿Y Dan? Pregunté mientras removía el café.
-Sigue durmiendo... Dijo rodando los ojos. Solté una sonora carcajada. -la llevaré una aspirina. Dicho esto me dirigí hacia la habitación de invitados con un vaso de agua y una aspirina.
-Dan. Dije en susurros en la puerta.
-¿Estas despierta? Pregunté un poco temerosa, ya que mi amiga no es la persona mas comprensible por las mañanas.
-Si, pasa. Dijo que desde la cama.
-¿Te encuentras bien? Pregunté dejando la medicación en la mesilla.
-Me duele la cabeza como los mil demonios. Espetó masajeando su frente. Reí sonoramente. Cuando me estaba alejando de la cama para dejarla intimidad ella agarró mi brazo. -Solo dime qué no hice mucho el ridículo ayer. Me dijo suplicante. Solté unas carcajadas y negué con la cabeza. -Solo veías penes con alas. Dije encogiendo mis hombros con una mueca graciosa. Ví su cara de horror y salí de la habitación. Por el pasillo me encontré con Aaron, con solo una toalla alrededor de su cintura. Me quedé parada literalmente en medio del  pasillo, con la mandíbula por el suelo y babeando.
-Una foto te duraría mas tiempo. Dijo divertido cruzando los brazos sobre su torso desnudo. Todo mi yo volvió a su ser y pronto recuperé mi postura. Rodee los ojos y me giré para dirigirme al salón. Escuché un bufido de su parte y una sonrisa triunfante de la mía.
×××
-Mama, ya he llagado. Anuncié cerrando la puerta de mi casa.
-Vale cielo. Mi madre llegó hacia mi y besó mi mejilla. Estuve charlando un rato más con mis padres hasta que me entró sueño y subí a mi habitación para dormir.
*narra Aaron*
Apagué el televisor porque realmente no había nada interesante. Me dirigí a mi habitación y saqué la maleta del armario. La tendí sobre la cama y empecé a guardar toda la ropa que me llevaría. Jeans, camisas, sudaderas, pistolas... Lo normal vamos. Suspiré cansado y terminé de hacer la maleta. Una vez acabada la posicioné en el suelo y me tumbé en la cama. Frote mi sien con los ojos cerrados. Todas las imágenes se repetían en mi cabeza una y otra vez. Esa noche...había sido la más especial de mi vida. Escuchar mi nombre en sus gemidos era... maravilloso. La iba a echar muchísimo de menos y no soportaba estar separado de ella. Si algo la pasará en mi ausencia, jamás me lo perdonaría. Juro que si vuelvo de la "misión" lo dejaría. Leila se merecía algo mejor y un novio metido en malos tratos creo que no es lo que ella desea. Me ha demostrado tanto en tan poco que no se como agradecerla todo.
Me levanté de la cama y me dirigí a la cocina. Abrí la nevera y cogí una pizza. La metí al horno por un par de minutos y me fui al salón. Encendí, de nuevo la televisión. Pasé todos lo canales hasta que me decanté por uno. Saqué la pizza del horno y volví al salón para comerla tranquilamente.
*narra Leila*
Estaba sentada en mi ventana leyendo mi libro favorito cuando mi móvil empezó a vibrar sobre el escritorio. Me levanté recelosa para cogerlo.
-¿Diga? Lo acerqué a mi oreja.
-Hola. Escuché su ronca voz a la otra linea.
-Aaron. Sonreí estupidamente al escuchar su voz. -¿Qué pasa? Pregunté un poco preocupada.
-Nada, yo solo...quería decirte que te quiero mucho. Sus palabras me tomaron por total sorpresa y mi sonrisa creció aun más. -Y mañana podrás leer la carta. ¡Por fin! Sinceramente estaba ansiosa por leerla. Corté la llamada porque ya era muy tarde y el sueño se iba apoderando de mi poco a poco. Me metí en la cama una vez acabado todo y cogí la carta que estaba en mi mesilla. La removí por mis dedos ansiosa de poder leerla. Necesitaba aclarar millones de preguntas sin respuesta sobre él. La volví a dejar sobre la mesilla y me acomodé sobre mi costado por poder caer en los brazos de morfeo.

N/a
Muchas gracias por leer😍💞
Pd: siento muchísimo la tardanza😢

Veinte besos y una estrofaWhere stories live. Discover now