• Shadow• Jimsu

| V E I N T I C U A T R O |

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El desayuno transcurrió con tranquilidad, aunque Jimin no dejó de insistir en que Yoongi comiera más de lo necesario.

—Vamos, amor mío. —dijo con su tono imponente—. Debes alimentarte bien.

Yoongi rodó los ojos con suavidad, masticando lentamente una uva.

—Me estás tratando como si no comiera, Jimin. —bufó, pero aún así tomó otro trozo de pan.

Jimin lo observó con orgullo, satisfecho de ver que Yoongi realmente estaba comiendo.

Cuando terminaron, el rey se acomodó en su asiento, cruzando las piernas con elegancia.

—Le diré al médico real que venga a revisarte. —anunció, con su habitual tono de autoridad.

Yoongi, quien estaba bebiendo un poco de jugo, levantó una ceja.

—Me gustaría que me revisara un médico brujo.

Jimin frunció levemente el ceño.

—¿Un brujo?

—Sí. —Yoongi lo miró con seriedad.

Jimin se inclinó un poco hacia él, bajando la voz.

—¿Por qué?

—Porque nuestro bebé será como ellos.

Jimin se quedó en silencio.

Yoongi respiró hondo, colocando una mano sobre su vientre.

—Este bebé no es como cualquier otro, Jimin. —dijo con calma—. Es un brujo, y la única manera de asegurarnos de que está bien… es con magia.

Jimin mantuvo su postura firme, pero en su mirada se reflejaba la duda.

No era que desconfiara de los brujos, no después de todo lo que había pasado. Pero dejar que uno de ellos tocara a Yoongi, a su bebé, era algo que aún le costaba aceptar.

—El médico real ha tratado a cientos de mujeres embarazadas. —insistió Jimin—. Sabe lo que hace.

—¿Y ha tratado a alguna que lleve en su vientre a un niño con magia? —replicó Yoongi con calma, mirándolo fijamente.

Jimin no respondió de inmediato.

Yoongi aprovechó su silencio y tomó su mano, entrelazando sus dedos con los de él.

—Jimin, confía en mí. —susurró, apretando su mano con suavidad—. Nuestro bebé es diferente. Su vida depende de cosas que la medicina humana no puede ver.

Jimin bajó la mirada a su vientre, donde descansaba su mano sobre la de Yoongi.

Ese bebé era suyo.

Su sangre, su carne, su legado… y también un brujo.

Por mucho que le costara aceptarlo, su hijo nunca sería un heredero común.