3# Ladys

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-Y...¿Enserio te ofreció un cigarro? Preguntó por sexta vez Sami.
-Si Sami ¿Podemos dejarlo ya?  Respondí agotada y rodando los ojos.
Ahora mismo mis amigas me estaban haciendo un puto interrogatorio del FBI. Después de clases fuimos a mi casa,pero antes pasamos por el supermercado y compramos palomitas y helado.
Al llegar a casa súbimos a mi habitación y pusimos nuestra película favorita, Titanic. Después de ver la película y llorar desconsoladamente decidimos pedir unas pizzas.
-Tampoco es tan raro ¿no? Vamos es un chico como todos. Dijo Dan acomodando su pelo en un moño.
-¿Perdona? No dirías lo mismo si se tratara de Jack. Dije haciéndome la ofendida.
-Idiota. Respondió ella rodando los ojos.
-Cambiando de tema. Mañana quiero ir a prácticar surf ¿Me acompañais? Pregunté arreglando mi trenza de espiga.
-Claro. Dijo Elisabeth.
Seguimos hablando un rato más hasta que mi timbre sonó.
*narra Danielle*
Bajé las escaleras arreglando mis calzas y mi sudadera que es larga y me llaga un poco más abajo de los muslos. Abrí la puerta sin darme cuenta de quien había detrás de ella.
-Hola, aquí tiene sus pizzas. Dijo una voz ronca. Un momento, Levanté la vista y...
-¿Jack? Eres el repartidor. ¡¡¡Upss!!! Eso salió de mi boca sin darme cuenta. Me dí de bofetadas mentales.
-Si. Contestó frío.
Sin esperar respuesta le arrojé el dinero y le cerré la puerta en la cara.
Idiota, idiota, idiota ¿Quién se creé?
Subí las escaleras hecha una furia. Abrí la puerta y dejé las pizzas encima de la mesa. Me senté de golpe en el suelo y empecé a llorar.
No tenía motivos para responderme así ¿Yo que le e hecho?
*narra Leila*
Estábamos hablando mientras Dan traía las pizzas.
-Tarda mucho ¿no? Preguntó Sami.
Me encogí de hombros y llegó Dan con las pizzas en las manos y los ojos llenos de lágrimas. Se sentó en el suelo y se puso a llorar.
No entendía una mierda de lo que pasaba. Alarmadas nos acercamos a su lado y la abrazamos.
-Tranquila, Dan respira. Dijo Elisabeth acariciando su espalda.
Se incorporó y sorbió sus mocos.
-¿Qué pasa? La pregunté.
- Jack. Dijo entre sollozos.
-¿Jack? Preguntó sin entender nada Sami al igual que nosotras.
-Al ir a por las pizzas... he abierto la puerta y... Dijo ella.
-¿Y? Preguntamos las tres.
-Jack era el repartidor. No me he dado cuenta y he soltado la primera gilipollez que se me ha venido a la mente y me ha respondido borde y frío. Dijo ella llorando más.
Sin respuesta alguna la abrazamos con todas nuestras fuerzas.
Os haré un pequeño resumen. Dan está enamoradísima de Jack.
Lleva unos meses , pero lo suyo por el fue fugaz , es decir, se volvió loca con sólo verle.
-¿Quieres que traiga helado? Preguntó Sami.
Mi amiga asintió y así empezó nuestra noche de chicas, helado de chocolate, risas y cotilleos de todo tipo.

N/a
Muchas gracias por leer😋😘

Veinte besos y una estrofaWhere stories live. Discover now