Mientras tanto, Jimin seguía centrado en Yoongi.
El parto había sido agotador, y aunque su amado sonreía con cansancio, su piel seguía húmeda y su cuerpo temblaba ligeramente.
Con extrema suavidad, Jimin tomó un paño limpio, lo sumergió en agua fresca y comenzó a limpiar cada rastro de sudor y cansancio del rostro de Yoongi.
—Mi amor, —susurró Jimin, acariciando su mejilla—, hiciste un gran trabajo.
Yoongi lo miró con una sonrisa débil, pero llena de amor.
—Lo hicimos.
Jimin besó su frente con devoción.
—Ahora descansa, amor mío.
Yoongi cerró los ojos un momento, dejando que Jimin lo envolviera en una bata limpia.
Luego, sin ningún esfuerzo, Jimin lo cargó en sus brazos.
Yoongi no protestó.
Sabía que su rey no permitiría que se moviera por sí mismo.
Con extrema delicadeza, Jimin lo llevó hasta la cama y lo acomodó con cuidado, asegurándose de que estuviera cómodo antes de sentarse a su lado.
Yoongi abrió los ojos lentamente y buscó con la mirada.
—¿Dónde está nuestra bebé?
Antes de que Jimin pudiera responder, la puerta se abrió con suavidad.
Seokjin entró en la habitación, sosteniendo a la bebé envuelta en una suave manta rosa.
Jimin y Yoongi se quedaron en silencio.
Los dos miraron a su hija con asombro.
Era tan pequeña, tan perfecta.
Jimin se acomodó a un lado de Yoongi, sus dedos entrelazándose con los de su amado.
Seokjin se acercó con calma, su mirada llena de emoción.
—Es hermosa.
Yoongi rió entre lágrimas, mirando a la pequeña con el corazón lleno de amor.
—Se parece a ti, mi rey.
Jimin besó la cabeza de Yoongi con ternura, su propio pecho apretándose con una emoción indescriptible.
—Es nuestra, amor.
Y en ese momento, mientras miraban a su hija por primera vez, los dos supieron que su amor era eterno.
🫧
La habitación estaba en completo silencio.
Solo se escuchaba la respiración pausada de Yoongi y el sonido suave de la pequeña moviéndose en sus brazos.
Eunji se acurrucó contra el pecho de Yoongi, su diminuto rostro fruncido mientras buscaba con su boquita, intentando encontrar calor y alimento.
Soohyun observó la escena con una sonrisa serena.
—Tiene hambre.
Yoongi sonrió con dulzura.
—Lo sé.
Con movimientos cuidadosos, se acomodó en la cama, asegurándose de no descubrir demasiado su pecho.
Eunji se prendió de inmediato, succionando con avidez mientras sus pequeñas manos se aferraban a la bata de su papá.
Jimin miraba la escena con asombro.
Era un momento sagrado.
Yoongi, alimentando a la criatura que ambos trajeron al mundo.
Con una ternura infinita, Jimin alzó su mano y acarició la cabecita de Eunji, sintiendo lo suave que era su diminuto cabello.
Yoongi lo miró con cariño, notando la devoción en los ojos de su rey.
Jimin levantó la vista y susurró, con la voz cargada de emoción:
—Me has dado lo más hermoso en el mundo, mi amor.
Yoongi sintió su corazón latir más fuerte.
—Te amo, Jimin.
El rey se inclinó con suavidad, presionando sus labios sobre los de Yoongi en un beso delicado, lleno de amor y gratitud.
Luego, desvió la mirada hacia Eunji y depositó un beso en su cabecita.
Soohyun dio un paso adelante, su rostro ahora más serio.
—Majestad, Yoongi… —su tono era solemne—. Es momento de realizar el hechizo.
Yoongi levantó la vista, curioso.
Jimin asintió con firmeza.
—Hazlo.
Soohyun sacó un frasco pequeño con un polvo brillante, mientras con la otra mano trazaba símbolos en el aire, dejando un rastro de luz dorada.
—Este hechizo sellará la energía de la princesa, —explicó—. Ninguna aura oscura podrá encontrarla.
La magia comenzó a fluir.
El aire pareció volverse más pesado, cargado de energía pura.
Las luces en la habitación parpadearon con fuerza, y Eunji movió sus manitas en el aire, como si pudiera sentir la magia rodeándola.
Soohyun susurró las palabras finales, y la luz dorada descendió lentamente sobre la bebé, envolviéndola en un resplandor cálido.
Pero entonces, algo cambió.
Soohyun se tensó de inmediato.
Su magia detectó algo.
Un escalofrío le recorrió la espalda.
Seokjin, quien había permanecido en silencio, también sintió la perturbación.
Algo estaba cerca.
Algo oscuro.
Lo que ninguno sabía…
Era que una de esas auras negras estaba más cerca de lo que creían.
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• Shadow• Jimsu
FanfictionEn el corazón del Reino de Seúl, el trono pertenece a un hombre imponente, temido y respetado en igual medida: el Rey Park Jimin. Un gobernante severo, de corazón endurecido por las guerras y la traición, que ha convertido su reino en una de las nac...
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