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El gran salón del trono estaba abarrotado de nobles, generales y consejeros que aguardaban la llegada del Rey. Los murmullos llenaban el espacio, ecos de conversaciones tensas sobre la inminente purga en las aldeas del norte, sobre las amenazas extranjeras y sobre las decisiones que el monarca debía tomar.
Cuando las puertas se abrieron de par en par, todos se pusieron de pie en señal de respeto. Park Jimin avanzó con su porte imponente, envuelto en su capa carmesí, la corona dorada brillando sobre su cabello oscuro. Su expresión era severa, su mirada calculadora. A su lado, como su sombra más fiel, caminaba Min Yoongi.
El consejero vestía ropajes oscuros, sencillos pero elegantes. Nadie en la sala podía desafiar su presencia, pues aunque no ostentara un título de nobleza, su cercanía con el Rey lo hacía más poderoso que cualquier duque o general. Si Park Jimin era la tormenta, Min Yoongi era la brisa silenciosa antes de su llegada.
Ambos tomaron asiento en el estrado principal. Jimin cruzó las piernas y apoyó el codo en el reposabrazos del trono, observando a los presentes con el desinterés de un depredador que ya sabía que tenía el control.
—Hablen —ordenó con voz firme.
Uno de los generales más veteranos, Lord Baek, fue el primero en dar un paso al frente.
—Majestad, los reportes de los patrullajes en las aldeas han traído noticias preocupantes. —Hizo una pausa antes de continuar—. Parece que varios grupos han desaparecido antes de que pudiéramos encontrarlos. Es como si supieran de antemano que íbamos a llegar.
Yoongi sintió una punzada en el pecho. Los Kim habían logrado escapar.
Jimin entrecerró los ojos.
—¿Sugieres que alguien les advirtió?
Lord Baek inclinó la cabeza con cautela.
—No podemos confirmarlo aún, pero la posibilidad es alta.
Jimin desvió la mirada hacia Yoongi, como siempre hacía cuando buscaba consejo.
—¿Qué opinas?
Yoongi mantuvo su expresión neutral, aunque su mente trabajaba con rapidez.
—Si alguien está alertando a los brujos, significa que no están tan desorganizados como pensábamos. Tal vez haya un líder entre ellos.
Las palabras dejaron un silencio en la sala.
Jimin golpeó el reposabrazos con los dedos, pensativo.
—Si hay un líder, quiero su cabeza en una pica.
Los consejeros y generales asintieron, algunos con sonrisas satisfechas. Yoongi solo respiró con discreción, sintiendo el peso de la mentira en sus hombros.
Otro noble, Lord Choi, se adelantó con expresión preocupada.
—Majestad, aparte de los asuntos internos, hemos recibido un mensaje del reino de Goryeo. Piden una audiencia con usted.
Jimin arqueó una ceja.
—¿Qué quieren?
—No lo especificaron, pero mencionaron que es un asunto de gran urgencia.
Jimin suspiró con fastidio y miró a Yoongi.
—¿Tú qué crees?
Yoongi tomó unos segundos antes de responder.
—Goryeo nunca se ha mostrado abiertamente hostil hacia Seúl, pero tampoco han sido aliados de confianza. Si buscan una audiencia, probablemente intenten obtener algo a cambio. Tal vez una negociación.
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• Shadow• Jimsu
FanfictionEn el corazón del Reino de Seúl, el trono pertenece a un hombre imponente, temido y respetado en igual medida: el Rey Park Jimin. Un gobernante severo, de corazón endurecido por las guerras y la traición, que ha convertido su reino en una de las nac...
