Veinte besos y una estrofa

#9 Trouble

Subí las escaleras de la playa lentamente. Ahora más que nunca tengo muchas dudas y una sola idea en la cabeza. Descubrir que hay detrás de todo esto. Si os soy sincera he escuchado millones de cosas acerca de Aaron y ninguna me parecía creíble pero ahora...no pararé hasta descubrirlo.
Seguí caminando sin rumbo fijo.
Sami tocó mi hombro, me sobresalté al sentir el tacto de mi amiga, pues no podía concentrarme en otra cosa que no fuera él.
-¿Qué te pasa Leila? Dijo Sami mirándome.
-No...nada...Sam me voy a casa.La dije empezando a caminar.
-¡Ey Leila espera! Dijo ella corriendo hacia mi lado. - Me voy contigo.
Ambas nos fuimos del parque despidiendonos de los demás. Sami y yo vivimos en la misma urbanización.
Por el trayecto a casa hablamos poco, yo tenía la cabeza en otra parte.
Llegamos a la puerta de mi casa.
-¿Quieres entrar? Le pregunté a Sami.
-Si. Pero de paso me cuentas que te pasa. Me dijo ella pasando a la casa.
Subimos a mi cuarto, pero antes ambas saludamos a mis padres.
-Bueno cuenta. Dijo ella sentándose en la cama como un indio.
La conté todo con lujo de detalles desde lo del casi beso hasta lo que me dijo en la playa.
-¡¡Guau!! Dijo Sami lentamente y con los ojos abiertos.
-Si guau... Repetí yo.
-Yo también he escuchado millones de cosas acerca de Aaron, Jack y Liam. Dijo ella sonrrojándose al decir el nombre de Liam.
-Liam eh. Si ese chico es muy mono ¿no Sam? La dije yo acercándome poco a poco. Si me desvía la mirada, cae en la trampa.
-Eh...no se...si supongo... Dijo ella enrrollándose un mechón de cabello en el dedo y desviando la mirada a otra parte de la habitación. ¡Ven se lo dije!
-¡A ti te gusta! Dije levantándome de un salto y sentándome sobre mis rodillas.
-¡Shh baja la voz! Dijo ella poniendo su mano sobre mi boca.
-Te gusta,te gusta. Dije como niña pequeña dando saltitos por toda la habitación.
Sami miraba la escena divertida. Llegadas las nueve Sami se fue a su casa. Y yo bajé a cenar con mis padres y mi hermano.
-¿Qué tal el día niños? Dijo mama sirviendo la cena.
Mi hermano y yo nos míramos y nos encogimos de hombros a la vez.
-Lo de siempre mucho trabajo. Dijo Connor haciendo un ademán con las manos restándole importancia.
-¿Y tu hija? Dijo mama sirviendo comida en mi plato.
-¿Yo? Bueno, lo de siempré mama. Dije metiendo una cucharada de sopa en mi boca.
-Y...¿Qué es lo de siempre? Dijo ella con una ceja levantada.
¡Oh oh! Empezamos el interrogatorio. Por así decirlo mi madre me conoce como la palma de su mano y conoce cada tic,cada rasgo mío...por eso cuando estoy nerviosa me lo nota enseguida.
-Bueno...pues...lo de siempre, es lo siempre. Dije lo primero que se me pasó por la cabeza.

* Genial idiota ahora si que te acabas de delatar tu sola*

* ¿Que quieres que hiciera? Estaba nerviosa*

-Mm. Asintió mi madre no muy convencida.
Y así transcurrió la cena, mis padres ablando del trabajo y yo con mi cabeza en cualquier parte.
Terminé de cenar y me despedí de mis padres y mi hermano. Subí a mi cuarto, me puse el pijama, cepille mis dientes, me metí en la cama y me dispuse a caer en los brazos de Morfeo pero exactamente no fue así...

****
Me levanté con unas ojeras inmensas. No había pegado ojo en toda la noche. No podía dejar de pensar en todo lo que Aaron me dijo. Como podréis comprobar soy bastante terca, cuando algo se me mete en la cabeza no lo olvido facilmente.
Me vestí con unos vaqueros oscuros, un jersey azul oscuro, una bufanda blanca y mis botines marrones. Recogí mi pelo en una coleta alta y bajé a desayunar.
-¿Diga? Dije sujetando el móvil con la oreja y el hombro y removiendo mi café con la cucharilla.
-Leila no puedo ir al instituto. Dijo Danielle al otro lado de la línea. -Estoy mala. Dijo ella tosiendo.
-Okey, recupérate luego paso a verte. Dije bebiendo el café a sorbos.
Llamé a Eli y a Sami. Sami iría con Liam. Lo se, tiene mucho que contarnos y Eli iría con Tom y Ethan.
A si que no me queda otro remedio que caminar.
Salí por la puerta y puse rumbo al instituto.
A mitad del camino un coche negro se paró a mi lado. Bajó la ventanilla y, adivinen quien era el individuo. Si Aaron él culpable de que no haya podido dormir esta noche ¡Maldito!
-¿Quieres que te lleve? Dijo él mirándome fijamente.
-No gracias. Dije mirándolo a los ojos. Rectifico sus preciosos ojos verdes.
-¿Segura? Dijo él.
Asentí y seguí caminando. Pensarán que soy idiota pero sinceramente ahora mismo soy un manojo de nervios y permanecer con él, en el mismo espacio y respirando el mismo aire... Ya me entendéis.
Empecé a caminar de nuevo y el gran coche negro se posicionó de nuevo a mi lado.
-Leila, hace frío en la calle ¿Estás segura que no prefieres subir? Dijo él suspirando. Se nota que iba a perder los estribos en cualquier momento.
Dudé por unos instantes y bueno, tenía razón a si que abrí la puerta y me subí al coche.
Sonrió victorioso y yo mordí mi labio inferior disimuladamente.
-Leila... Dijo él mirando a la carretera con sus musculos tensos. ¡Ohh Dios mío!
-Dime. Me giré a verlo.
-Respecto a lo de ayer, olvidalo ¿vale?...sólo no intentes investigar sobre ello. Dijo el tensando su mandíbula. ¡Se ve jodidamente sexy enserio!
-Pero Aaron yo... Dije muy dudosa.
-No nada Leila. No te conviene meterte en el tema podrías salir mal... Dijo enfadado.
Me crucé de brazos sobre el asiento y giré mi cabeza hacia la ventanilla. ¿Cómo no quiere que me meta en el tema si él está implicado en ello? ¡¡hombres!!
Llegamos al aparcamiento del instituto me giré hacia él y le di las gracias, sin esperar respuesta me fui hacia clase. Me senté de golpe en el pupitre.
-¡¡Guoo y esos humos!! Dijo Cami a mi lado.
-¡Le odio! Grité. Lo que provocó que unos cuantos curiosos se voltearan a vernos. A lo que yo respondí encogiéndome en mi asiento.
Cami elevó una ceja y yo rodeé los ojos.
-Aaron. Dije bajando la voz.
Mi amiga entendió lo que quería decir y me abrazó.
-Tranquila. Dijo ella acariciando mi espalda.
Suspire agotada. Sabía que todo esto era el comienzo de algo no muy bueno...

Muchas gracias por leer😍💞
Pd: siento la tardanza😢