🫧
La habitación estaba en penumbra, iluminada solo por el suave resplandor de las velas. El aire era cálido y tranquilo, pero no fue eso lo que despertó a Yoongi.
Unos pequeños sonidos, dulces y suaves, como murmullos de un ángel, llegaron a sus oídos.
Parpadeó lentamente, sintiendo el peso del cansancio aún sobre su cuerpo, pero los soniditos continuaron, arrastrándolo con ternura de su sueño.
Con esfuerzo, abrió los ojos.
Lo primero que vio fue a Jimin.
Estaba de pie cerca de la ventana, con Eunji en sus brazos, meciéndola con delicadeza.
El corazón de Yoongi se apretó con emoción.
Jimin sonreía, sus ojos llenos de ternura mientras miraba a su bebita.
—¿Tienes hambre, mi pequeña princesa? —susurró Jimin, besando con cariño su diminuta frente—. Papá te está haciendo esperar mucho ¿No? — sonríe mientras besa su cabecita.
Yoongi sintió que su pecho se llenaba de calidez ante la escena.
Jimin era tan atractivo… Su esposo, su rey, su amor.
Intentó moverse, y aunque el cansancio aún pesaba en su cuerpo, se incorporó con lentitud.
El movimiento llamó la atención de Jimin, quien giró la cabeza y le dedicó una sonrisa radiante.
—Mira, amor… papi despertó —susurró, bajando la mirada hacia su hija, quien soltó otro pequeño sonidito y se removió en sus brazos.
Yoongi sonrió con ternura, su corazón latiendo más fuerte.
Jimin se acercó con suavidad, acunando a Eunji con tanto amor que casi dolía verlo.
—¿Cómo te sientes? —preguntó Jimin en un murmullo, sentándose al borde de la cama.
Yoongi no respondió de inmediato. En cambio, sus labios se curvaron apenas en un gesto claro.
Jimin lo entendió al instante y sonrió divertido.
—¿Quieres un beso antes de cargar a nuestra princesa?
Yoongi asintió con pereza, entrecerrando los ojos como un gatito esperando su caricia.
Jimin dejó escapar una risa baja antes de inclinarse y rozar sus labios con dulzura.
El contacto fue corto pero lleno de amor.
Yoongi suspiró suavemente, disfrutando el calor familiar que le ofrecía su esposo.
—Ahora sí —murmuró, estirando los brazos con suavidad—. Dame a mi brujita.
Jimin sonrió y, con mucho cuidado, colocó a Eunji en los brazos de Yoongi.
La bebé era tan pequeña, tan delicada, pero al mismo tiempo, tan cálida y real.
Yoongi sintió que algo dentro de él, algo oscuro y extraño que había permanecido latente desde su despertar, se disipaba en ese instante.
Nada más importaba.
—Hola, mi princesa —susurró Yoongi, acariciando con la yema de los dedos la suave mejilla de su hija—. Te extrañé…
La bebé soltó otro pequeño sonido, encogiéndose apenas en sus brazos, y Yoongi sintió que su corazón se derretía.
Jimin observó la escena con ojos llenos de amor.
—Ella también te extrañó —dijo en voz baja—. No dejaba de moverse mientras dormías.
Yoongi sonrió sin apartar la vista de su hija.
—Es perfecta… —susurró.
Jimin asintió.
—Sí… igual que tú.
Yoongi rodó los ojos, pero el rubor en sus mejillas lo delató.
Jimin rió suavemente y se acomodó a su lado, rodeándolo con un brazo mientras los tres compartían ese momento íntimo y perfecto.
Yoongi sabía que muchas cosas habían cambiado… pero con Jimin y Eunji a su lado, cualquier sombra que hubiera en él jamás lo consumiría.
Ellos eran su luz.
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• Shadow• Jimsu
FanfictionEn el corazón del Reino de Seúl, el trono pertenece a un hombre imponente, temido y respetado en igual medida: el Rey Park Jimin. Un gobernante severo, de corazón endurecido por las guerras y la traición, que ha convertido su reino en una de las nac...
