Nuestro Destino Es Estar Juntos (Sesshomaru x Kagome)

Capitulo 99: Anhelo Del Corazón

6 AÑOS DESPUÉS

Es un día muy agradable, hoy estoy sentada sobre una manta alrededor de la manta está Sango, Miroku, Inuyasha, Kikyo y mi esposo, los chicos y yo organizamos una salida para vernos, también para que los cachorros pudieran verse, últimamente no nos hemos visto tanto cómo quisieramos, puede que Bizarro ya no este respirando el mismo aire que nosotros, pero aun existen demonio y humanos con los corazones oscuros llenos de maldad.

Las cosas han cambiado en estos últimos años, Kohaku y Rin se convirtieron en padres de dos pequeños, además de que han expandido más la aldea de los exterminadores, con cada año que pasa van agregando más casas en el interior de los muros, los hijos de Sango y Miroku se fueron a vivir un tiempo en la aldea de los exterminadores, para entrenar con su tio Kohaku, ellos tomaron la decisión consciente de convertirse en exterminadores para ayudar a las personas, pero una de las gemelas se le da mejor los poderes sagrados cómo los de Miroku, no será un reto difícil para ellos, Miroku y Sango han entrenado a sus hijos desde pequeños, después de todo este mundo no es nada seguro si no sabes cuidarte la espalda.

A pocos metros de nosotros están Shiro y Aoi jugando, están corriendo de un lado a otro cómo si estuvieran jugando atrapadas, pero no se adentran en el bosque, permanecen en el campo abierto para que yo pueda verlos, a mi izquierda a unos metros de distancia sobre las ramas de un árbol están Takeshi, Hiro y Aiko, no puedo crecer que mis pequeños ya se hallan convertido en adolescentes de 15 años, los tres están comiendo las manzanas del árbol mientras se ponen al corriente de estos últimos meses que llevan sin verse.

Hiro es unos pocos años mayor que mis cachorros, pero se llevan bien entre ellos, después de todo son familia, son primos, Hiro hace muchas cosas, se mantiene en constante movimiento, me lo he encontrado en la aldea de exterminadores ayudando a entrenar a los novatos, en aldeas vecinas exterminando demonios, acompaña a su madre a recolectar hiervas y aveces está con su padre cazando, hace muchas cosas.
Hace un año mis cachorros abandonaron el nido, Takeshi decidio irse de casa, el queria tener sus propias aventuras y ayudar a las personas cómo yo solia hacerlo en el pasado, bueno aun sigo exterminando demonios pero no tanto cómo antes, Takeshi tiene nuevos amigos fuera de las tierras de su padre, ya se hizo de algunos amigos pero aun no está listo cómo para viajar acompañado de personas de confianza.
Por otro lado Aiko se hizo amiga de un grupo de exterminadores que entreno personalmente Rin, ella se unio al grupo y recorren varias regiones juntos para ayudar a las personas, Aiko se puede decir que ella vive ahora en una mansión que ella y sus amigos construyeron desde cero para volverlo su escondite, se localiza pasando los limites de las tierras de su padre, se comunican con los exterminadores por medio de cartas para saber cuando tengan aun trabajo.
Los cachorros poseen espejos magicos, para mantenernos en contacto, solamente nos hablamos una vez cada 10 días más o menos, no es tan frecuente cómo me gustaria pero estoy feliz por ellos y de saber que están creando su propio camino su propia vida.

Hace tantos años que no venia a este lugar, estamos en el bosque que está a lado de la aldea de la Anciana Kaede, desde donde estoy tengo una perfecta vista del poco devorador de huesos, no está tan lejos, ese pozo fue testigo de varias recuerdos de mi vida, vio cómo mi vinculo con Inuyasha iba creciendo, cómo hice amigos en este mundo y cómo mi corazón se rompio en más de una ocasión, buenos y malos recuerdos, pero el sentimiento dominante en mi es la tristeza, porque antes ese pozo era un camino entre dos mundos, del otro lado del pozo se encuentra mi familia, mi madre, mi hermano y mi abuelo.

Inuyasha: Los extrañas mucho, ¿cierto?.

Kagome: (Sonrie pero se puede ver un destello de tristeza en su mirada) Te diste cuenta.

Kikyo: Todos aquí lo notamos Kagome, desde hace rato tienes la mirada puesta en el pozo devorador de huesos, ni siquiera estás prestando atención a la conversación.