• Shadow• Jimsu

| C U A R E N T A Y T R E S |

Hoseok lo soltó con una maldición entre dientes. 

Yoongi corrió fuera de la habitación, sin dudar. Su corazón latía con fuerza, su respiración era agitada. Cada paso que daba lo acercaba más al caos. 

El aire estaba cargado de magia oscura. Los gritos de los soldados moribundos llenaban el ambiente. 

Un brujo apareció de repente frente a él, su mano cargada de energía oscura. Yoongi no le dio oportunidad de atacar, alzó su mano y una ráfaga de luz dorada explotó desde su palma, lanzando al enemigo contra la pared con violencia. 

Siguió corriendo, sus manos brillaban con poder, lanzando hechizos a todo aquel que se interpusiera en su camino. Proyectiles de energía salían disparados de sus dedos, derribando rebeldes y protegiendo a los soldados leales al reino. 

Entonces lo vio. 

Jimin estaba rodeado. 

Dos rebeldes lo atacaban con espadas, y un brujo en la distancia preparaba un hechizo mortal. 

El corazón de Yoongi se detuvo por un segundo. 

Jimin esquivaba con agilidad, su espada era rápida y certera, pero los enemigos no le daban tregua. 

De repente, el brujo enemigo lanzó una bola de fuego directa hacia él. 

—¡No! —gritó Yoongi, alzando sus manos. 

Una onda de energía plateada salió disparada de sus dedos, chocando con el fuego y desviándolo antes de que impactara en Jimin. 

Jimin se giró al escuchar su voz, y en ese instante su mirada se encontró con la de Yoongi. 

El mundo se detuvo para ellos pero la batalla no tenía tiempo para momentos como ese. 

Jimin reaccionó de inmediato, recuperó su enfoque y con movimientos certeros atravesó a los dos rebeldes con su espada. 

El sonido de los cuerpos cayendo fue lo único que quedó entre ellos por un segundo. 

Jimin corrió hacia Yoongi, con el aliento agitado. 

—¡Amor mío! —susurró, abrazándolo con fuerza. 

Yoongi apenas tuvo tiempo de responder. 

Vio el destello oscuro antes de que ocurriera. 

Un brujo enemigo había estado preparando un hechizo a lo lejos. Su energía negra serpenteaba por el aire, dirigiéndose directo a ellos. 

Yoongi supo que no podía esquivarlo. 

Movió su cuerpo instintivamente para recibir el golpe en su lugar. 

Pero Jimin fue más rápido. 

Sintió la presión de unos brazos rodeando su cintura y un fuerte tirón. 

Todo ocurrió en un abrir y cerrar de ojos. 

Jimin giró con fuerza, cubriendo a Yoongi con su propio cuerpo. 

Y entonces el hechizo lo impactó. 

La energía oscura explotó sobre su espalda y lo atravesó con una fuerza devastadora. 

Yoongi sintió el aliento de Jimin escapar de su boca antes de que su cuerpo perdiera toda su fuerza. 

—¡JIMIN! —gritó Yoongi, atrapándolo en sus brazos antes de que se desplomara. 

El peso del rey recayó completamente en él, su cuerpo sin fuerzas, su respiración entrecortada. 

Yoongi lo miró con desesperación, sosteniéndolo con manos temblorosas. 

—¡Jimin, mírame! —rogó con la voz quebrada. 

Pero Jimin ya no podía responderle.

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