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🫧

El amanecer se filtraba suavemente a través de las cortinas de la habitación real, bañando con una luz dorada las sábanas de seda roja y los cuerpos entrelazados sobre ellas. El aire era cálido, impregnado con la fragancia del incienso que ardía en el rincón de la alcoba, mezclándose con el aroma de la piel de su amante.

Park Jimin despertó con lentitud, su cuerpo relajado por el sueño profundo en el que había caído. Un susurro de satisfacción escapó de sus labios al estirarse ligeramente y sentir el calor de Yoongi a su lado.

Como cada mañana, no tardó en girarse hacia él, buscando su presencia como si fuera instintivo, como si la paz solo existiera cuando podía sostenerlo entre sus brazos.

—Mmm…

Se acurrucó contra la figura aún dormida de su amante, enterrando el rostro en su cabello oscuro. Sus labios rozaron el hombro desnudo de Yoongi, dejando pequeños besos perezosos antes de deslizarse hasta su cuello, respirando su aroma con profundo deleite.

—Despierta… —murmuró entre besos, con la voz aún ronca por el sueño.

Yoongi tardó unos segundos en reaccionar, su cuerpo rígido por el sobresalto. Se había quedado dormido apenas un par de horas después de su regreso. Había llegado al palacio justo antes de que los primeros guardias despertaran, había entrado a la habitación sin ser visto y se había deslizado bajo las sábanas con la respiración entrecortada.

Pero ahora, la realidad lo golpeaba de nuevo.

Jimin estaba ahí, besando su piel con la devoción de cada mañana, sin saber que, unas horas atrás, su amante había cabalgado a escondidas para salvar a los brujos que él mismo quería exterminar.

Yoongi tragó saliva antes de girarse lentamente para mirarlo.

—Buenos días…— susurró, forzando una pequeña sonrisa.

Jimin sonrió contra sus labios antes de besarlo con pereza, con esa mezcla de ternura y posesión que siempre tenía al despertar.

—Me encanta despertar contigo.

Yoongi cerró los ojos un instante.

"Y si descubrieras la verdad, ¿seguirías diciendo lo mismo?"

El Rey deslizó su mano por su cintura, acariciando su piel con la familiaridad de alguien que lo había reclamado como suyo.

—Dormiste profundamente —murmuró Jimin, entre besos—. No te moviste en toda la noche.

Yoongi sintió su corazón saltar en su pecho, pero mantuvo su expresión serena.

—Estaba cansado.

Era cierto, solo que por razones que Jimin jamás podría imaginar.

El Rey le dedicó una mirada complacida antes de rodearlo con sus brazos y hacer que su cuerpo se acoplara al suyo.

—Te ves más pálido de lo normal —comentó con un tono preocupado—. Quizás debas quedarte en cama hoy.

Yoongi negó suavemente.

—Estoy bien, solo… necesito un baño caliente.

• Shadow• JimsuWhere stories live. Discover now