• Shadow• Jimsu

| C I N C U E N T A Y C U A T R O |

🫧

El castillo estaba en completo silencio. Solo el sonido del viento golpeando los ventanales rompía la calma de la noche.

Jimin respiró profundamente, sosteniendo con fuerza la mano de Yoongi, quien aún dormía con su rostro enterrado en su pecho. El calor de su prometido era lo único que lo mantenía anclado a la realidad, alejando los recuerdos oscuros que aún rondaban su mente.

Había estado atrapado. Había olvidado quién era.

Pero Yoongi lo había encontrado.

Jimin cerró los ojos y enterró el rostro en el cabello de su esposo, inhalando su aroma familiar. No quería volver a perderlo, lo amaba tanto que tenía miedo.

Se movió con cuidado, intentando acomodarse mejor sin despertarlo, pero Yoongi se removió ligeramente y murmuró en sueños.

—No… Jimin…

Jimin frunció el ceño y lo abrazó con más fuerza.

—Estoy aquí, amor mio—susurró contra su cabello.

Yoongi suspiró y, aunque no despertó, su cuerpo se relajó entre sus brazos.

Jimin lo observó por unos segundos antes de dirigir su mirada a la cuna donde Eunji dormía pacíficamente. Su pequeña hija no tenía idea del infierno por el que él había pasado.

Pero Jimin sabía que el peligro no había terminado.

Su madre… no, aquella cosa que tomó su apariencia, lo había intentado arrastrar con ella. Y lo más preocupante de todo era que Yoongi también había estado ahí.

¿Había logrado salir completamente?

Jimin frunció el ceño con preocupación.

Yoongi parecía estar bien… pero algo en su pecho le decía que aún no estaban a salvo.

🫧

A la mañana siguiente, Yoongi despertó con el sonido de un susurro.

Su cuerpo se tensó al instante.

No era la voz de Jimin, ni el llanto de Eunji.

Era… otra cosa.

Algo frío.

Parpadeó, tratando de despejar la neblina del sueño, y se giró lentamente en la cama. Jimin aún dormía, su brazo firmemente rodeando su cintura, como si temiera que Yoongi desapareciera.

Yoongi tragó en seco y se movió con cuidado hasta sentarse en la orilla de la cama.

El susurro volvió.

Era como un eco, un llamado desde algún rincón del castillo.

Su respiración se agitó.

No podía ser…

Se puso de pie con cautela y, sin despertar a Jimin, salió de la habitación.

El castillo estaba en penumbras. No debía ser tan temprano, pero las sombras parecían haberse alargado, como si la noche se negara a retirarse.

Yoongi caminó por los pasillos con el corazón latiéndole en los oídos.

Los susurros se hacían más fuertes.

No los entendía completamente, pero eran voces familiares.

Suavemente, acariciaban su mente, deslizándose por sus pensamientos como hilos invisibles.

"Ven…

"No tengas miedo…

"Él te dejó atrás…"