• Shadow• Jimsu

| T R E I N T A Y C I N C O |

🫧

Soohyun y Seokjin compartieron una mirada.

Ambos habían sentido esa presencia oscura, pero decidieron no decir nada.

No cuando Yoongi y Jimin apenas estaban comenzando su vida como padres.

No cuando acababan de traer al mundo a la princesa.

Esa noche, Yoongi durmió profundamente.

El parto había sido agotador, su cuerpo seguía sintiéndose pesado, pero se sentía completo.

Eunji había dormido plácidamente junto a él, en una cuna baja que Jimin había mandado a colocar junto a la cama.

Cada vez que la bebé hacía el más mínimo ruido, Jimin despertaba al instante.

Pero no era necesario, porque Yoongi era quien la calmaba con suaves caricias.

Al día siguiente, Yoongi seguía cansado.

Pero amamantar a su hija había sido una de las experiencias más hermosas de su vida.

Eunji era tan pequeña, tan perfecta.

Sus cachetes regordetes se sonrojaban cada vez que su boquita se prendía al pecho de Yoongi, y aunque era tan diminuta, sus movimientos eran enérgicos.

Yoongi se reía en voz baja, acariciando su espalda con ternura.

—Come bien, mi pequeña. —susurró, su voz llena de amor.

Jimin se quedó embelesado mirando la escena.

Eunji tenía su nariz.

Sus labios.

Pero sus ojos, cuando los abría, eran los mismos que los de Yoongi.

Yoongi se dio cuenta de la mirada de Jimin y sonrió.

—Es hermosa, ¿no crees?

Jimin se inclinó y besó su frente.

—Es lo más hermoso que he visto en mi vida.

•••

Jimin había hecho una pausa en sus deberes como rey.

Por primera vez en su vida, había decidido que su reino podía esperar.

Porque su familia era su prioridad.

Y era el rey.

Podía darse ese lujo.

Durante toda la semana, Jimin se dedicó completamente a Yoongi.

Se encargó personalmente de que tuviera la mejor comida, los mejores cuidados, la mejor comodidad.

Cada vez que Yoongi cerraba los ojos para descansar, Jimin se sentaba a su lado, observándolo dormir, asegurándose de que estuviera bien.

Cada vez que Yoongi se movía en la cama, Jimin se acercaba para acomodarlo con delicadeza.

Y cuando Eunji lloraba en la madrugada, Jimin se apresuraba a cargarla.

—Tu papá está cansado, pequeña. —susurraba mientras la acunaba en sus brazos—. Déjalo dormir un poco más.

Pero Yoongi siempre se despertaba.