—¿Sabes algo de Heather?

—Ty —Lexie le advirtió—, no te hagas esto.

Heather era la chica nueva que llegó el mismo año que Nicolás al colegio de Lexie y Tyler. Había terminado perdidamente enamorada de esté ultimo y a pesar de que él también la amaba, la hizo sufrir mucho hasta que ella se aburrió y se fue con otro. Se podría decir que Heather fue la primera y única mujer que le había roto el corazón al mayor rompecorazones de la ciudad o eso pensaba Lexie, quien desconocía que la primera mujer que rompió su corazón fue ella.

—Solo quiero saber cómo está, me preocupo por ella.

— Se va a casar, Tyler — le respondió en un susurro rogando para que su amigo no la hubiera escuchado pero sabía que sí lo había hecho. La herida seguía reciente para Tyler porque se habían separado definitivamente solo un año y medio antes y ya se iba a casar—. En un mes se casará.

El ambiente quedó muy tenso, pero luego de un rato Tyler levantó nuevamente una muralla alrededor de su corazón como hacía siempre que la recordaba, lanzó una broma para que el ambiente volviera a ser como antes pero era casi imposible. Lexie lo conocía demasiado bien para saber que le dolía, pero así como él había respetado que no quisiera hablar de Nicolás, ella iba a dejar que él desviara el tema de Heather. Después de todo, no era asunto de ella.

Unos minutos después, todo volvió a la normalidad y nuevamente la sonrisa llegó a los ojos de Tyler. De pronto, él se quedó en silencio sonriendo mientras Lexie soltaba unas cuantas carcajadas por su última historia.

—¿Qué? —le preguntó ella todavía sin poder dejar de reír.

—Eres tan hermosa cuando te ríes, no te quiero ver triste nunca más.

—Gracias por hacerme reír, de verdad que lo necesitaba.

Mientras esos dos reían en el departamento, Nicolás y Adán iban camino a casa con las nuevas compras. Al parecer, Adán lo estaba perdonando por interés pero aún seguía dolido. Finalmente, no fueron solo unas zapatillas, sino que tambien un balón de fútbol y la camiseta del Barcelona, su equipo favorito. También compraron un par de cosas para Cielo y unos chocolates con un libro para Lexie.

Tyler se puso de pie y avanzó hacia Lexie, quedando a pocos centímetros de ella. Con cualquier otra persona, ella se habría sentido muy incomoda por la cercanía, pero con él nunca.

—La verdad, Nick es un imbécil, por muy amigo mío que sea.

—¿Por qué lo dices?

—Dejarte ir de esa manera. Es bastante estúpido dejar ir a una mujer como tú.

—Em... —Lexie se rió al recordar que ellos también habían terminado —. Tú también me dejaste ir —bromeó.

—Y nunca me lo perdoné.

Antes de que ella pudiera reaccionar ante las palabras que habían salido de la boca de su amigo, él pegó sus labios a los de ella. Al principio, Lexie se quedó paralizada por lo que acababa de hacer y decir su amigo, pero unos segundos después se dejó llevar y le respondió el beso. Hacía mucho tiempo que no se sentía querida ni deseada y sentir los familiares labios de Tyler contra los suyos la hizo sentir bien, por lo menos por unos momentos. Luego, la cordura hizo su entrada triunfal.

En su mente, apareció la canción que estaba escuchando antes de que llegará Tyler y sintió una punzada de dolor y culpa en el pecho al darse cuenta de que al igual que en la canción, mientras besaba a Tyler sentía como si estuviera besando a Nicolás. Al darse cuenta de lo que en realidad estaba haciendo, abrió los ojos de golpe y se separó bruscamente de él.

—¿Por qué hiciste eso? —le preguntó molesta sin levantar mucho la voz para no despertar a su hija.

—Yo... Yo —empezó a tartamudear—, fue un impulso.

—¿Un impulso? — soltó una carcajada irónica. Todo se había mezclado dentro de ella y eso le molestaba mucho—. Tyler, no tienes quince años. No puedes ir por la vida besando a la gente con la excusa de que es un impulso. Nicolás es tu mejor amigo, no puedes hacerle esto y yo tampoco lo haré.

—Lo sé, soy una mierda de persona. Pero no es mi culpa estar enamorado de la mujer de mi mejor amigo.

Alexia quedó nuevamente paralizada al escuchar eso último, en cualquier otro momento le habría aclarado que no era su mujer, pero ante semejante declaración no había lugar para acordarse de eso. Su furia iba en aumento.

—¿Qué dijiste?

—Lo que escuchaste, estoy enamorado de ti y siempre lo he estado.

—Deja de hablar estupideces, Tyler, Cielo podría escucharte. No sé a qué estás jugando. Recién casi se te cae el mundo con lo de Heather y ahora esto, ¿qué te ocurre? Sabes eso es imposible.

—¿Qué es imposible?

Al darse la vuelta pudieron ver a Adán en el marco de la puerta, no había alcanzado a escuchar nada aparte del «imposible» pero Lexie no estaba segura de eso.

—¿Cuánto tiempo llevas ahí?

El niño no alcanzó a responder porque detrás de él apareció Nicolás con las bolsas, Lexie quedó pálida e inmóvil, mientras Nicolás observaba sorprendido los rostros sonrojados y los cabellos alborotados de la mujer de su vida y su mejor amigo. 

La vida sucede (LIH#1)Where stories live. Discover now