• Shadow• Jimsu

| T R E I N T A Y C U A T R O |

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Los días que siguieron a la unión de Jimin y Yoongi fueron tranquilos, llenos de paz, como si el mundo entero hubiera decidido darles un respiro después de tanto dolor y sacrificio.

Solo existían ellos dos.

Jimin nunca dejó de lado sus responsabilidades como rey, pero siempre encontraba tiempo para estar con Yoongi, cuidarlo y amarlo.

Esa paz, sin embargo, no duró mucho.

Desde la noche anterior, Yoongi había comenzado a sentirse incómodo.

Su vientre, ya grande, le pesaba más de lo habitual y los movimientos dentro de él, aunque suaves, parecían más insistentes.

Jimin se despertó al notar que Yoongi se movía inquieto.

Con el rostro preocupado, se acercó a él y comenzó a limpiar su rostro, notando que estaba sudoroso, pero no tenía fiebre.

—¿Te duele, amor mío? —preguntó Jimin con la voz suave, acariciando la frente de Yoongi.

Yoongi asintió lentamente, su respiración un poco más pesada, pero no quería alarmar a Jimin.

—Solo… siento que ya no aguanto mucho.

Jimin, siempre atento, se quedó a su lado sin apartarse. Lo acomodó cuidadosamente en la cama, asegurándose de que estuviera cómodo, pero sin perder de vista su dolor.

La noche avanzó, y Yoongi continuó sintiendo malestar, pero Jimin no cerró los ojos.

Nada podía hacer que se apartara de él.

Cuando el amanecer llegó, el dolor de Yoongi se intensificó.

Jimin, preocupado pero sereno, mandó a llamar a Soohyun, quien no tardó en llegar.

Soohyun entró con una sonrisa calmada, a pesar de la gravedad del momento.

—Es hora de traer al futuro del reino.

Jimin se sintió aliviado al ver a Soohyun.

Soohyun se acercó a Yoongi, quien estaba acostado, agarrando su mano con fuerza, su rostro transmitía un dolor silencioso.

—Yoongi, te prepararemos. —Soohyun comenzó a dar las indicaciones con tranquilidad, asegurándose de que Yoongi se sintiera lo más cómodo posible.
—

Jimin, necesito que lo pongas en la tina. —ordenó Soohyun, ya teniendo todo listo.

Jimin asintió de inmediato.

Con suavidad, levantó a Yoongi y lo acercó a la tina que había sido preparada en la habitación para que la posición fuera más cómoda para el parto.

Yoongi se recostó lentamente, su cuerpo se tensó por un momento, pero Jimin lo abrazó enseguida, murmurándole palabras de aliento.

—Estoy aquí, Yoongi. —susurró Jimin, besando su frente.

Seokjin llegó, ayudando a Soohyun a preparar los últimos detalles.