| C U A R E N T A Y C I N C O |

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Esa noche, en la oscuridad del cuarto, Yoongi lloró en silencio, aferrándose a lo único que le quedaba.

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Cuando los primeros rayos del sol se filtraron por las cortinas de la habitación, Yoongi sintió que el mundo se volvía aún más insoportable.

No había dormido.

No podía hacerlo con el peso del dolor aplastándole el pecho.

Eunji seguía profundamente dormida, su pequeño cuerpo acurrucado entre sus brazos.

Jimin, en cambio, no había cambiado en absoluto.

Seguía tendido ahí, inmóvil, respirando débilmente, pero sin mostrar señales de despertar.

Yoongi deslizó su mano con delicadeza por su mejilla.

—Buenos días, mi rey… —susurró, su voz temblorosa.

No hubo respuesta.

No esperaba que la hubiera, pero aún así, su corazón se rompió un poco más.

Un toque en la puerta lo sacó de sus pensamientos.

—Yoongi… —Era Namjoon.

Yoongi no contestó.

Namjoon suspiró y abrió la puerta lentamente, entrando junto a Seokjin.

Ambos se quedaron observando la escena.

—Debes comer algo —dijo Seokjin con suavidad.

Yoongi negó con la cabeza sin siquiera mirarlos.

Namjoon dio un paso adelante.

—Soohyun ha estado investigando la maldición. Necesita hablar contigo.

Yoongi solo continuó acariciando el rostro de Jimin, sin levantar la mirada.

—Yoongi… —insistió Namjoon.

—¿Y qué me dirá? —susurró Yoongi. —¿Que no hay nada que hacer? ¿Que debo seguir esperando mientras él se desvanece?

Su voz se quebró al final.

Seokjin se acercó y colocó una mano en su hombro.

—Sabemos que esto es difícil, pero hay que hacer algo.

Yoongi dejó escapar una risa amarga.

—¿Algo? Si supieran lo desesperado que estoy…

Eunji se removió ligeramente en su pecho y Yoongi inmediatamente la sostuvo con más cuidado.

—Jimin me prometió que siempre estaría con nosotras… —susurró, apoyando su frente contra la de su hija.

Namjoon y Seokjin se miraron con preocupación.

—Soohyun te espera en la biblioteca —insistió Namjoon.

Yoongi suspiró y cerró los ojos por un momento antes de asentir.

—Está bien. Pero solo iré si Taehyung se queda con Jimin.

Namjoon frunció el ceño.

—¿Taehyung?

—Confío en él —dijo Yoongi con firmeza. —No puedo dejar a Jimin solo, y no quiero que cualquiera lo vigile.

Seokjin asintió, entendiendo la importancia de su petición.

—Iré por él ahora mismo.

Yoongi miró a Jimin una vez más, tomó su mano entre la suya y la besó con devoción.

—Voy a salvarte —susurró. —Lo juro.

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Yoongi salió rápidamente de la habitación con su bebé, dejándola con Seokjin que la acunaba con cuidado. No quería perder más tiempo. Sus pasos resonaron en los pasillos del castillo mientras se dirigía hacia la biblioteca, donde Soohyun, Taemin, Kyungsoo y Jøngin esperaban por él.

Cuando entró, los miró a todos, pero sus ojos estaban cansados, llenos de desesperación.

—No hemos encontrado mucho —dijo Soohyun en un tono bajo, como si se sintiera impotente. La expresión de todos los brujos allí presentes era grave, como si se dieran cuenta de que no había mucho más que pudieran hacer por Jimin en ese momento.

Yoongi asintió, desbordado por la ansiedad, cuando la puerta se abrió de golpe.

Hoseok había llegado, su expresión ansiosa, como si trajera algo importante. Todos lo miraron, esperanzados.

—¿Qué pasa? —preguntó Yoongi, casi sin poder esperar.

Hoseok se acercó, tomando aire antes de hablar.

—Hay un rumor entre los brujos de aura oscura... —Hoseok comenzó, y la atmósfera en la sala se volvió tensa al instante. Yoongi lo miró con atención, ansioso por cualquier respuesta que pudiera darles esperanza.

—¿De qué rumor hablas? —preguntó Taemin, en un susurro que denotaba el miedo que todos sentían.

—Se dice que hay uno como Eunji... —Hoseok comenzó a decir, con un suspiro. —Un brujo único, uno en un millón, con el poder suficiente para deshacer estos hechizos. Pero lo más extraño es que nunca nadie lo ha visto... Nadie lo ha conocido en persona. Solo sabemos que se llama Jeon Jungkook, y vive a las afueras de Busan.

La sala quedó en silencio por un momento. Las palabras de Hoseok se instalaron en el aire como un eco que aún resonaba en sus mentes.

—¿Qué significa eso? —preguntó Kyungsoo, sin poder creer lo que oía.

Hoseok levantó la mirada, ahora con una seriedad absoluta.

—Jeon Jungkook es un brujo importante. Un brujo con un aura mitad pura, mitad oscura. Es el único que puede deshacer este tipo de hechizos, pero lo que sabemos de él es muy poco. Nadie sabe dónde encontrarlo. Todo lo que sabemos es que se encuentra en la región cerca de Busan.

Soohyun frunció el ceño, claramente confundido.

—¿Qué quiere decir con "mitad oscura"? ¿Es una especie de maldición? ¿Un hechizo que le da tanto poder?

Hoseok asintió lentamente.

—Así es. Su magia es extremadamente poderosa y, al mismo tiempo, peligrosa. Es el único brujo que podría ayudar a Jimin, si podemos encontrarlo.

Yoongi se quedó en silencio, procesando la información. Su respiración era agitada.

—¿Entonces debemos ir a Busan? —preguntó Taemin, con esperanza en su voz.

—Sí. —Hoseok lo miró, y el tono de su voz se tornó grave—. Pero si queremos encontrarlo, debemos hacerlo con cautela. Nadie sabe qué tan peligroso podría ser enfrentarse a un brujo de su calibre, especialmente con su aura oscura.

Yoongi asintió lentamente, mirando a cada uno de los brujos que lo rodeaban.

—No puedo esperar más. Tengo que hacer algo para salvar a Jimin. Si hay una oportunidad, no me importa arriesgarlo todo. —Su voz se mantuvo firme, aunque su dolor se notaba al final de sus palabras.

—Te apoyamos, Yoongi. —Kyungsoo puso su mano en su hombro, buscando darle ánimo—. Vamos a encontrar a Jeon Jungkook.

Yoongi les dio una mirada agradecida.

—Entonces vamos a encontrarlo.

Pero en su interior, Yoongi sabía que cualquier cosa que sucediera, lo que realmente importaba era salvar a Jimin.

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• Shadow• JimsuWhere stories live. Discover now