—La unión... se está rompiendo —susurró finalmente.
El silencio que siguió fue aterrador.
—¿Qué significa eso? —preguntó Taehyung con el ceño fruncido.
Hoseok tragó saliva.
—Significa que... si la unión desaparece por completo, Jimin...
Yoongi levantó la vista de inmediato, con el miedo reflejado en sus ojos.
—¿Qué? —su voz era apenas un hilo tembloroso.
Hoseok cerró los ojos con angustia.
—Si la unión desaparece... Jimin morirá.
El grito de Yoongi desgarró el aire.
Se inclinó sobre el suelo, apretando los puños con desesperación. La marca invisible en su propia piel ardía, como si su alma estuviera siendo arrancada en pedazos.
—¡No! ¡No puede ser! ¡No ahora! —lloró con rabia.
Kyungsoo, Taemin, Jøngin y Taehyung miraban la escena con impotencia.
—¿Cómo lo detenemos? —preguntó Jøngin con urgencia.
Hoseok se llevó las manos al rostro, tratando de pensar.
—¡No lo sé! —exclamó con frustración—. ¡Nunca había visto una unión romperse antes!
Yoongi levantó la cabeza con lágrimas corriendo por sus mejillas.
—Entonces hay que llegar más rápido a Busan —susurró.
Taehyung asintió de inmediato.
—Doble velocidad. Nadie se queda atrás.
Sin perder tiempo, todos subieron de nuevo a sus caballos.
Yoongi, con su corazón latiendo desbocado, cerró los ojos y susurró:
—Aguanta, mi amor... estoy llegando.
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El viento frío golpeaba sus rostros mientras los caballos galopaban a toda velocidad a través del terreno nocturno. El cielo estaba oscuro, pero el brillo de las estrellas parecía empujar al grupo hacia adelante. Yoongi, aunque agotado y luchando contra el dolor en su pecho, no se detenía. Cada latido de su corazón parecía resonar en su cuerpo con un dolor insoportable. No podía permitir que su amor se desmoronara. No podía perderlo.
Se sentía tan cerca, tan cerca de salvar a Jimin, pero la incertidumbre sobre dónde encontrar a Jeon Jungkook lo devoraba por dentro. ¿Qué harían si no lograban encontrarlo a tiempo? La angustia le estaba comiendo por dentro.
Taehyung, siempre el protector, estaba al frente, liderando el camino. Sus ojos se mantenían vigilantes, escaneando el paisaje a su alrededor, como si cada sombra pudiera esconder la respuesta que tanto necesitaban.
—Yoongi, no te preocupes —dijo Taehyung, mirando hacia atrás mientras avanzaban—. Vamos a encontrarlo.
Yoongi apenas lo escuchó. El dolor en su pecho se había intensificado y su mente era un torbellino de pensamientos. La marca de unión ardía en su piel, como si intentara desvanecerse, llevarse consigo todo lo que significaba estar con Jimin.
A lo lejos, un par de luces se dibujaban en la oscuridad: casas. La ciudad de Busan. Ya estaban cerca. La urgencia apremiaba.
—¿Cómo sabremos dónde está? —preguntó Soohyun, quien viajaba cerca de Yoongi.
—Nos dirigiremos a la zona más antigua. A menudo los brujos con auras oscuras se esconden allí —respondió Kyungsoo con una calma que contrastaba con la tensión palpable en el aire.
Taemin, con su mirada penetrante, había estado callado todo el camino, pero ahora se inclinó hacia adelante, mirando al horizonte.
—No es suficiente solo saber la ubicación, necesitamos alguna pista, algo que nos indique que estamos cerca de él —dijo Taemin, preocupado.
Yoongi asintió, pero sus ojos seguían brillando con una desesperación silenciosa. Cada segundo que pasaba sentía que la unión se desvanecía un poco más. Tenía que encontrar a Jeon Jungkook, y rápido.
El grupo se detuvo a medida que llegaban a la entrada de Busan. Un pequeño mercado, casi desierto a esa hora de la madrugada, parecía ser el primer lugar donde podrían preguntar.
Yoongi, sin perder tiempo, se acercó a un comerciante dormido y, con un toque de magia, le hizo despertar.
—¿Has oído hablar de un brujo llamado Jeon Jungkook? —preguntó Yoongi, su voz baja pero firme.
El hombre, al principio sorprendido, miró a Yoongi y a los demás. Sus ojos se abrieron al ver a tantos brujos tan cerca. Yoongi podía ver el temor reflejado en su rostro.
—Escuché de él... pero no sé nada... nadie lo ha visto. Solo se rumorea que vive cerca de las colinas, al este de la ciudad... en un viejo refugio —respondió el hombre, mirando nervioso a su alrededor.
—Gracias —Yoongi murmuró, sin darle tiempo para más.
El grupo no perdió un segundo más. Montaron de nuevo y comenzaron a moverse hacia el este, donde las colinas comenzaban a alzarse más allá de las casas. El camino se volvía más estrecho.
A medida que avanzaban, Yoongi no podía evitar pensar en Jimin, en cómo estaba en su cama, luchando por mantenerse con vida, luchando por la unión que los conectaba.
—No puedo fallarte —murmuró Yoongi, con lágrimas acumulándose en sus ojos, aunque nadie lo escuchó.
El viento frío de la madrugada soplaba más fuerte, pero Yoongi estaba decidido.
Finalmente, después de horas de cabalgar, llegaron a un claro en el bosque, donde una pequeña casa de madera se encontraba aislada del resto. El aire estaba cargado con una extraña energía, y Yoongi lo sintió inmediatamente.
—Es aquí —dijo Yoongi, con una certeza que le recorría todo el cuerpo.
No había tiempo que perder. Entraron rápidamente, con Yoongi al frente. Sabía que, si Jungkook estaba ahí, no perdería la oportunidad de salvar a Jimin y a su hija.
Al abrir la puerta, un brujo de cabello oscuro y ojos penetrantes los observaba. No era exactamente lo que Yoongi esperaba, pero no había duda.
Jeon Jungkook los había estado esperando.
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Juan coco está aquí 💜
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• Shadow• Jimsu
FanfictionEn el corazón del Reino de Seúl, el trono pertenece a un hombre imponente, temido y respetado en igual medida: el Rey Park Jimin. Un gobernante severo, de corazón endurecido por las guerras y la traición, que ha convertido su reino en una de las nac...
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