45

217 31 5
                                    

Y bueno, eso fue lo más, feonzo, una mezcla de feo y vergonzoso, que me pudo a ver pasado ese año en la escuela.

El tiempo fue pasando, fui creciendo, y conforme yo crecía los problemas aumentaban.
Una vez, en casa, Elena y yo estabamos jugando mientras escuché gritos. ( Elena ya estaba grande ya iba al kinder y próximamente el año siguiente entraría en la primaria a la cuál yo asistía). Yo ya sabía que estaba pasando, pelea nuevamente. Le dije a mi hermana que pasé lo que pasé se quedara ahí, que se tapara los oídos le di un beso y salí de la habitación.
Llegué a la cocina y vi que mis papás se estaban pegando.
Mi papá levantó su brazo y mi mamá ya se veía algo rendida. Cuando vi eso, corrí lo más rápido posible y grité ¡ALTO!.
Mi papá cuando se enoja, tiene un temperamento que por supuesto me golpeó y me tiro al piso.
Mi mamá seguía gritando cosas y nuevamente mi papá se preparaba para golpearla, me levanté y otra vez me pusé en medio y grité ¡Ya basta ustedes dos!
Mi papá gritó
-¡¿QUIERES MÁS?!
A lo cuál respondí
- Adelante.
No sé si fue una pésima decisión. Pero lo hizo, volvió a golpearme.
Mi mamá grito que ya se parara, que yo no tenía que nada ver.
Mi papá se tranquilizó, y se fue a su cuarto. Mi mamá aún así me golpeó y me dijo "No te metas en cosas de adultos".
Pero sinceramente no es que me meta, o bueno yo siento que no.
Es sólo que la amo, al igual que mi papá. No me gusta que se peleen y que lleguén a golpes. Yo sólo trataba defenderla.

Esa noche mi mamá durmió en nuestro cuarto, y como era una cama mía (que ahora es de mi hermana) y de mi hermano (ahora mía) yo me tuve que  dormir en el piso.
Pero antes de eso, fui al baño a checarme los daños causados por los golpees de mí papá y lloré.

A los quince yo...(Editando)Where stories live. Discover now