| C U A R E N T A Y C U A T R O |

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El cuerpo de Jimin yacía en los brazos de Yoongi, su piel pálida, su respiración débil, casi inexistente.

—¡No, no, no, amor mío! —susurró Yoongi, sacudiéndolo con desesperación. —¡Despierta, por favor!

Pero Jimin no respondió.

Yoongi sintió su corazón romperse en mil pedazos. La furia, la impotencia, el miedo… Todo lo invadió como una ola oscura.

Miró a su alrededor.

Los soldados aún peleaban. Sus hermanos brujos luchaban con todas sus fuerzas para defender el castillo. La sangre manchaba el suelo, y el caos reinaba en la batalla.

Yoongi sintió un ardor recorrer su cuerpo.

Se inclinó, dejando a Jimin con cuidado en el suelo, sus dedos temblaban cuando apartó un mechón de cabello de su frente.

—Te prometo que no dejaré que esto termine así… —susurró con los ojos llenos de lágrimas.

Se puso de pie lentamente, su respiración entrecortada.

Algo dentro de él despertó.

Su energía mágica comenzó a salir de su cuerpo como una tormenta imparable. Sus manos temblaban, su aura crecía. Su cabello flotaba con la electricidad de su poder descontrolado.

Los brujos enemigos sintieron el cambio en el aire.

Uno de ellos trató de lanzar un hechizo contra él, pero la magia se disipó en el aire como si jamás hubiera existido.

Otro intentó correr… pero sus piernas se doblaron bajo su propio peso.

Todos los brujos de aura negra comenzaron a caer de rodillas, con expresiones de horror en sus rostros.

Yoongi alzó sus manos al cielo, su voz resonó con un poder antiguo, un lenguaje desconocido.

El viento rugió.

El cielo se oscureció.

Los enemigos gritaban, sintiendo el peso de su magia aplastándolos contra el suelo.

Los brujos de aura oscura, aquellos que siempre habían sembrado miedo y destrucción, ahora se inclinaban ante él.

Porque Yoongi no era un brujo cualquiera.

Era el más poderoso de todos.

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Yoongi sintió la energía correr por sus venas como fuego líquido. Su poder se había liberado por completo, una fuerza que ni siquiera él sabía que poseía.

Los brujos de aura negra se arrodillaban ante él, sus cuerpos temblaban, sus rostros reflejaban puro terror. Nunca antes habían sentido un poder tan abrumador, tan absoluto.

Pero Yoongi no sentía piedad.

Sus ojos, ahora de un gris gélido y sin alma, reflejaban la furia de alguien que había sido traicionado, de alguien que había visto al amor de su vida caer en sus brazos.

Levantó su mano y la cerró en un puño.

Uno de los brujos gritó, su cuerpo se arqueó y su piel comenzó a desvanecerse en polvo negro, consumido por su propia oscuridad.

Otro trató de huir, pero Yoongi simplemente giró la muñeca, y el enemigo se detuvo en seco, su cuerpo se quebró como si fuera de cristal antes de desaparecer en cenizas.

Uno por uno, fueron destruidos.

Algunos imploraban por sus vidas, pero Yoongi no los escuchaba. Su magia fluía con una precisión letal, arrancando la oscuridad de sus cuerpos hasta que no quedó nada.

• Shadow• JimsuWhere stories live. Discover now