| C U A R E N T A Y O C H O |

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El sol estaba en su punto más alto cuando finalmente llegaron a las montañas de Gyeongsang. El viaje había sido agotador, pero nadie se quejaba. Solo quedaba un tramo más para llegar a Busan.

Yoongi, montado en su caballo, mantenía la vista fija en el camino, pero su mente estaba en otro lado. Desde hacía horas sentía una presión en el pecho, como si algo estuviera mal, como si una sombra se cerniera sobre él.

—Haremos una breve pausa —anunció Taehyung, deteniéndose en un claro con una vista amplia del valle.

Los demás desmontaron, pero Yoongi permaneció en su caballo, respirando con dificultad. Kyungsoo lo notó primero y se acercó.

—¿Estás bien? —preguntó con el ceño fruncido.

Yoongi asintió, pero su agarre en las riendas se tensó.

—Solo... un poco cansado —mintió.

Taemin y Jøngin se acercaron también, notando su palidez.

—Bájate un momento, necesitas descansar —dijo Jøngin, tomándolo suavemente del brazo.

Yoongi finalmente descendió del caballo, pero apenas sus pies tocaron el suelo, sintió un punzante dolor en el pecho. Fue como si algo le arrancara el aire de los pulmones, como si una garra invisible le oprimiera el corazón.

—¡Yoongi! —exclamó Hoseok cuando vio que sus rodillas cedían.

Kyungsoo fue el primero en atraparlo antes de que cayera por completo.

—¿Qué está pasando? —preguntó Taehyung con preocupación.

Yoongi respiraba entrecortadamente, una de sus manos presionando su pecho con fuerza. Sus ojos se abrieron de golpe cuando una sensación de vacío lo invadió por completo.

—Jimin… —susurró con pánico.

El grupo se tensó al escucha el nombre del rey.

—¿Qué pasa con Jimin? —preguntó Hoseok, sacudiéndolo levemente.

Yoongi levantó la vista hacia ellos, su expresión llena de terror.

—Algo le pasó.

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Hoseok sintió un escalofrío recorrer su cuerpo en el momento en que su mano tocó el hombro de Yoongi. Cerró los ojos y de inmediato fue arrastrado a una visión.

Vio la marca de unión entre Jimin y Yoongi, aquella que se había formado en el ritual sagrado. Pero ahora... se estaba agrietando, desmoronándose como cristal roto.

Hoseok apartó la mano bruscamente, respirando con agitación.

—No... —susurró con horror.

Yoongi seguía presionando su pecho, sus sollozos desgarradores resonaban en el claro.

—¡Dime qué pasa! —gritó Yoongi, al ver la expresión aterrada de Hoseok.

Todos los demás estaban en alerta, esperando la respuesta del brujo de aura negra.

Hoseok lo miró, su boca se abrió, pero las palabras se atascaban en su garganta.

• Shadow• JimsuWhere stories live. Discover now